La maternidad y la crianza de los hijos está cargada de mitos. Y entre los más habituales, destacan los mitos del sueño infantil. ¿Cuáles son los más habituales? Mitos del sueño infantil El sueño infantil…
Cuando tenemos un bebé en casa, unas de las principales preocupaciones es el sueño infantil. ¿Podemos hacer algo para ayudarles? Aunque cada bebé es único, sí hay algunas cosas que puedes probar si quieres que tu bebé duerma mejor.
¿Cómo hacer para que mi bebé duerma mejor? ¿Qué hacer para que mi bebé duerma más? ¿Cuándo empiezan los bebés a dormir mejor? ¿Cómo es mejor que duerma un bebé? Son preguntas habituales cuando tenemos un bebé en casa que creemos que no acaba de dormir bien. En la Tribu CSC cuentas con un equipo de profesionales que puede ayudarte a resolverlas, entre los que se encuentran la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López.
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No hay trucos para que el bebé duerma toda la noche del tirón ni una respuesta única a cómo dormir a un recién nacido por la noche o cómo dormir a un bebé en la cuna. Sin embargo, esto no significa que no podamos hacer nada para ayudarlos. Partiendo de la premisa de que cada bebé es único y tiene unas necesidades concretas, sí hay diferentes cosas que puedes probar si quieres que tu bebé duerma mejor. Incluso en aquellos casos en los que el bebé tiene sueño, pero se resiste a dormir.
Atento a las señales
Poco a poco irás conociendo cada vez más a tu peque, las horas a las que suele dormirse y, sobre todo, las señales de que tiene sueño. Frotarse los ojos es el mejor indicativo de ello y lo ideal sería ponerlo a dormir cuanto antes.
¿Por qué? Si ignoramos los signos de sueño y el peque sigue despierto es probable que esté muy cansado, se ponga cada vez más nervioso e irritado y cueste más trabajo dormirlo.
Acompasa la hora de dormir con la luz solar
A medida que se va haciendo de noche, el cuerpo humano se prepara para descansar y comienza a segregar melatonina. Por ello, es importante tratar de acostar a los peques cuando empieza a ponerse la luz del sol, algo que ocurre en nuestra latitud en torno a las 20:30 en invierno y las 21:30 en verano. Si retrasamos el momento en exceso, los peques se activarán y les resultará más difícil conciliar el sueño.
Es cierto que seguir estos horarios puede ser algo complicado debido a las obligaciones laborales de muchas familias, a lo que se suma las variaciones individuales en forma de tendencia natural a ser más alondra o búho. Por eso es importante que durante los meses de baja intentemos instaurar esta rutina.
Las rutinas, entre las cosas que puedes probar para que tu bebé duerma mejor
Las rutinas ayudan a los peques a organizar su día a día y anticiparse a lo que va a ocurrir. No solo les ayuda de noche, sino que les sirve para afrontar el día con tranquilidad. Una rutina sencilla para las últimas horas del día podría ser baño, cena, lavarse los dientes (si los hay), leer un cuento y dormir.
Al repetirla todas las noches a la misma hora, los peques están tranquilos, relajados y preparados para dormir porque saben que ha llegado la hora de hacerlo. Las rutinas dan orden y estructura a los días de los más peques, todo lo cual les aporta seguridad y estabilidad.
Respetar sus siestas
Los bebés y niños pequeños necesitan dormir una serie de horas al día, lo que implica hacerlo no solo la noche, sino también de día. Y aunque podemos estar tentados de saltarnos las siestas diurnas pensando que así dormirán mejor por la noche, es un error.
Si el peque llega sin dormir a la noche, es probable que esté irritable y lloroso, le cueste mucho más relajarse y conciliar el sueño. Pero una vez dormidos, la cosa no mejora, porque en lugar de tener un sueño reparador, será intranquilo con más despertares de lo habitual.
Por ello, no solo hay que estar pendiente de las horas que duermen, sino de que este sueño sea reparador. Un buen indicador es que un niño que duerme, suele estar tranquilo y feliz cuando está despierto, está activo, juega, aprende y come bien.
Eso sí, cada bebé es único y no podemos pretender que todos duerman lo mismo. Hay bebés muy dormilones y otros que no lo son tanto y, en principio, entra dentro de la “normalidad”. En el caso de los niños y niñas algo más mayores, hay que evitar las actividades de mucha energía justo antes de ir a la cama para no cansarlos en exceso.
Cuidar su alimentación
Igual que hay alimentos con sustancias estimulantes como la cafeína y la teobromina, presentes en el chocolate o el cacao y las bebidas con azúcar, hay otros que ayudan a conciliar el sueño mejor.
Así, hay alimentos ricos en melatonina, triptófano y serotonina que sí facilitan la inducción del sueño, por lo que son perfectos para la cena. Es el caso de las carnes blancas como el pollo, el pescado, los huevos, lácteos y frutas como los plátanos o cerezas. Entre las verduras destacan los aguacates, las espinacas, el tomate, el brócoli y la zanahoria, así como los frutos secos (triturados para menores de 5 años), cereales integrales, avena o legumbres.
