Dormir lo suficiente puede reducir la impulsividad en niños y niñas

Un estudio del Instituto de Desarrollo Juvenil de la Universidad de Georgia (EEUU) demuestra que dormir bien o mal influye en el comportamiento de niños y niñas. El sueño y la impulsividad infantil están directamente relacionados, según revela esta investigación en la que participaron casi 12.000 niños.

Sueño infantil e impulsividad infantil

Las autoras de este estudio publicado en Sleep Health explican que los “ambientes de crianza estresantes” se caracterizan por la exposición de manera repetida a eventos o experiencias que, potencialmente, “amenazan la integridad física y el desarrollo cognitivo y socioemocional del niño”. Estas situaciones estresantes pueden ser, por ejemplo, tener pocos recursos económicos y la necesidad de que los padres trabajen fuera de casa muchas horas.

Cuando niños y adolescentes experimentan estrés tienen más problemas de sueño que pueden ocasionar comportamientos inadaptados e impulsividad en ellos. Sin embargo, según este estudio, dormir lo suficiente ayuda a combatir los efectos estresantes en niños y niñas.

 

 

El sueño es una parte fundamental de la salud de los niños, pero no solo influye en su desarrollo físico y psicológico y en su comportamiento. Detrás de la impulsividad de nuestros hijos e hijas puede estar un sueño deficiente.

¿Cómo se comporta un niño impulsivo?

Un niño impulsivo puede tener dificultades a la hora de asumir reglas. Por otro lado, puede reaccionar de forma exagerada frente a la frustración o la decepción. Muchas veces no entiende que su comportamiento afecta a otras personas; e incluso puede mostrarse agresivo con otros niños y niñas.

Si, además, el menor es pequeño, puede que no sea capaz de transmitir sus sentimientos y, aunque pueda resultar que su comportamiento es exagerado, tal vez no sabe cómo expresar lo que siente y lo hace a través de actos irracionales.

 

 

En algunas ocasiones, detrás de un comportamiento irracional, puede subyacer algún trastorno de comportamiento como por ejemplo el TDAH. En este caso, como explica la terapeuta ocupacional pediátrica de Criar Con Sentido Común, Jéssica Romero:

“Literalmente no puede parar quieto, casi ni para dormir. Se levantará de la silla, irá de un lado a otro, tocará las cosas, no podrá dejar las manos quietas, le vamos a decir muchas veces que no haga algo y no va a ser capaz de controlarse para no hacerlo. Será un pequeño torbellino. En clase suelen llamar mucho la atención por este motivo, y desafortunadamente, suelen ser los castigados”.

¿Qué puede causar la conducta impulsiva?

Hay distintas razones que pueden explicar esa impulsividad. Por ejemplo, la inmadurez en niños pequeños. Pero no es lo único. La falta de sueño, el estrés y la frustración también pueden llevarles a mostrarse irracionales.

Es posible que sea el miedo o la fobia a algo lo que lo lleve a actuar de forma irracional. Si tienen problemas en el colegio o en su día a día puede ser otra razón.

 

 

Se han realizado algunos estudios, como esta investigación de un grupo de la Universidad de Murcia, que han demostrado que la conectividad del cerebro infantil está relacionada con la impulsividad de los menores.

Según ellos, a mayor impulsividad más alteración de las conexiones cerebrales. Concretamente, las conexiones entre el córtex cingulado posterior (relacionado con la memoria topocinética y que podría influir en el autocontrol) y el giro angular derecho (responsable de la empatía y la comprensión).

Sueño e impulsividad infantil: Dormir poco afecta a la conducta

El estudio realizado por la Universidad de Georgia parte de que los entornos estresantes provocan que los niños y adolescentes busquen recompensas inmediatas y, por tanto, sean más impulsivos. Sin embargo, no todos los menores que tienen factores de estrés en su entorno desarrollan esos comportamientos.

Linzhao Zhang, autora principal de este estudio, explica en la web de Universidad de Georgia que el factor clave es el sueño. Es decir, que sueño e impulsividad infantil están relacionados.

 

 

Cuando los menores duermen menos de 9 horas o tardan más de 30 minutos en dormirse, aumentan las conductas impulsivas

Para desarrollar el estudio analizaron el desarrollo cognitivo de 11.858 niños y niñas de 9 a 10 años durante 2 años. Y descubrieron que la falta de sueño y la latencia del sueño (el tiempo que transcurre desde que la persona se va a la cama y se duerme) tenían un vínculo significativo con las conductas impulsivas futuras.

Cuando los niños y niñas dormían menos de 9 horas o tardaban más de 30 minutos en dormirse, se producía una fuerte correlación con conductas impulsivas. Entre los comportamientos detectados estaban actuar sin pensar, buscar emociones o sensaciones y falta de perseverancia.

Sin embargo, cuando los menores dormían lo suficiente y no tenían problemas para conciliar el sueño, esos comportamientos impulsivos eran menos probables.

