Un programa de terapia online consigue reducir las autolesiones en adolescentes en un 82%

Un programa de terapia por Internet ha conseguido reducir las autolesiones en adolescentes en un 82%. Así lo ha revelado un estudio desarrollado en Suecia, que pone en valor la importancia de la gestión de emociones desde la infancia.

Las autolesiones en adolescentes son cada vez más numerosas y se dan a una edad más temprana. Lo reveló un estudio en marzo de 2023, en el que se indicaba que 1 de cada 4 urgencias pediátricas de salud mental en menores era por autolesiones.

Un programa de terapia online consigue reducir las autolesiones en adolescentes en un 82%

Ahora, un programa de terapia online ha conseguido reducir las autolesiones en adolescentes en un 82%, según se revela en el estudio realizado por investigadores del Karolinska Institutet y la Región de Estocolmo publicado en JAMA Network Open.

El tratamiento, conocido como Terapia Individual De Regulación de Emociones para Adolescentes a través de Internet (IERITA) persigue reducir el comportamiento autodestructivo ayudando a los jóvenes a manejar y regular sus emociones de una forma más adaptativa.

 

 

Según explica el autor Johan Bjureberg, docente del Departamento de Neurociencia Clínica, Instituto Karolinska:

“La terapia pretende enseñar a los jóvenes formas de regular sus emociones con el fin de que tengan menos necesidad de hacerse daño. Y los resultados indican que esta suposición es correcta”. 

En el estudio participaron 166 jóvenes de entre 13 y 17 años que se habían autolesionado al menos 5 veces en el último año (incluida una vez en el último mes) y sus padres. El estudio pone de manifiesto la necesidad de seguir investigando con grupos más amplios de población.

Realizado entre 2017 y 2020 en Suecia, los participantes recibieron IERITA como complemento a la atención habitual ofrecida por el servicio de psiquiatría infantil. Y los resultados fueron más que optimistas al conseguir una reducción del 82% en los episodios de autolesión y otros comportamientos destructivos, además de una mejor capacidad para regular las emociones y un mayor nivel de funcionamiento después del tratamiento.

 

 

Estos datos contrastan con el grupo que solo recibió su tratamiento de atención habitual, donde se consiguió una reducción del 47%. Además, se comprobó su efecto a largo plazo, constatándose que los efectos de IERITA seguían siendo significativos tras un seguimiento de 3 meses.

¿En qué consiste esta terapia y cuál es la clave de su éxito?

En primer lugar, el formato online permite extender la terapia a un mayor número de personas. De hecho, los investigadores trabajan ahora para garantizar que el formato online permita una mejor y mayor accesibilidad en otras regiones del país.

Según explica la autora Clara Hellener, profesora adjunta del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska:

“Hay pocas terapias científicamente evaluadas para la autolesión y, las que existen, tienen largos tiempos de espera y se ofrecen principalmente en áreas urbanas.

El objetivo del proyecto era aumentar la accesibilidad a la terapia ofreciendo un tratamiento de bajo umbral que no requiere presencia física en una clínica“.

 

 

La terapia está formada por 11 módulos impartidos a lo largo de 12 semanas. Pero la atención no solo se centra en los adolescentes, también en sus padres. Estos últimos participan también en un curso de 6 módulos sobre cómo apoyar a sus hijos. Unos y otros tienen contacto online con un terapeuta durante el tiempo que dura la terapia.

La gestión de emociones, fundamental para reducir las autolesiones en adolescentes

Los adolescentes se enfrentan a cambios físicos, hormonales, emocionales, de responsabilidad e incluso sociales. En la etapa adolescente se ensanchan las caderas o la espalda, aparece el acné, cambia la voz, los órganos sexuales maduran, llegan los cambios de humor, se vuelven más independientes, …

Como progenitores, es natural que nos preocupen todos esos cambios, especialmente aquellos que atañen a cambios de humor y de comportamiento que son, en realidad, consecuencia del verdadero cambio que tiene lugar en esta etapa de la vida del ser humano: el neuropsicológico.

