¿Cómo afecta tener hijos a la relación de pareja?

La crianza de los peques conlleva un alto nivel de exigencia, que puede pasar factura a cada miembro de la familia. ¿Cómo afecta tener hijos a la relación de pareja?

Tener hijos cambia por completo la vida. Da un giro radical en el que ninguno de los progenitores vuelve a ser quien era antes. Así lo explica la psicóloga de CSC, Mamen Bueno, quien asegura que cuando nace un bebé, nace también una nueva mujer y una nueva familia. “La relación de pareja que existía hasta ese momento deja de existir para pasar a crearse una nueva”. Y, de hecho, no solo hay que tener en cuenta a la mujer, porque los hombres también cambian después de tener un hijo.

Y en ese proceso es necesario un esfuerzo de adaptación realmente grande que, muchas veces, se acrecienta por la necesidad de ser los mejores padres y madres. Porque queremos hacerlo todo perfecto sin cometer ninguna equivocación, a pesar de que, en el caso del primer bebé, es la primera vez que pasamos por todo ello. Y esa presión acaba repercutiendo directamente en la relación de pareja.

¿Cómo afecta tener hijos a la relación de pareja?

La crianza conlleva un alto nivel de exigencia y el tiempo para nosotros mismos se reduce de forma considerable. Tanto, que si nos resulta complicado encontrar ese tiempo para nosotros, más aún para dedicarlo a nuestra pareja. Y poco a poco, día tras día, van desapareciendo los momentos de complicidad que antes unían a la pareja.

Los hijos, lejos de unir, desunen. Por ello es importante que la relación de pareja cuente con unos cimientos fuertes para “aguantar” el terremoto que supone la llegada de los hijos. Pero, ¿cómo podemos cuidar a nuestros hijos de la mejor forma posible sin descuidar nuestra relación de pareja? Y la pareja no es la única que puede salir perjudicada cuando se amplia la familia, también los peques. ¿Cómo afecta la relación de pareja a los hijos? ¿Quién debe ser la prioridad la pareja o los hijos?

Es cierto que las circunstancias no ayudan. Al cambio lógico de roles donde dos personas independientes pasan a ser responsables de una persona que necesita atención y cuidados de forma constante, se suma el desconocimiento y el miedo a saber si lo estamos haciendo bien. Llantos sin saber la causa, el temor a que no coma suficiente, no saber si duerme mucho o poco, los despertares nocturnos que hacen las noches interminables… Porque al final, es un proceso de aprendizaje, de adaptación y crecimiento paralelo. Nadie nace sabiendo ser padre o madre, es algo que se aprende sobre la marcha, por mucho que nos hayamos preparado para ello.

¿Cuáles son las cosas que dañan una relación de pareja?

Y así, con un bebé que cambia por completo las rutinas del hogar donde desaparecen los horarios, pero se multiplican noches sin dormir, llega el cansancio extremo. Un agotamiento común que lleva muchas veces a que ambos miembros de la pareja a compararse y ver cuál de los dos ha hecho más cosas o tiene más derecho a estar cansado. Y con un peque en casa siempre hay tantas cosas por hacer, que al final la pareja deja hablar de sí misma para pasar a hablar de la casa, de lo que falta por hacer o por comprar, del peque… Pero no de papá o de mamá, de cómo está o qué necesita.

Sin embargo, la llegada de un recién nacido requiere que la pareja, en caso de existir, esté más unida que nunca. No es momento de discusiones, algo que lógicamente no ocurre en las familias monoparentales al haber un único progenitor. Más bien es momento de que ambos progenitores se apoyen, se comprendan y sean conscientes de que quieren lo mejor para su hijo o hija, aunque cada uno piense diferente sobre qué es lo mejor o cómo conseguirlo.

Tampoco de reproches. Y suele haber muchos. Es que “Lo coges mucho en brazos y se acostumbra“, “Le das el pecho y solo va a querer dormir ahí“, “Podíamos probar con un biberón para que yo pueda colaborar en la crianza” (a pesar de que hay otros muchos momentos para crear vínculo padre-hijo)… Y así se suceden día tras día los reproches en la crianza de nuestro peque.

