Día Internacional de la Crianza Respetuosa: ¿Qué es criar con respeto?

Artículo publicado el 2 Sep 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 2 septiembre, 2022

Hoy, día 2 de septiembre, se celebra internacionalmente el Día de la Crianza Respetuosa. Una fecha elegida para recordar e insistir en la necesidad de establecer las relaciones y la educación con nuestros hijos e hijas partiendo siempre de la premisa del amor incondicional y el respeto por su identidad y necesidades.

El Día Internacional de la Crianza Respetuosa coincide con la fecha del fallecimiento de John Bowlby, el precursor de la Teoría del Apego en la que la Crianza Respetuosa basa sus principios. Si quieres saber qué es la crianza respetuosa y cómo aplicarla en el día a día, te lo contamos en este post.

Además, os animamos a uniros al III Congreso de Crianza Respetuosa de Criar con Sentido Común, donde podréis disfrutar de más de 40 horas de formación gratuita impartida de la mano de nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil, educación positiva y crianza respetuosa.

 

 

Con la Teoría del Apego como fundamento, el pediatra William Sears especificó las bases de la Crianza Respetuosa. Son ocho claves que nos ayudan a poner en práctica un Apego Seguro con nuestros hijos e hijas. Te explicamos cómo hacer una crianza respetuosa:

1. Lazos afectivos desde el nacimiento

¡Y en el embarazo! Desde entonces ya se pueden empezar a establecer los primeros vínculos, y de ahí que habitualmente se recomiende que la madre y su entorno vivan un embarazo consciente, conectando siempre en la medida de lo posible con el bebé que se está gestando.

 

 

El momento del parto es especialmente importante. No quiere decir que un parto traumático vaya a causarle un daño irreparable al bebé, pero es cierto que no es lo mismo que el parto sea respetado tanto para la madre como para el bebé, sin violencia obstétrica y, por supuesto, respetando los tiempos y el piel con piel entre la mamá y el recién nacido. ¡También en el caso de las cesáreas! 

Puede ser normal, sobre todo en casos de partos demasiado intervenidos, largos o prematuros, que la madre no sienta un apego instantáneo con su bebé. Aunque tiene beneficios en todos los nacimientos, en estos practicar el piel con piel es especialmente gratificante para establecer los lazos afectivos por parte de la madre y del recién nacido.

 

 

Y es que tal y como asegura la matrona, Esther Esteban: “cómo nacemos tiene un impacto en nuestra vida”. Y en el nacimiento incluiríamos las primeras horas de vida, en las que la unión ininterrumpida entre mamá (a ser posible) y bebé, piel con piel, es sencilla y con muchos beneficios. También es conveniente seguir compartiendo ratitos así ya en casa.

2. El vínculo de la lactancia materna

Que la leche materna es el alimento ideal para el bebé no se puede negar. Además el acto de amamantar favorece el vínculo entre madre e hijo. La lactancia a demanda, más allá de las necesidades nutritivas, implica muchísimas horas de contacto físico mamá-bebé que son irremplazables.

Incluso las hormonas (como la oxitocina) que entran en juego durante la producción de leche y el amamantamiento trabajan para tratar de garantizar ese vínculo. ¿Y cómo lograr que la lactancia materna funcione? Para la IBCLC del equipo de CSC, Inma Mellado, “hay varios factores clave: piel con piel desde el principio y apoyo de profesionales formados y del entorno”.

 

 

¿Quiere decir esto que un bebé alimentado con leche artificial en biberón no está siendo criado con respeto? No, ni muchísimo menos. También con este tipo de alimentación se puede lograr un vínculo maravilloso y un apego seguro. Eso sí, hay que tener en cuenta que el biberón al igual que la teta también se da a demanda. Es decir, cuando el bebé necesite y la cantidad de leche que pida.

Para controlar eso es importante ofrecer el biberón de una forma fisiológica y no sobrealimentarle. Y, claro está, aprovechar el momento de la comida para conectar con el bebé, en brazos y que sea siempre mamá o en todo caso papá o la otra mamá quien dé el biberón.

