Los falsos cólicos del lactante

Artículo publicado el 9 Ago 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 8 febrero, 2024

Muchas madres y padres describen este mismo comportamiento en su bebé de pocos días de vida. “Durante la mañana está tranquilo y se pasa casi todo el tiempo durmiendo, por la tarde se despierta más, pero por la noche empieza a llorar desconsoladamente y no hay nada que le calme. ¿Serán cólicos?” En realidad estamos hablando de los falsos cólicos del lactante, pues nada tiene que ver con los gases o el sistema digestivo inmaduro.

Los falsos cólicos del recién nacido

Así los describía Armando Bastida, Enfermero de pediatría y CEO de Criar con Sentido Común en un hilo en la red social Twitter:

“Son muchas las madres y padres que en la consulta dicen ‘creo que tiene cólicos porque llora mucho de noche’, con bebés de apenas 4-5 días. Pero los cólicos del bebé (o llanto inconsolable del bebé, porque no se sabe bien por qué lloran), suelen empezar en la segunda o tercera semana de vida, y por eso siempre pregunto: ‘¿Aún vienen muchas visitas a casa?’ No falla. Se les van los ojos el techo y responden un agónico ‘Sí’.”

¿Qué le está pasando al recién nacido? ¿Por qué al llegar la noche y quedarse la casa en calma después de un día revuelto con visitas empieza a llorar sin consuelo?

 

 

Algunas personas llegan a decir que al bebé le gusta demasiado el ruido y el ajetreo, por eso protesta cuando se van. Otras piensan que ya empezó con los temidos cólicos, e incluso se puede llegar a asumir que a esa hora la madre tiene menos leche en el pecho y que el bebé se está quedando con hambre porque es insuficiente.

Pero en realidad lo que le ocurre al bebé, estos falsos cólicos, se deben a que ha sido sobreestimulado, que ha pasado demasiado tiempo separado de los brazos de mamá (y probablemente no ha comido o descansado todo lo que debería con tanta visita), que se ha puesto muy nervioso/a con tantas voces, olores irreconocibles y brazos diferentes (pasar de brazo en brazo es algo que a los bebés les estresa mucho). Y que, tal y como explica Bastida:

“Los progenitores tienen que conocer a su bebé y viceversa. Comunicarse y entender el llanto, saber cómo calmarlo, cómo susurrarle, cantarle y buscar la manera de hallar la paz y la tranquilidad necesarias. ¿Cómo van a empezar con ello si siempre hay gente?”

 

 

Cómo prevenir los falsos cólicos del lactante

Mucho mejor que buscar una solución posterior (puede ayudar que los adultos mantengan la calma, darle un masaje si lo permite, portearlo o un baño cortito si al bebé le serena el agua – porque los hay que todo lo contrario -) es evitar que lleguen a este estado de nerviosismo.

Entre los cuidados del recién nacido debemos tener en cuenta que somos los adultos quienes debemos adaptarnos a esta nueva vida, y no al contrario. Aunque no será hasta dentro de unos meses cuando comiencen a tener cierta rutina de sueño y alimentación, y la siestas y las tomas son bastante caóticas, es importante intentar rebajar el ritmo en el día a día.

Esto es algo que deberíamos tener en cuenta siempre, incluso con niños mayores, ya que un ritmo frenético lleno de compromisos y actividades también les afecta.

 

 

Podemos salir a pasear con el recién nacido desde su primer día de vida, siempre que mamá se encuentre bien físicamente. De hecho los paseos van a ser beneficiosos para su recuperación postparto, y para despejar la carga mental.

También al bebé le van a venir bien esos paseos, la claridad del sol para la vitamina D (cuidado con las horas a las que salimos y la temperatura que hace), el movimiento (tanto si va en el carrito como en portabebé, ¿sabías que se puede portear desde el nacimiento?), respirar al aire libre… Todo eso favorecerá que llegue a la noche algo más relajado.

 

 

Y por supuesto: muchos brazos reconfortantes. ¡Pero de mamá o papá! Ya que en las primeras semanas de vida es especialmente importante evitar los brazos ajenos, aquellos que en lugar de calmarle van a estresarle. Además, tanto los progenitores como el bebé necesitan tiempo para conocerse, para favorecer el contacto físico y emocional y disfrutar del vínculo afectivo que se está creando. Así, con calma y tranquilidad durante el día, evitaremos que al llegar la noche el recién nacido termine por “estallar” y entre en un bucle de llantos.

 

 

Las visitas al recién nacido

Aunque algunas familias lamentan cómo la situación de la pandemia por Covid-19 ha afectado a las relaciones sociales, lo cierto es que la mayoría lo agradecen. La estancia en el hospital tras el parto es menos estresante ya que no tienes que gestionar ninguna visita. Y luego en casa hay, en general, más conciencia y se tienen en cuenta las recomendaciones sobre las visitas al bebé en pandemia.

Pero claro, esto no siempre se respeta. Y si un ratito de compañía y ayuda con las cosas de la casa pueden venir muy bien, las visitas que se eternizan son en gran medida culpables de los falsos cólicos del lactante. No debemos olvidar que, por muchas ganas que tenga el resto de la familia y los amigos de conocer al recién nacido (y cuanto antes mejor, ya que “crecen tan rápido…”) siempre debe primar el bienestar del bebé.

 

 

Saber esto es relativamente sencillo, pero llevarlo a la práctica no tanto. Aunque como bien dice el refranero “más vale una colorada que cien amarillas”. Y quien no entienda que es por el bien del recién nacido (y de sus padres), es que no se merece estar con el bebé. Si necesitáis algunos consejos para gestionar esto, en la Tribu CSC tenemos un montón de maravillosas familias dispuestas a contar su experiencia. Y si crees que puede ser otra cosa lo que esté afectando a tu bebé que tanto llora, puedes consultar a nuestro equipo de expertos siempre que quieras.

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