Investigadores británicos detectan un aumento de los trastornos alimentarios y las autolesiones en chicas

Los trastornos alimentarios y las autolesiones en adolescentes comparten factores de riesgo. Pueden esconder otro tipo de trastornos de salud mental.

Ahora, un grupo de investigadores británicos ha publicado un estudio que muestra un gran aumento de ambas circunstancias entre chicas adolescentes de 13 a 16 años entre 2020 y 2022.

El estudio se publicó en junio en The Lancet Child and Adolescent Health y ha sido desarrollado por personal investigador de las Universidades de Manchester, Keele, Exeter y la organización benéfica The MCPin Foundation.

Los investigadores han hecho un seguimiento mensual de los casos de trastornos alimentarios y episodios de autolesión entre adolescentes del Reino Unido en los 2 años posteriores a la pandemia del Covid-19.

 

 

Después, han comparado datos con los 10 años anteriores. Y han demostrado que, efectivamente, los casos se han multiplicado, sobre todo en chicas y, especialmente, entre los 13 y 16 años.

Las investigadoras contaron con un grupo asesor formado por jóvenes que habían superado trastornos alimentarios y autolesiones, así como por padres y cuidadores para dar forma al estudio e interpretar los datos.

¿Por qué los trastornos alimenticios afectan más a los adolescentes?

Los trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones en la relación de una persona con la comida y su cuerpo. Se tiene una preocupación muy fuerte sobre el peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros aspectos.

Suelen aparecer entre los 12 y los 21 años, aunque cada vez aparecen antes, con datos incluso de menores de 8 o 9 años.

“Desafortunadamente, las señales de un TCA son cada vez más tempranas. En esto influyen las redes sociales, la relación con los iguales, que cada vez se habla y se está más pendiente de todo lo relacionado con la estética, la imagen y el cuerpo”, explica Mamen Bueno, psicóloga del equipo de Criar Con Sentido Común, a quien podéis consultar online en la Tribu CSC.

 

 

¿Y qué porcentaje de adolescentes sufren trastornos alimentarios? Pues, según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia de Cataluña, alrededor del 4,5% de menores y jóvenes lo sufren.

Afectan mayormente a chicas, aunque en el caso de los chicos, tal y como refleja el estudio de Gran Bretaña, hay más riesgo de intentos de suicidio para ellos.

¿Cuáles son las principales causas de los trastornos alimentarios?

No hay una sola causa. Los trastornos alimentarios, igual que las autolesiones en adolescentes, responden a causas multifactoriales. En el caso de los TAC, Bueno afirma:

“Existen factores de tipo genético, pero también influye la relación familiar con la comida; el modelo estándar generalizado que asocia delgadez a éxito y salud; si la persona ha sufrido acoso o bullying; si ha tenido algún trauma, etc.”.

Otro factor que puede condicionar la aparición de un trastorno de conducta alimentaria en un niño o adolescente es una mala regulación emocional. A veces, los problemas con la comida empiezan como vía de escape a la falta de herramientas para expresar lo que se siente. En este sentido, los cuidadores debemos ofrecerle esas herramientas desde pequeños ya que, posteriormente, las emociones en la adolescencia pueden ser una auténtica montaña rusa para nuestros hijos (y para nosotros).

 

 

¿Qué impacto tiene en la sociedad los trastornos alimentarios?

Como explica la psicóloga Mamen Bueno,  el peso de la sociedad es importante en los trastornos alimentarios.

En el caso del estudio publicado en The Lancet, el foco se ha centrado en los dos años posteriores a la pandemia del Covid-19 y esta circunstancia influyó en el aumento de casos de TAC y de autolesiones entre las adolescentes británicas.

El deterioro en la salud mental ya se había detectado años antes, pero la interrupción de las clases y las rutinas diarias, el aislamiento social, el estrés familiar, la inseguridad y la preocupación por el Covid-19 ahondó en ese deterioro. A ello se sumó que la ansiedad se mantuvo cuando comenzaron las medidas de flexibilización por el deseo de volver a las rutinas anteriores.

 

 

La crisis económica, la percepción de falta de movilidad social y mayor división entre estratos sociales “podrían haber contribuido al empeoramiento de la salud mental de los jóvenes”, añaden las autoras.

Autolesiones en adolescentes

¿Qué significa cuando un adolescente se autolesiona? Las autolesiones en adolescentes son una respuesta a estados emocionales que estos no pueden o no saben gestionar: la ira, la desesperación, la ansiedad, la angustia. Es una forma de liberarse de estos sentimientos a través del daño físico.

Las autolesiones en la adolescencia pueden responder a distintos factores, como aspectos sociodemográficos (se dan más casos en chicas); psicopatológicos (baja autoestima, depresión, trastornos de conducta…); o factores precipitantes psicosociales (acoso escolar, divorcio de los padres, problemas familiares, abuso sexual, violencia doméstica…).

 

 

Otro factor importante y relativamente nuevo es la influencia de las redes sociales. Ante vivencias negativas, que les generan estrés o ansiedad, muchos adolescentes se refugian en la realidad virtual de las nuevas tecnologías. A través de ella pueden llegar a otros jóvenes que se autolesionan, de modo que la visión negativa desaparece y se asume como algo que les hace pertenecer a un grupo de iguales.

