Depresión infantil: Cuáles son los síntomas

Artículo publicado el 9 May 202 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 10 abril, 2024

Según la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia del Ministerio de Sanidad, se calcula que hasta un 20% de los niños y jóvenes de hasta 18 años habrán sufrido a lo largo de su vida algún episodio depresivo. Las cifras, como veis, son alarmantes y merecen nuestra atención. Hoy, vamos a esbozar la sintomatología de la depresión infantil con el fin de poder detectar este trastorno de manera precoz en nuestros/as hijos/as ya que produce un impacto negativo sobre su desarrollo personal, escolar y familiar.

¿Qué es la depresión infantil?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que engloba una serie de síntomas afectivos acompañados de síntomas cognitivos, volitivos y físicos.

La tristeza patológica, la apatía y la irritabilidad son algunos de los síntomas afectivos que podemos encontrar en los cuadros depresivos. Los síntomas varían ligeramente dependiendo de la edad de los niños.

 

 

¿Qué provoca la depresión infantil?: Síntomas de la depresión infantil

En menores de siete años encontramos:

• Tristeza, irritabilidad y problemas de apetito y sueño como síntomas más frecuentes.
• Rabietas frecuentes y llanto sin causa aparente.
• Somatización en forma de dolor de cabeza o de tripa.
• Pérdida de interés por los juegos habituales.
• Cansancio y disminución o aumento de la actividad motora.
• En ocasiones, fracaso para alcanzar el peso adecuado a la edad, retraso en el desarrollo psicomotriz o dificultades en el desarrollo emocional.

 

 

En los niños de 7 a 12 años aproximadamente, los síntomas se presentan en cuatro ámbitos diferentes:

• Afectivo-conductual: irritabilidad, agresividad, apatía, tristeza, aburrimiento, culpabilidad e, incluso, ideas e intentos de suicidio.
• Cognitivo (escolar): baja autoestima, problemas de concentración, fobia escolar y trastornos de conducta en la escuela.
• Familiar: conflictos y dificultad de relación con otros miembros de la familia.
• Somático: dolores de cabeza o estómago, trastorno de sueño, trastornos del control de esfínteres, problemas para alcanzar el peso adecuado y disminución o aumento del apetito.

En adolescentes los síntomas son similares a los de la etapa anterior, aunque se observa un aumento de las conductas negativistas, abuso de alcohol y otras sustancias, intentos de fuga, irritabilidad, aislamiento y retraimiento social, tristeza, descuido del autocuidado y disminución de la autoestima. En esta etapa también aumentan los pensamientos relativos al suicidio y los intentos de suicidio.

 

 

¿Cómo saber si tu hijo sufre de depresión?

Como podéis imaginar no siempre se dan todos los síntomas al mismo tiempo ni con el mismo nivel de severidad. Este hecho unido a que, en ocasiones, el trastorno se puede presentar asociado a trastornos disociales, trastornos por déficit de atención o trastornos de ansiedad entre otros, hacen que el diagnóstico no sea tan sencillo.

Por tanto, es imprescindible que un equipo profesional especializado formado por psicólogos y psiquiatras realice una valoración exhaustiva que incluya no solo las pruebas pertinentes al niño sino también cuestionarios y tests para detectar depresión infantil al entorno familiar y escolar.

¿Qué es un cuadro de depresión infantil?

Para realizar el diagnóstico, los profesionales cuentan con clasificaciones como la de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud conocida como CIE-10. Esta clasificación establece comparativas en la sintomatología dependiendo de que se trate de adultos o de niños y adolescentes.

 

 

Los criterios generales para un episodio depresivo, según esta clasificación, son los siguientes:

• Debe durar al menos dos semanas.
• No se puede atribuir al abuso de sustancias psicoactivas o a un trastorno mental orgánico.

Además, en niños y adolescentes, deben estar presentes al menos dos de los siguientes síntomas:

• Humor triste, depresivo o irritable.
• Pueden no ser capaces de describir su estado de ánimo, pero presentar quejas físicas vagas y expresión facial triste.
• Pueden presentar comportamiento imprudente o colérico.
• Mayor reactividad al ambiente que en los adultos.
• Pérdida de interés en los juegos habituales, el ocio o las actividades escolares.
• Fatiga.

 

 

Finalmente, deben estar presentes uno o más síntomas de los siguientes de manera que la suma total sea de al menos cuatro síntomas diferentes:

• Baja autoestima.
• Autodesvalorización.
• Indicios no verbales de conducta suicida con comportamientos de riesgo (a veces a modo de juego) y gestos autolesivos.
• Problemas de atención y concentración que derivan en problemas de conducta o bajo rendimiento escolar.
• Comportamiento hiperactivo.
• Alteraciones de sueño.
• Pérdida de ganancia de peso.

Cabe destacar que los síntomas de tipo somático son más frecuentes en los niños que en los adultos.

 

 

Tipos de depresión infantil

Dependiendo de la cantidad de síntomas que presente el niño, la CIE-10 establece la graduación entre episodio depresivo leve, moderado y grave. 

Causas de la depresión infantil

A menudo, el desarrollo de una depresión está sustentado por varios factores.

¿Cómo se puede tratar la depresión infantil?

La depresión en niños y adolescentes, como vemos, es un trastorno complejo que requiere de una evaluación completa tanto de la sintomatología como de los factores de riesgo biológicos y ambientales que pueden estar implicados ya que algunos de ellos pueden predisponer a padecer el trastorno mientras que otros pueden ser desencadenantes o incluso mantenerlo en el tiempo.

 

 

En resumen, si observamos alguno de estos síntomas en nuestros/as hijos/as, debemos consultar con los equipos profesionales pertinentes para que puedan valorarlo y detectar de forma precoz el trastorno con el fin de realizar el tratamiento necesario y garantizar un mejor pronóstico. 

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