6 Razones para ir andando al colegio

Desde 1997 se celebra en Europa el Día Internacional de ir andando al colegio y, aprovechando la efeméride, en este post vamos a desgranar cuáles son las ventajas que tiene caminar (o usar la bicicleta, el patinete, etc.) para nuestros hijos en edad escolar. Es positivo para su salud, para su desarrollo y para el respeto al medio ambiente.

¿Por qué celebrar un día dedicado a ir andando al colegio?

Se trata de una jornada que tiene un amplio apoyo de organismos internacionales como Unicef o la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta última recuerda que reducir la contaminación atmosférica es uno de los mayores retos de salud medioambiental del siglo XXI. Esta es la responsable del 19% de toda la mortalidad cardiovascular.

Los expertos, prosigue la OMS, avisan de que los niños son más vulnerables a la contaminación atmosférica urbana. ¿Por qué? Pues porque respiran más veces por minuto e inhalan mayores volúmenes de aire por kilogramo de peso que los adultos. La inmadurez de sus cuerpos y de su sistema respiratorio y su menor estatura también influye.

A ello se suma otro riesgo importante para la salud de nuestros hijos: el sedentarismo. Si los animamos a caminar fomentaremos el ejercicio físico. Precisamente la OMS recomienda que los niños de entre 5 y 17 años realicen una hora diaria de actividades físicas moderadas a intensas, principalmente aeróbicas, a lo largo de la semana.

Yo tengo la suerte de vivir muy cerca del cole de mis hijas, así que nosotras vamos cada mañana caminando. Pero es cierto que no todas las familias tienen la suerte de vivir cerca del cole y necesitan sí o sí coger el coche. No obstante, el uso de la bicicleta puede ser un buen punto intermedio. Habría que plantearse hasta qué punto es imprescindible coger el coche. ¡Estamos tan acostumbrados a ir con prisas a todos sitios!

Beneficios de ir andando al colegio: Es saludable y una buena forma de luchar contra el sedentarismo

Marta Saeta, fisioterapeuta y unas de las profesionales del equipo de Criar Con Sentido Común, con quien podéis hablar en la Tribu CSC, explica que el sedentarismo tiene efectos negativos en la salud infantil. Y enumera algunos como la obesidad, el riesgo cardíaco, menor rendimiento, problemas para conciliar el sueño y dolores musculares y de cabeza. Y además puede derivar en enfermedades como hipertensión arterial, colesterol y diabetes, depresión, dificultad de circulación sanguínea, osteoporosis y envejecimiento prematuro.

La Asociación Española de Pediatría (AEP), por su parte, editó el año pasado un documento en el que se revisaban las evidencias científicas sobre los beneficios de ir andando al colegio. Es una guía que se llama “Caminando al cole, un modelo para innovar en salud de los niñ@s y medio ambiente”. En ella se recoge que caminar incrementa el nivel de actividad física y cardiovascular un 23% en niños y el 36% en el caso de adolescentes.

Ir andando al colegio mejora la “composición corporal, su aptitud física y cardiorrespiratoria”, así como el tono muscular, lo que contribuye a mejorar la estabilidad de la marcha. Y pone un ejemplo: caminar hasta el colegio unos 20 minutos diarios durante el curso incrementa la resistencia de la columna lumbar, la flexibilidad, el equilibrio y la capacidad circulatoria. Además, como explica Marta Saeta, contribuye a prevenir y disminuir la obesidad infantil.

Aumenta el rendimiento escolar

Ir andando al colegio implica ejercicio físico para los niños que consiguen así estar más despiertos y activos. Y eso tiene un impacto positivo en el rendimiento escolar. Físicamente, tiene una explicación sencilla: el cerebro se oxigena con la caminata (o el trayecto en bici, insisto) y eso tiene repercusión en su capacidad de aprendizaje en el cole.

Es decir, la actividad aeróbica incrementa la presión sanguínea del cerebro y facilita las sinapsis neuronales. En definitiva, mejora las conexiones neuronales, así que los menores tienen mejores resultados académicos porque su capacidad de concentración y la memoria mejoran.

En la guía de la AEP se hace referencia al estudio español AVENA, cuyos resultados sugieren que:

“La actividad física que tiene lugar inmediatamente antes del colegio predispone al aprendizaje efectivo, observando mejores habilidades verbales, numéricas y de razonamiento en un grupo de chicas adolescentes que realizaban transporte activo al centro educativo”.

Mejora el razonamiento espacial

Otro de los beneficios de ir caminando al colegio está relacionado con el razonamiento espacial que es la capacidad de imaginar, visualizar y distinguir entre distintos objetos de dos o tres dimensiones. Les permite establecer relaciones entre los objetos, reconocer atributos e identificar conceptos de espacio, forma y medida.