3. Responder a la necesidad de contacto físico

Tras pasar nueve meses seguros y tranquilos en el vientre de su madre, los bebés salen a un mundo inmenso, desconocido y lleno de peligros y retos. Ante esto, los brazos de mamá o papá, sentirlos bien cerquita protegiéndoles, es lo único que va a generarles la seguridad necesaria. Respetar esta necesidad sí es fundamental para desarrollar un apego seguro: “sé que puedo crecer y desarrollarme tranquilo, ya que tengo un apoyo en quien confío, porque siempre que lo necesito está ahí, junto a mí”.

 

 

La ciencia ha demostrado que la carencia de afecto, de contacto físico, retrasa el desarrollo psicológico e incluso físico. La OMS también reclama más abrazos para los niños y las niñas y no solamente durante los primeros meses tras el nacimiento: durante toda su vida.

Entender la necesidad de contacto físico del mismo modo que necesitan el alimento o la higiene es una clave de la crianza respetuosa. Y para ello podemos servirnos de las facilidades que el porteo ergonómico nos ofrece. Puedes llevarlo en brazos todo el rato pero, siendo realistas, no disponemos de este tiempo exclusivo 24 horas al día ¡y además puede pasarnos factura físicamente cargar con ese peso! 

Respetando la postura biológica que proponen los portabebés ergonómicos cubrimos esta necesidad de contacto físico durante más tiempo y de manera más cómoda. Y esto no solamente beneficia al bebé, la experta en porteo María Arenzana explica que “la ventaja más importante, es el efecto que produce en el binomio bebé adulto de vínculo, de sensación de tranquilidad. Si el bebé está bien, sus progenitores están bien“.

 

 

4. Un sueño tranquilo y reparador gracias al colecho

Al igual que necesitan el contacto durante el día, también lo necesitan durante la noche. ¡Incluso más! Así pueden dormir más seguros, con la tranquilidad de que están protegidos mientras duermen. Y para ello el colecho, ya sea en la misma cama o en una cuna anexa, puede ser clave.

La especialista en sueño infantil de la Tribu CSC Rafaela López nos recuerda que “los bebés y los niños necesitan sentirse seguros y cerca de sus padres para dormir tranquilos”. Y por supuesto no hay una edad tope para compartir espacio durante el sueño.

Tarde o temprano, todos los niños y las niñas buscan su independencia a la hora de dormir, con la confianza suficiente de que por la noche también van a estar seguros, aunque estén solos. Y esto se aprende no sintiéndose abandonados cada noche llorando hasta que se duermen.

 

 

Sabemos que los beneficios del colecho duran toda la vida, al contrario de lo que muchas personas pueden creer sobre convertir a los niños en adultos dependientes. Eso sí, si vamos a compartir cama, sobre todo durante los primeros meses, es importante hacerlo siguiendo las recomendaciones acerca del colecho seguro.

5. Qué es la crianza respetuosa: Atender el llanto del bebé 

Llorar es la manera más efectiva que tienen los bebés para comunicarse. Así que si lloran es que algo les pasa, no es ningún capricho ni manipulación (ni siquiera cuando deja de hacerlo si lo llevas en brazos y te pones de pie). Al igual que si un adulto llora se le atiende, se le consuela o al menos se le acompaña, ¡con los niños y las niñas más!

Ellos están aprendiendo qué es el mundo, a relacionarse, a desarrollar su autoestima y si se sienten abandonados en sus necesidades crecerán con hostilidad y desconfianza. Y ahí la importancia de atender el llanto de un bebé para que logren un apego seguro.

Esto no significa que evitemos que lloren a toda costa, eso tampoco sería sano (y además no lo vamos a conseguir, ya que el llanto también es una forma de expresión de emociones y sentimientos). Quiere decir que valoremos y respetemos ese llanto, que comprendamos qué nos está queriendo comunicar.

 

 

Y después, que intentemos calmar ese llanto de la manera más amorosa posible, haciéndoles sentir que sus necesidades están siendo valoradas. Puede que incluso sigan llorando así, pero no les afecta ni mucho menos de la misma forma.

Las consecuencias de un llanto no atendido no son nada respetuosas, pero es que además les afecta hasta en el desarrollo cognitivo. Este abandono emocional se traduce en una indefensión aprendida que, tal y como señala la psicóloga de Criar con Sentido Común. Mamen Bueno, les hace sentir que “hagan lo que hagan no hay impacto ni cambio en el entorno”.

6. Sí a las rutinas, pero sin adiestramientos

El concepto de tiempo que tienen los bebés y los niños es diferente que el de los adultos, porque todavía están aprendiendo sobre ello. Su cerebro en desarrollo se dispersa, se entretiene con lo que le provoca placer y la improvisación puede suponer un caos emocional.

