El papel de la succión no nutritiva en la lactancia materna

Si decidís dar lactancia materna, son muchas las horas que el bebé va a estar al pecho. Ya sabéis que la lactancia es demanda y con bastante frecuencia, pero también hay que sumarle todo el tiempo que necesitará estar mamando, pero sin estar comiendo. Si no sabes a qué se debe esto es que aún no has oído hablar de la succión no nutritiva y puede que no sepas por qué es importante.

Cuando vas a tener un bebé haces la lista interminable de todas las cosas que va a necesitar… O que crees que necesitará, porque luego la mitad se convierte en un trasto inútil. Pero ¿a qué nunca te has parado a pensar en equiparte con un sofá cómodo y un buen colchón? Para tu cama, no para la cuna.

Pues te adelanto que vas a pasar bastante tiempo, al menos durante las primeras semanas, en uno de estos dos sitios, sobre todo si das lactancia materna. Y es que hay una parte fundamental de la misma de la que no se suele oír hablar apenas: la succión no nutritiva.

El reflejo de succión-deglución

La succión es un reflejo involuntario que ya se aprecia en el bebé cuando se encuentra en la barriga de su mamá. En muchas ecografías puede observarse al feto chupándose el dedo, y también tragan líquido amniótico. Es uno de los reflejos primitivos con los que nacen, como también lo son el reflejo de presión palmar (ese que hace que te agarre con fuerza el dedo si se lo acercas a su manita) o el reflejo de marcha automática (el bebé puede dar una especie de pasos si lo sujetas por el tronco, con los pies apoyados sobre una superficie).

Succionar es un reflejo de supervivencia, vital para alimentarse. Cuando rozas las mejillas o los labios de un recién nacido, automáticamente se iniciará el reflejo de búsqueda y abrirá la boca. Después, con el contacto en el paladar, iniciará la succión y posteriormente, la deglución. La capacidad de combinar succión-deglución-respiración se desarrolla en las últimas semanas de gestación, por lo que los bebés prematuros pueden tener cierta dificultad.

La práctica continuada de la succión al pecho ayuda a mejorar la técnica y favorece el desarrollo de los músculos y articulaciones de la boca, el cráneo y toda la zona facial. Es como un entrenamiento para cuando toque empezar a masticar comida entera y aceptar diferentes texturas. Cuando la succión es profunda, rítmica y sostenida y la lengua ordeña el pezón, se produce la salida de la leche y esta se deglute.

El bebé realiza ciclos de 15 a 30 succiones seguidas, las mejillas se redondean, la mandíbula se mueve hasta las orejas, e incluso si estamos en silencio se oye cómo traga. Es lo que se llama succión nutritiva, y tenemos que estar pendientes de que se hagan tomas frecuentes así, para que el bebé esté bien alimentado.

La succión no nutritiva: Un estímulo para producir la leche

Como ya sabéis, a más succión más producción, pero es menos conocido que la succión no nutritiva también promueve la producción de leche. Aunque sea más superficial y rápida, igualmente se activan los receptores de prolactina y oxitocina que se encuentran en la areola y el pezón.

Así que, si tu bebé quiere estar en el pecho, aunque veas que realmente no está comiendo, no es ni mucho menos en vano. Igual que cuando se ponen a masajear el pecho o el pezón, lo que se conoce popularmente como “sintonizar”. Puede ser molesto o desagradable para la madre, pero en realidad tiene una finalidad clara: estimular la producción de leche.

Succión afectiva, la calma que necesitan

Se le llama “succión no nutritiva”, pero en realidad sí que alimenta. Porque aunque no reciba los típicos nutrientes, gracias a esta succión también se está alimentando de mucho amor. Teorías psicológicas como la Economía de las Caricias ponen en relieve que, para el ser humano, el cariño es un nutriente tan vital como el alimento.

