¿Es normal no sentir apego con tu bebé recién nacido?

Alrededor de un 20% de las madres no sienten apego de inmediato por su bebé recién nacido

Artículo publicado el 3 Jun 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 8 octubre, 2022

Probablemente, has escuchado a muchas mamás decir que se enamoraron perdidamente de su bebé en cuanto lo vieron después de dar a luz. O has oído la típica frase que dice que en el parto conocerás al amor de tu vida. Sin embargo, puede que tú no establecieras ningún tipo de vínculo afectivo en ese momento. ¿Es normal no sentir apego con el recién nacido?

¿Por qué no siento una conexión con mi bebé?

La realidad es que faltan estudios específicos que expliquen cómo de normal es no sentir un amor infinito la primera vez que ves a tu hijo como no sentirlo. De hecho, alrededor de un 20% de las madres no sienten apego por su bebé recién nacido inmediatamente después de haber dado a luz.

Por otra parte, hay mujeres que lo sienten desde el mismo momento de la concepción, a medida que ven crecer su barriguita, cuando sienten su primera patada o en el mismo instante del nacimiento. No hay un momento concreto para sentir apego por tu bebé ni es igual para todas las mamás.

Lo que sí suele ser más habitual es sentirnos culpables por no establecer ese vínculo de manera inmediata. Y eso, irremediablemente, nos lleva a plantearnos si aparecerá en algún momento, a la preocupación, al sentimiento de culpa o a sentirnos mala madre. O si es indicativo de algo más, si es un síntoma a tener en cuenta, y por tanto buscar ayuda.

 

Las causas para no sentir apego inmediato pueden ser muy diversas, aunque la clave suele estar muchas veces en las primeras horas posteriores al nacimiento:

  • Parto prematuro. Un bebé prematuro que requiere su ingreso en la UCI es separado de su madre nada más nacer. Por ello, en ocasiones, a la mamá le puede costar más trabajo del habitual sentir apego por su hijo.
  • Cesárea. Aunque cada vez son más los hospitales que mantienen al bebé junto a su madre después de una cesárea, aún hay algunos que los separan por protocolo durante varias horas.
  • Agotamiento, dolor y estrés. El parto puede resultar agotador y muy doloroso en algunos casos. Esta situación nos puede llevar a rechazar al bebé en un primer momento por puro agotamiento.
  • Decepción por el parto que no fue. Cada parto evoluciona de una forma, por ello, no podemos llegar a él con unas expectativas fijas. Debemos ser muy flexibles a todo lo que puede ocurrir durante el proceso para no sentirnos decepcionadas o frustradas en caso de que las cosas no salgan como habíamos planeado.
  • Parto traumático. En los casos de parto traumático el factor emocional también puede jugar en contra.
  • El miedo a lo nuevo. Estrenarse como padres conlleva descubrir todo un mundo de cosas nuevas, además de la sensación de que tu vida ha cambiado para siempre. Esto puede provocar miedo y ansiedad a lo desconocido y rechazo a la personita que ha puesto todo del revés y ha provocado un cambio vital.
  • El postparto está lleno de luces y sombras y, en ocasiones, el baile de hormonas que viven las mamás en esta etapa puede dificultar sentir apego con el bebé. De hecho, hay estudios que relacionan la depresión postparto con la falta de vínculo entre mamá e hijo.
  • También podría estar relacionado con el tipo de apego de la madre. Tipos de apego evitativos y ambivalentes pueden suponer que la madre interactúe de una manera deficiente. Lo cual es bueno tenerlo en cuenta para dar apoyo terapéutico a esas madres y poder ayudar a una mejor vinculación.
  • Otro factor que puede dificultar la vinculación con el bebé es la falta de apoyo de la pareja, si la hay, y otros riesgos psicosociales que rodean a la madre, como un entorno invasivo y poco contenedor, por ejemplo.

Como indicábamos, todavía falta mucho por investigar. Lo que está claro, es que el puerperio es una etapa de mucha vulnerabilidad para la madre y que hace falta más sensibilidad y apoyo en esta etapa. Por el bien de la madre y el neonato.

 

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¿Qué hacer si no sientes apego con tu bebé?

El apego, como el cariño, no se puede forzar; pero sí trabajar. Solemos preocuparnos si no existe de inmediato. Lo normal es que aparezca tarde o temprano, así que ante todo, date tiempo. Hay que tener paciencia y confianza en ti misma y en tu bebé. Debes olvidarte de las expectativas y evitar compararte con nadie.