Por eso las rutinas les ayudan a saber cuándo empieza una actividad y termina otra, a controlar algo mejor los tiempos y a integrar unos hábitos saludables. Y del mismo modo es necesario que los adultos nos adaptemos en gran medida a sus necesidades, encontrando el equilibrio familiar.

 

 

 

Pero en ocasiones, si estas rutinas son demasiado rígidas, podemos llegar a un adiestramiento nada respetuoso. De hecho un adiestramiento puede provocar precisamente que se rebelen, que tengan un comportamiento inadecuado persiguiendo una meta equivocada.

Practicando la escucha activa, atendiendo las necesidades de cada bebé, niño o niña, y transmitiéndoles que son importantes y que tienen su lugar dentro de las rutinas que establecemos en la familia, dejaremos atrás los adiestramientos.

7. Ni autoritarismo ni permisividad

La Disciplina Positiva lo explica muy bien: para un apego seguro es necesario ser firmes y amables al mismo tiempo. Es decir, en la educación es importante poner límites pero siempre siempre con respeto (¡a los peques y a una o uno mismo!).

La realidad es que no resulta nada sencillo porque vivimos siempre al borde del colapso mental (de ahí que sea tan necesario el autocuidado), pero si logramos entender por qué el comportamiento de los niños es impulsivo e irracional, podremos llegar a aplicar diferentes herramientas para una educación respetuosa.

 

 

Por ejemplo, los castigos tienen muchos inconvenientes, no son nada respetuosos y con ellos lo único que conseguimos es que los niños desarrollen una peligrosa obediencia ciega. Pero como no podemos caer en la permisividad, esto tampoco sería respetuoso con el bienestar y el desarrollo de los peques, así que para ello utilizamos las consecuencias naturales y lógicas, que sustituyen a los castigos y a los gritos. Igualmente, a la hora de establecer límites es mucho más eficaz hacerlo de manera positiva.

Y siempre antes de corregirles debemos conectar con sus emociones y validarlas. De lo contrario, como afirma la educadora de Disciplina Positiva de la Tribu CSC Silvia Guijarro, “aprenden que no deben expresar sus emociones porque resultan incómodas para los demás. Aprenden a desoír las emociones propias y ajenas. Y así es como acabamos convirtiéndonos en adultos que repiten de manera autómata que no pasa nada, cuando en el fondo sabemos que sí pasa”. 

 

 

8. Trabajo en equipo

Quizás este es el punto más controvertido sobre qué es la crianza respetuosa. Y es que, en el caso de que haya dos progenitores participando en la crianza, a veces no podemos controlar que este trabajo se haga en equipo y de manera activa. Pero si conviven juntos, y se entiende que unidos, es importante esforzarse en lograr el equilibrio en cuanto presencia y dedicación para poder establecer un apego seguro.

 

 

Esto es más sencillo si se comienza el embarazo teniendo empatía con la pareja, y continuar durante toda la crianza. La corresponsabilidad de la pareja no es una utopía en la crianza respetuosa, sabiendo que no es cuestión de repartir todo al 50%. En la lactancia materna, por ejemplo, el papel de la pareja es también muy importante sin necesidad de sustituir a la madre lactante.

Tal y como dice Armando Bastida, el CEO de Criar con Sentido Común, “hay que buscar equidad en la crianza de los hijos. Hay que dar a la maternidad el valor que tiene y a los bebés el lugar que merecen en la sociedad para que los hombres quieran también criar”. Pero juntos y en la misma dirección.

 

 

Entendiendo ya qué es la crianza respetuosa (que en realidad seguro que la mayoría la ponemos en práctica sin colocarle un nombre, porque es lo que nos nace la mayor parte de las veces instintivamente) te animamos a celebrar cada 2 de septiembre este día compartiendo todos estos valores.

Además, este fin de semana (los días 3, 4 y 5 de septiembre), tendrá lugar el II Congreso de Crianza Respetuosa. 20 profesionales de la salud y la educación de la Tribu CSC impartirán 24 ponencias, donde se abordarán temas relacionados con el embarazo, la lactancia, la salud, la alimentación, la crianza y la educación. Y puedes participar de forma gratuita registrándote aquí. ¡Te esperamos!

 

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