¿Qué trastorno tienen las personas que se autolesionan?

Tanto los trastornos de conducta alimentaria como las autolesiones a menudo indican otros problemas de salud mental subyacentes. En el caso de las autolesiones, estas suelen vincularse a patologías como trastorno límite de la personalidad, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático y trastornos alimentarios.

Según los autores británicos de este estudio, los trastornos alimentarios y las autolesiones están interrelacionadas en muchas ocasiones. En su investigación resaltan que más del 50% de las personas que se autolesionan también tienen TCA. En el caso contrario, entre el 25 y el 55% de las personas con TCA se autolesionan.

 

 

El estudio de las Universidades de Manchester, Keele, Exeter y de la ONG The McPin Foundation ha puesto el foco en cómo los trastornos alimentarios y las autolesiones han empeorado desde la pandemia del Covid-19.

Trastornos de conducta alimentaria y autolesiones: ¿Por qué han aumentado tras la pandemia?

Lo cierto es que la investigación ha dejado al descubierto un “gran aumento” de los diagnósticos de trastornos alimentarios y autolesiones en adolescentes. Para realizar el estudio los investigadores utilizaron los registros más conocidos de salud del Reino Unido.

Tuvieron acceso a datos de 9 millones de adolescentes y jóvenes de entre 10 y 24 años de casi 1.500 consultorios de toda Gran Bretaña. Realizaron un seguimiento para determinar la tasa de incidencia mensual de TCA y autolesiones desde marzo de 2020 a enero de 2022. Las autoras tuvieron en cuenta distintos criterios como la edad, el sexo o la situación económica de los pacientes.

 

 

Esas tasas mensuales fueron comparadas con las de los 10 años anteriores para comprobar la incidencia. Es decir, se estudiaron datos de 2010 a 2022. La autora principal, la doctora Pearl Mok, de la Universidad de Manchester afirma en la web de su universidad:

“Es probable que las razones del aumento de los diagnósticos de trastornos alimentarios y de los episodios de autolesión entre las adolescentes durante la pandemia sean complejas y podrían deberse a una combinación de cuestiones como el aislamiento social, la ansiedad resultante del cambio de rutinas, la interrupción de la educación, las influencias nocivas de las redes sociales y una mayor conciencia clínica”.

Más incidencia de TAC en niñas de zonas más ricas, y de autolesiones en niñas de zonas pobres

Los resultados de este estudio sobre trastornos alimentarios y autolesiones muestran que los primeros fueron un 42% más altos de lo esperado (si se compara con la tendencia de los 10 años anteriores) en niñas de entre 13 a 16 años. Y un 32% más altos en el caso de las adolescentes de 17 a 19 años.

El aumento de autolesiones también fue mayor en las niñas de 13 a 16 años. Concretamente un 38% más de lo esperado. No se observó una subida de las tasas en el caso de menores de otras edades. Y no hubo aumento de trastornos alimentarios o autolesiones en chicos. Las cifras se mantuvieron similares a los 10 años anteriores.

 

 

Otro aspecto llamativo fue la situación económica de las pacientes. Durante los 10 años anteriores a la pandemia, los diagnósticos de trastornos alimentarios en chicas fueron más comunes en entornos más ricos que en zonas desfavorecidas. Esa diferencia se ha mantenido.

Desde marzo de 2020, los diagnósticos de trastornos alimentarios para las mujeres que viven en las comunidades menos desfavorecidas fueron un 52% más altos de lo esperado, en comparación con un 22% más altos para las que viven en barrios pobres.

En el caso de las autolesiones, las tasas fueron más altas en zonas desfavorecidas antes de la pandemia. Después, esas diferencias económicas de las chicas que se autolesionan disminuyeron a partir de 2020.

“Necesidad urgente” de atender los trastornos alimentarios y las autolesiones en adolescentes

Para los investigadores, este estudio hace patente la importancia de una atención precoz y adecuada a estas jóvenes. La psiquiatra infantil y adolescente y coinvestigadora de la Universidad de Manchester, Shruti Garg, indica que:

“El asombroso aumento de los diagnósticos de trastornos alimentarios y de los episodios de autolesiones entre las adolescentes pone de relieve la necesidad urgente de mejorar el acceso temprano a los servicios y de una intervención oportuna“.

 

 

Por su parte, otra de las investigadoras, Carolyn Chew-Graham, médica de cabecera académica añade que la “identificación temprana” de las dificultades de salud mental en niños y adolescentes es “extremadamente importante”, ya que esto facilita el “acceso oportuno” a los tratamientos. Sin embargo, es necesario que los profesionales de atención primaria tengan “capacidad suficiente” para satisfacer la “creciente demanda”.

Hay que tener en cuenta que, tal y como reconocen las autoras, muchos episodios de autolesiones han podido quedar ocultos al no ser tratados en los servicios de salud. Y eso implica que la incidencia ha podido ser mayor de la observada.