Por eso, quizás podríamos llamarle mejor succión afectiva. Esa con la que puede quedarse un buen rato, tranquilito o tranquilita al finalizar la toma, o esa que a veces necesitan en mitad de la noche para volver a dormirse. En este sentido, la lactancia nocturna también ayuda al bebé a descansar más y mejor.

La succión también estimula la producción de serotonina, el neurotransmisor de “la felicidad”. Regula el estado de ánimo y favorece la calma y la serenidad. Seguramente por eso también los recién nacidos lleguen con este reflejo tan activado, porque a través de la succión lograrán disminuir el estrés y sentirse seguros en un mundo desconocido para ellos y, a veces, hasta un poco agresivo en comparación con la tranquilidad y confort del vientre materno.

Además entrena la propiocepción, el sentido con el que perciben su cuerpo, su presencia. Los receptores de la propiocepción se encuentran en los músculos y las articulaciones, por eso a través de la succión también consiguen estimularla, ganando en calma y tranquilidad, porque este sentido nos dota de un efecto de sedación. Y los bebés precisan mucho de esto, ya que son hipersensibles y necesitan regularse continuamente.

Y no solo esto, también está comprobado que reduce el dolor. Es por esto que se recomienda la “tetanalgesia” en los procedimientos como la administración de vacunas, además de por las propiedades analgésicas de la leche materna (lactosa, péptidos bioactivos con función opioide y triptófano), por el efecto calmante que provoca la succión. Así, si no es posible amamantar, igualmente está indicado el uso de un chupete o simplemente ofrecer un dedo al bebé durante la intervención.

Favorece la recuperación del neonato hospitalizado

En el 2012 se realizó una revisión bibliográfica para comprobar el efecto de la succión no nutritiva en la recuperación de los bebés prematuros. Y se concluyó que, efectivamente, reduce el estrés y el dolor, además favorece la ganancia de peso, la maduración y acelera el paso de la alimentación con sonda hacia la alimentación oral completa. Y es que la succión no nutritiva es menos compleja al no haber apenas deglución, por lo que los bebés prematuros están antes preparados para realizarla.

Además mejora la ventilación, puede ayudar a la organización del neurodesarrollo y favorece la maduración neuromuscular. El alivio del dolor también reduce la inestabilidad hemodinámica, la presión intracraneal y la disminución de la oxigenación. Así, los bebés que realizan succión no nutritiva (ya sea en el pecho de su madre, con chupete o a través de la presión táctil perioral e intraoral con el dedo) precisan menos tiempo de hospitalización.

Asimismo, sirve como estímulo sensorial, algo muy necesario desde el nacimiento y del que están privados los bebés hospitalizados por las condiciones en las que se encuentran. La falta de luz natural, las intervenciones, el ruido, el trajín de tantas personas trabajando… No es un ambiente muy favorable para su desarrollo, pero gracias, entre otras cosas como el piel con piel con sus progenitores y a la succión no nutritiva, podemos ayudarles a explorar a través de este mecanismo y a regularse con mayor facilidad.

Bienestar y seguridad

Pensaréis que todo esto se se puede conseguir igual con un chupete, en lugar de estar todo el día en la teta de mamá… De hecho, seguro que alguna vez has escuchado el comentario de: “Está usando la teta de chupete”, dando a entender que el bebé no está haciendo nada importante al pecho y que puede prescindir de esos momentos. Sin embargo, debemos aclarar que el chupete es un invento moderno, que se creó precisamente para dar un respiro a la mamá, y que el bebé lo pueda utilizar como pecho para la succión afectiva. Es decir, el chupete es el sustituto del pecho por lo que en realidad, es el chupete lo que se utiliza como teta y no la teta de chupete.

Si das lactancia materna, ¡no se puede comparar! Además de por lo dicho antes de la producción de leche, la boca del bebé está diseñada para albergar el pezón, que es lo único que verdaderamente respeta su fisionomía y no provoca alteraciones, permitiendo a la lengua moverse con libertad hacia el cielo de la boca, que es donde debe colocarse.