Tanto el cariño como el vínculo suelen aparecer con el tiempo sin necesidad de forzarlo. Así, la estrecha relación que se establece entre madre e hijo, con todo tipo de cuidados en sus primeras semanas es un primer paso para establecer la conexión.

Practicar piel con piel es una de las mejores formas de fomentar el vínculo. Además de sus innumerables beneficios, como ayudar a prevenir la muerte de los bebés prematuros, suele generar una sensación placentera que ayuda a crear la conexión. Cogerlo en brazos, mecerlo, acunarlo, abrazarlo… El contacto es fundamental para la mamá y para el bebé.  No obstante, tener en cuenta tus necesidades también es primordial. A veces puedes necesitar delegar a ratos el cuidado del bebé. No forzar y respetar tus ritmos te ayudará. 

 

 

La lactancia materna o artificial también son un momento clave. Además, entran en juego los sentidos: los bebés pueden reconocer a sus madres por el olor a lo que se suma el contacto visual, a pesar de que durante las primeras semanas la vista del recién nacido es muy limitada.

En el caso de los bebés prematuros, cada vez más UCI neonatales permiten el acceso las 24 horas del día. Así, podrás estar junto a tu bebé todo el tiempo que desees, lo que te permitirá establecer poco a poco el vínculo. Si has tenido una cesárea y te han separado de tu pequeño, el papá debería hacer piel con piel con él. Y en cuanto estés con él, no dudes en ponerlo sobre ti.

El bebé necesita estar cerca de su madre y otras figuras que le transmitan confianza y seguridad. Por ello, portear (pero siempre con sistemas ergonómicos) es una buena opción para ambos ya que conlleva importantes beneficios físicos y psicológicos para ambos. De hecho, el porteo favorece el vínculo y contribuye a crear un apego seguro. ¿El resultado? Un futuro adulto más seguro de sí mismo y con mayor autoestima.

 

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A ello se suma el colecho. Entre los múltiples beneficios de dormir con nuestros hijos, destaca que fortalece el vínculo entre padres e hijos al permitir pasar más tiempo juntos más allá de las responsabilidades del día a día. Además, según algunos especialistas, practicar colecho mejora la confianza y la comunicación entre padres e hijos. No obstante, si no te sientes cómoda haciéndolo, es mejor que hagas lo que te dé seguridad a ti, para poderla transmitir a tu bebé.

La realidad es que el apego se construye día a día. Poco a poco, el bebé irá interactuando más con su madre, lo que también ayudará a mejorar la unión entre ambos. Así, puede que cuando llegue la primera sonrisa te des cuenta que te invade el amor por esa personita.

 

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Pero el vínculo no es solo cosa de madres. Los papás también deben establecerlo con sus hijos.. Para ello, es clave su compromiso durante el embarazo, el parto y el puerperio, además de con su hijo una vez que nace. Del mismo modo, el contacto físico con el bebé haciéndose cargo de sus cuidados y sus primeros juegos, ayudarán también a la conexión entre ambos.

¿Y si mi bebé no tiene apego conmigo? El apego no solo es cosa de papá y mamá, también el bebé lo necesita para sentirse seguro. De hecho, tal y como explica el psiquiatra y psicoanalista John Bowlby, la necesidad de vinculación del bebé con su figura de apego (habitualmente con mamá) es una necesidad primaria. Aunque las personas cuidadoras no sientan ese vínculo de primeras, el bebé lo trae incorporado. Con una respuesta responsable a sus necesidades ese vínculo se mantendrá por su parte. Mientras se va incentivando el apego de sus cuidadores.

Así, lo normal es que se establezca en un primer momento con la persona que proporciona los cuidados, que lo alimenta o que lo calma en brazos cuando llora. Y es que los bebés necesitan sentirse seguros y en calma para desarrollar su autoestima, su personalidad y su inteligencia.

 

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No sentir esa protección y apoyo les lleva a sentirse desprotegidos e indefensos ante cualquier situación de la vida, desde la más básica a otras más complejas. Por ello, trabajar el apego seguro y darle amor desde el primer momento es clave para el desarrollo de la personalidad del pequeño. Aunque todavía no sientas ese vínculo. No necesitas sentir ese vínculo para ser su sostén, responder a sus necesidades y ser vínculo seguro para él o ella.

Si pasado un tiempo, sigues sin sentir apego por tu bebé, es aconsejable que hables del tema. Puedes pedir ayuda a un profesional o hablar con otras mamás de la Tribu CSC que hayan pasado por tu misma situación. ¡Hacer tribu para poder hablar sin tapujos y no sentirse juzgada es muy importante!

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