Soy mujer, madre y psicóloga, no siempre en este orden, y no siempre los límites están claros.
La maternidad ha supuesto un aprendizaje continuo, sobre mis límites, mis capacidades y mis vulnerabilidades. Como psicóloga, tampoco dejo de aprender. Un aprendizaje que no solo responde a mi continuo deseo de saber más para poder ofrecer el mejor apoyo posible, sino también a mi profunda admiración hacia las personas que depositan en mí su confianza.
He tenido la suerte de poder formarme y trabajar en diversas áreas. Desde la violencia de género, los trastornos alimentarios, pasando por la psicología perinatal, psicóloga para embarazadas y ayuda psicológica para madres primerizas. En todas ellas, intento poner una mirada compasiva y no enjuiciadora en mi acompañamiento.
He trabajado más de 10 años atendiendo a mujeres y sus hijos en asociaciones de atención a mujeres víctimas de violencia de género, de forma individual y grupal. He impartido diversos talleres, seminarios y ponencias sobre violencia de género, perspectiva de género y sexualidad.
Fui miembro del Comité Técnico que colaboró en la elaboración de la Estrategia de Atención al Parto Normal en el sistema Nacional de Salud. También soy antigua colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres.
He dirigido grupos de apoyo emocional a embarazadas y puérperas, grupos de Escuela de padres/madres y grupos de meditación y mindfulness.
En los últimos años me he ido especializando en trastornos de la conducta alimentaria y en acompañar a personas adultas que han sufrido abuso sexual infantil y maltrato.
Ofrezco apoyo psicológico a madres y padres en la Tribu CSC
En la Tribu de CSC, entre otras funciones, ayudo a que cada madre encuentre su propio camino para criar a su bebé y disfrutar de la maternidad. El apoyo psicológico para madres es esencial para nuestra salud mental. La maternidad siempre ha estado edulcorada. Luego la realidad nos da en toda la cara al darnos cuenta de que es durísima, que no llegamos a todo y acabamos culpándonos y sintiéndonos malas madres por no llegar a ese ideal. Ahí radica la importancia de prestar ayuda psicológica para madres primerizas, ya que las primeras maternidades suelen ser las más idealizadas.
Al nacer un bebé, nace una madre, y a ser madre se aprende siendo madre. La maternidad supone un choque de realidad. Vivirla sin apoyo es muy duro. Las mujeres tenemos que dejar de vivir bajo el miedo «del qué dirán» de nosotras, liberarnos de la espada de Damocles de los juicios externos, creer más en nosotras y dudar menos de nuestro estilo de vida y nuestras decisiones.
Espero aportar aquí mi granito de arena y, con mi experiencia y conocimiento, ayudar en los momentos difíciles que podemos vivir en la crianza y para los que nadie nos prepara.
Te espero en la Tribu.