El cerebro del adolescente es totalmente distinto al cerebro del niño y del adulto. Como consecuencia, sus actitudes, pensamientos y emociones también lo son. El mundo emocional de la adolescencia es complejo y a los adolescentes puede resultarles complicado lidiar con tantas emociones.

 

 

Además, en esta etapa las emociones suelen ser muy intensas, por lo que si estas son negativas, pueden precisar apoyo para aprender a gestionarlas correctamente.

Por qué se producen las autolesiones en adolescentes

Cuando un adolescente se autolesiona, pueden surgir preguntas como ¿Qué hay que hacer cuando un adolescente se autolesiona? ¿Qué trastorno tienen las personas que se autolesionan? ¿Cuáles son las autolesiones más comunes? ¿Cómo empiezan las autolesiones?

Para resolverlas, lo ideal es acudir a un profesional que nos ayude con todas las dudas que podamos tener. En la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos que pueden ayudarte, entre los que se encuentra la psicóloga infantil, logopeda y docente, Elena Mesonero. 

Las autolesiones no tienen como objetivo acabar con la vida de uno mismo. Más bien son una respuesta a estados emocionales que los adolescentes no pueden o no saben gestionar. Buscan liberar emociones como la ira, la desesperación, la ansiedad o la angustia a través del daño físico. Es decir, se usan como una herramienta de regulación emocional.

 

 

Las autolesiones en adolescentes pueden deberse a diferentes motivos. Entre ellos, se encuentran:

• Aspectos sociodemográficos: suelen ser más habituales en chicas.
• Psicopatológicos: baja autoestima, depresión o trastornos de conducta.
• Factores precipitantes psicosociales: acoso escolar, problemas familiares, divorcio de los progenitores, abuso sexual, violencia doméstica…
• Eclosión e influencia de las nuevas tecnologías y redes sociales.

¿Qué hacer si un adolescente se autolesiona?

Si un adolescente se autolesiona, es un signo de que algo pasa y, por tanto, nunca se debe dejar pasar. Así, hay señales que nos deben poner en alerta como:

• El aislamiento social.
• Los cambios de humor.
• La agresividad.
• La tristeza sin motivo aparente.
• La incomunicación.
• Trastornos de sueño, como insomnio o dormir demasiado.

 

 

Ante todo, es importante no juzgar o reñir al menor. Ante esta situación, la comunicación y la comprensión son fundamentales para conectar con ellos y poder ayudarles. Además, validar sus emociones, hablar de lo que está pasando de forma serena y buscar ayuda profesional son los siguientes pasos a tener en cuenta si nuestro hijo adolescente se autolesiona.

La importancia de conocer y validar las emociones

Como hemos comentado, las autolesiones son una respuesta de los adolescentes ante emociones que no saben gestionar. De ahí la importancia de enseñar y validar todas las emociones desde que son pequeños. Y no solo las placenteras. El miedo, la rabia o la ira son igual de importantes y cumplen una función.

Por ejemplo, los peques tienen derecho a discrepar de nuestras decisiones y a estar enfadados o tristes. Pero esto no significa que tengamos que modificar nuestras decisiones para evitar que se enfaden o lloren. Lo ideal sería acompañar y validar su emoción, sin entrar en conflicto.

Para ello, el primer paso sería ponerle nombre a la emoción, lo que ayuda a conectar con nuestro hijo/a. Escuchar cómo se siente y ayudarle a ponerle nombre. Tras ello, normalizar la emoción, diciéndole que es natural y también válida, es decir, tiene derecho a sentirse así.

 

 

¿Y después? Podéis encontrar juntos la forma de transitar la emoción de la forma más natural, saludable y positiva posible. Puedes preguntarle al respecto, y también ofrecerle varias alternativas viables y atractivas en caso de que la ocasión lo requiera.

Por supuesto, no es un trabajo sencillo. Es necesario practicar hasta que forme parte de nuestro día a día. Pero a la vez, es fundamental validar las emociones de nuestros peques y ayudarles a reconocerlas, trabajando así su salud mental desde la infancia.