Conexiones cerebrales e impulsividad

Según Zhang, en el estudio también comprobaron que cómo actuaba el cerebro en los niños y niñas participantes. En concreto, se fijaron en la llamada red de modo predeterminado (DMN por sus siglas en inglés). Se trata de un sistema de áreas cerebrales conectadas que muestran mayor actividad cuando una persona no se centra en lo que está sucediendo a su alrededor.

 

 

Cuando esa red era hiperactiva durante el estado de reposo, los vínculos entre el estrés, el sueño y la impulsividad se agudizaban. Para la autora principal esa conexión puede estar relacionada con el TDAH. Y es una línea que estudiará en el futuro.

Los hallazgos de este estudio de la Universidad de Georgia vienen a demostrar no solo que el sueño es clave en el desarrollo cognitivo y conductual; sino que se puede ayudar a estos niños con intervenciones preventivas, que además son de menor coste económico.

“Desarrollar intervenciones para personas en entornos estresantes es muy costoso y, a veces, se necesita trabajo generacional para cambiar. Sin embargo, el sueño es un comportamiento modificable y estos cambios pueden ser rentables”.

La idea es que un entorno estresante no perjudique a nivel psicológico a los menores.

 

 

La adolescencia, una etapa crítica para el desarrollo cerebral

Pero dormir poco no solo es problemático en entornos estresantes. Afecta a cualquier niño o adolescente. No dormir las horas suficientes provoca, por ejemplo, cambios en el ritmo circadiano. El sueño en la adolescencia se ve influido por un cambio natural de las necesidades de sueño que se suele retrasar. Pero dormir poco puede alterar aún más ese ritmo.

“Muchos adolescentes no tienen suficiente tiempo para dormir y tienen falta de sueño. Este estudio muestra por qué es importante promover una mayor duración del sueño retrasando el inicio de clases o estableciendo rutinas para que los adolescentes sepan: ‘Está bien, después de este evento, me voy a la cama'”, afirma Zhang.

Así que establecer rutinas de sueño, sin importar si el entorno es estresante o no, puede ayudar a crear patrones más saludables y a reducir el tiempo de latencia del sueño. Para aquellos niños y niñas que viven en entornos desfavorecidos, “proporcionar algunas estrategias que les ayuden a dormir puede tener un impacto muy positivo”.

 

 

Esto es importante, especialmente, para los adolescentes “que se encuentran en una etapa de desarrollo tan crítica para su desarrollo cerebral“, finaliza Zhang.

Cómo tratar a un niño con impulsividad

Como padres, primero debemos mostrarnos comprensivos y entender que a los niños y niñas, incluso a los adolescentes, les faltan herramientas para manejar sus emociones (cuanto más pequeños, menos recursos tendrán).

Debemos acompañarlos en su desarrollo y establecer vínculos afectivos y comunicativos para que sientan confianza en si mismos y mejore su autoestima. Para ello hay que practicar la escucha activa y ayudarles a controlar sus emociones, y que sean capaz de expresarlas y manejarlas. Ser ejemplo y hacerles ver que toda acción tiene una consecuencia.

Por otro lado, hay que plantearse qué provoca ese comportamiento impulsivo. Puede tratarse de algún trastorno o pueden estar estresados por alguna cuestión que desconocemos. Si necesitáis asesoramiento profesional, en la Tribu CSC podéis consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jéssica Romero. y la psicóloga infantil Elena Mesonero.

 

 

Por último, debemos analizar cómo es su sueño (trastornos del sueño, cuántas horas duerme, cómo concilia el sueño, etc.) y establecer rutinas. En la Tribu CSC, podéis contactar online con la pediatra Gloria Colli y la experta en sueño infantil Rafi López.

Sueño e impulsividad infantil: Recomendaciones para un buen descanso

Como sueño e impulsividad infantil están relacionadas, aquí tienes algunas recomendaciones para mejorar el descanso de tus hijos/as:

• Fijar una hora para irse a dormir para que los niños y adolescentes descansen lo suficiente.
• Evitar ciertas actividades, como el uso de pantallas o videojuegos, 2 horas antes de dormir.
• No tomar bebidas azucaradas y/o estimulantes por la tarde y la noche.
• Hacer ejercicio físico de forma regular por la mañana o a primeras horas de la tarde.
• Enseñar a niños y adolescentes a relajarse y expresar sus emociones para reducir el estrés y la ansiedad.
• Promover un ambiente agradable para el sueño: luces suaves, temperaturas agradables, etc.
• En el caso de adolescentes, evitar sustancias nocivas como el tabaco (vapear, por ejemplo), el alcohol y otras drogas, porque tienen efectos nocivos sobre el sueño y la salud en general.

Dentro del equipo de profesionales de Criar Con Sentido Común, que asesora y ayuda a familias a través de la Tribu CSC, puedes contactar online con la experta en sueño infantil Rafi López.