Eso sí, habría que evitar un exceso de proteína ya que activa la dopamina que, en exceso, dificulta el sueño. En su lugar, podríamos apostar por verduras, patatas, pan o pasta. En cualquier caso, las cenas deben ser ligeras y nunca irnos a la cama con sensación de pesadez.
En el caso de bebés lactantes, poco podemos hacer para conseguir que el sueño sea mejor. La lactancia es siempre a demanda y debemos darle el pecho o el biberón cada vez que lo pidan, ya sea de día o de noche. Y no, poner cereales en el biberón no ayuda a que duerman mejor. De hecho, es una práctica que ya no se recomienda ya que aumenta el riesgo de caries y de obesidad.
Cosas que puedes probar si quieres que tu bebé duerma mejor: Crear un ambiente tranquilo
Crear un ambiente tranquilo y relajado es importante para conseguir un sueño reparador. Probablemente, pocos adultos sean capaces de dormir con la luz encendida y la música muy alta, y lo mismo ocurre con los bebés y niños pequeños.
Lo ideal es huir de las luces blancas y frías, eligiendo en su lugar luces cálidas y lo más tenues posible. Además, hay que evitar todo tipo de ruidos o música fuerte.
Lo mismo ocurre con las pantallas. Si nuestro peque está jugando con el móvil o viendo la tablet, no podemos pretender llevarlo a la cama y que se duerma enseguida. De hecho, la exposición a las pantallas y a la luz azul puede retrasar la liberación de melatonina, dificultando el sueño de los niños, según un estudio de la National Sleep Foundation. Por ello, hay que evitar la exposición a pantallas al menos una hora (o dos) antes de ir a dormir.
Lo ideal es que la habitación esté a oscuras y sin ruidos. Si el peque tiene miedo a la oscuridad, podemos usar una luz quitamiedos con luz cálida y poca intensidad. Los ruidos deben ser los mínimos durante la noche, pero no durante el día, ya que debe acostumbrarse a los ruidos habituales de la casa.
El estrés y la ansiedad del día a día de los adultos deben quedar aparcados en la puerta para no contagiárselo a nuestros peques, ayudándolos así a que duerman mejor.
Temperatura adecuada
Los peques tienen el mismo frío y calor que los adultos, pero por la noche tienden a moverse mucho y destaparse. Así, surge la inquietud de que puedan pasar frío por la noche y tendemos aabrigarlos en exceso. Sin embargo, es un error y, de hecho, puede contribuir a la aparición de fiebre o sudamina.
La habitación debe tener una temperatura agradable, ni muy fría ni muy calurosa. ¡Y por supuesto que se puede poner el aire acondicionado en verano con bebés! Aunque debe estar a entre 23 y 26ºC y no debemos poner al peque justo en la salida del aire.
Acompañados, siempre mejor que solos
Cada familia elige cómo y dónde duermen sus peques. Aunque la recomendación es que estén al menos hasta los 6 meses en la habitación de sus progenitores, lo cierto es que los bebés necesitan estar acompañados para sentirse seguros.
Estar solos les genera inseguridad y miedo, además de tener la sensación de haber sido abandonados. Un bebé no entiende de habitaciones, ni sabe que estamos cerca si nos necesitan. Por ello, necesitan sentirnos al lado. Este contacto físico activa la secreción de opioides y oxitocina, que inducen al sueño.
De hecho, según explica en este artículo de nuestro blog la psicóloga y especialista en sueño infantil de CSC, Rafi López: “Un bebé necesita sentirse seguro y cerca de sus padres para dormir tranquilos”.
De esta forma, lo ideal sería practicar colecho o, al menos, mantener a los bebés con nosotros, en la misma habitación y cerca de nuestra cama, en una cuna de colecho, por ejemplo, que es una buena alternativa si no se desea o se puede dormir con ellos.
¿Colecho sí o no?
Esta decisión depende de cada familia. Hay quien lo elige porque ayuda al descanso de todos los miembros de la familia al permitir atenderlos rápidamente por la noche si nos necesitan. Si, además, se amamanta, permite que el peque tenga libre acceso al pecho cada vez que lo necesite sin que mamá tenga que incorporarse para cogerlo. Pero también hay familias para las que no resulta cómodo.
Independientemente de los numerosos beneficios del colecho, es fundamental seguir unas normas básicas para que el colecho sea seguro, como hacerlo sobre un colchón firme, sin juguetes ni cojines y evitarlo si uno de los dos progenitores fuma, si ha bebido alcohol o tomado fármacos sedantes o si se padece obesidad o se está excesivamente cansado/a.
Informarse
Conocer el sueño de los niños es clave para saber cuándo existe un problema o un trastorno del sueño o no. Muchas veces, pretendemos que los peques duerman solos en su habitación o descansen toda la noche del tirón, cuando lo más habitual es justo lo contrario. Para ello, puede ser muy útil hacer un registro del sueño y los despertares anotando las horas que duerme de noche y de día, así como las horas que pasa despierto.
Los despertares nocturnos forman parte del sueño infantil en los primeros años de vida y no siempre se deben a hambre. Además, saber cuándo y por qué se producen las regresiones del sueño nos permitirá afrontar el momento con más calma al saber qué ocurre.
Si tienes dudas sobre el sueño infantil de tu peque, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de profesionales que puede ayudarte a resolverlas, entre los que se encuentran la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López.
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