Otro de los puntos que más suele afectar a la relación de pareja tras la llegada de los hijos es que ambos miembros tengan diferentes ideas sobre la forma de criar a los peques. La intromisión de otros miembros de la familia extendida sobre cómo hacerlo tampoco ayuda, además de la oposición de nuestra pareja a poner límites a sus padres o hermanos. Y aunque la corresponsabilidad de la crianza es cada día más real, es cierto que la mujer sigue asumiendo más tareas, especialmente cuando se trata de un recién nacido, lo que provoca una madre cansada y una pareja que se siente desplazada.

Las expectativas tampoco ayudan. Muchas veces, esperamos que nuestra pareja sea el padre o la madre perfecta, que los peques nos hagan inmensamente felices nada más llegar (a pesar de que, al fin y al cabo, son unos completos desconocidos y ese vínculo no tiene por qué ser inmediato) y que los hijos unan más a la pareja. De hecho, incluso hay quien decide tener hijos para solucionar los problemas de la relación.

Y surgen los celos, porque una personita recién llegada nos ha quitado nuestro sitio, se lleva todas las atenciones de la persona que (supuestamente) amamos y que ahora casi ni tiene tiempo de mirarnos. Lo que acompañado del agotamiento, la falta de tiempo y los cambios físicos, repercute inmediatamente en la falta de ganas por retomar las relaciones sexuales.

Ver cómo poco a poco va desapareciendo ese tiempo compartido, las conversaciones,  y que no tenemos el apoyo o la valoración de nuestra pareja puede provocar el distanciamiento de la pareja. Y lo peor, ir por separado en lugar de trabajar en equipo en lo que se supone que es lo más importante que tenemos: nuestro hijo o hija.

¿Cómo cuidar la relación de pareja?

A veces, la distancia entre la pareja con la llegada de un hijo es tal que acabamos por no reconocer a la persona de la que nos enamoramos y elegimos para traer a una personita al mundo junto a él o ella. Porque muchas veces, esperamos que sea el mejor padre o la mejor madre de todas, y nos encontramos que no hace las cosas como nos gustaría a nosotros. Pero, ¿es real? ¿O es que cuando una pareja se distancia comienza a molestar todo? ¿Qué podemos hacer para evitar que la llegada de los hijos afecte a la relación de pareja?

• La empatía puede ser clave. Al ponernos en el lugar del otro, podemos entender su forma de actuar y cómo se siente.
• Pequeños gestos cada día. Quizás no os sobre tiempo en este momento, pero siempre se puede sacar un hueco para una llamada o un mensaje.
• La comunicación fluida y la confianza entre la pareja es clave para resolver los conflictos, sin necesidad de buscar culpables. Es importante hablar de las expectativas, las preocupaciones y las necesidades de cada uno.
• Entender que las relaciones de pareja no son fijas ni estáticas. Los nuevos roles de la pareja unido a las nuevas circunstancias que pueden ir surgiendo hacen que la relación vaya cambiando a lo largo del tiempo.
•  Dedica tiempo de calidad a la pareja. ¿Tienes familia o amigos con quien puedas dejar a los peques? Si es así, aprovechad para pasar un rato a solas sin distracciones de los peques.
• Apagad los móviles. Muchas veces aprovechamos el último momento del día cuando los peques se han dormido para ponernos al día con los mensajes del móvil. ¿Y si en lugar de hacerlo, te sientas con tu pareja para contaros cómo ha ido el día? Unos minutos de conversación pueden ser suficientes.
• Entender que no solo nosotros necesitamos tiempo, también nuestra pareja. Así que es importante que ambos tengan tiempo para hacer lo que quieran.
• Paciencia. La crianza no es un camino fácil, así que nada mejor que armarse de mucha paciencia.
• Que no falte el humor. Nada mejor que reírse de uno mismo y de la nueva situación tras la llegada del peque.
• Y, sobre todo, mucho amor.

¿Cómo afecta tener hijos a la relación de pareja? Si acabas de tener un bebé y has tenido un distanciamiento con tu pareja o tienes problemas de pareja por hijos adolescentes, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as a los que puedes consultar todas tus dudas. Entre ellos/as se encuentran la psicóloga Mamen Bueno.

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