Algunos estudios indican que tener un buen razonamiento espacial mejora los resultados en matemáticas. En concreto, investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza) han encontrado correlación entre el sentido espacial de los niños cuando tenían tres años y el nivel de habilidades matemáticas cuando llegaban a Primaria. Un estudio en el que participaron unos 600 niños.

Desde Unicef explican que ir caminando al colegio “mejorar las habilidades y razonamiento espacial de los niños y niñas, ya que ofrece posibilidades de explorar el entorno y jugar en un espacio abierto“.

Ese conocimiento del entorno también les permitirá ir solos al colegio cuando llegue el momento, al poder hacerlo en un entorno conocido y seguro. La AEP estima que a partir de los siete años los menores ya cuentan con habilidades de orientación espacial razonablemente desarrolladas.

Reduce el estrés y mejora la creatividad

Realizar cualquier actividad física provoca un efecto positivo y genera bienestar a quien los practica. Por eso, desde la AEP subrayan que ir andando al colegio disminuye los niveles de estrés y ansiedad de los alumnos. Si son muy pequeños, un paseo antes de llegar a la escuela de nuestra mano les permitirá calmar el nerviosismo o los sentimientos negativos. Sin embargo, los atascos, el estrés de los padres para llegar a tiempo o el mero hecho de aparcar genera situaciones de estrés que pueden influir en los niños.

La práctica de deporte en niños también tiene un efecto positivo y previene la depresión (en el caso de los adolescentes). Y esa sensación de bienestar también puede traducirse en concentrar su energía, en fomentar la imaginación y la creatividad. Hay varios estudios que relacionan caminar con el desarrollo de la creatividad. Si los peques van acompañados por nosotros, tendrán más tiempo para hablar y para conectar mejor sus ideas.

Ir caminando al colegio fomenta su independencia y su seguridad en sí mismo

Otro de los efectos positivos está relacionado con la salud mental de los niños porque la práctica de actividad física se asocia con los beneficios psicológicos incluyendo la mejora de habilidades cognitivas, autoestima y bienestar. En el caso de los adolescentes, reduce el riesgo de depresión y ansiedad. Caminar hasta el centro escolar puede aliviar esas sensaciones negativas que se han incrementado con la pandemia y que ya está dejando secuelas en nuestros niños y jóvenes.

Y también ayuda a fomentar las relaciones entre padres e hijos. Yo llevo todas las mañanas a mis hijas al cole. Es un tiempo que aprovechamos para charlar, saltar y reír (también para llorar, cuando tienen tanto sueño que ir andando al colegio se convierte en una montaña interminable para ellas). Es un rato del día que es solo nuestro y a mí me gusta compartirlo con ellas.

Pero es que, además, se promueven las relaciones sociales, de ellos y nuestras. A mí me encanta ver a mis hijas reencontrarse con sus amigas y amigos, darse la mano y entrar en clase. Y aprovecho para una charla animada con madres y padres en la puerta del colegio (cuando el trabajo me lo permite, claro).

Respeto al medio ambiente

Por supuesto, lo de ir andando a la escuela andando (en bici, patinete, como sea) tiene un componente de respeto ambiental muy importante. La OMS acaba de actualizar los niveles de contaminación del aire, algo que no hacía desde hace 15 años, y ahora incluye como peligrosos niveles que antes se consideraban normales.

Según esta organización, más del 90% de la población mundial vivía en 2019 en zonas con niveles de concentración que superaban los límites de la calidad del aire (antes de que esos límites se actualizaran). Pero ese umbral no es un mandato legal, cada país decide los límites. Y la contaminación por tráfico es la gran enemiga de la calidad del aire. Como ciudadanos, pues, lo único que podemos hacer es poner nuestro grano de arena de alguna forma.

Está comprobado que el uso del coche incrementa la contaminación atmosférica. Por eso se celebra jornadas de concienciación como la Semana de la Movilidad y se ponen en marcha iniciativas como este Día Internacional de Ir Andando al Colegio.

El reto: ciudades amables para los niños

Pero que los niños vayan andando al colegio no es solo un reto de cada familia, sino de la sociedad completa. La distancia, la seguridad del camino a transitar, e incluso factores socioculturales pueden influir a la hora de decidir el medio de transporte hasta el centro escolar. Y para ello se necesita un modelo de ciudad (o municipio) que permita e incluso anime a ir a la escuela caminando.

Existen diversas iniciativas en España para fomentar esta costumbre. Una es bastante reivindicativa y se llama “Revuelta escolar”, un movimiento promovido por las familias que reivindican entornos escolares seguros y pacificados, con menos coches, menos contaminación y menos ruido. Han protagonizado varias protestas llamativas en distintas ciudades españolas.

Otra tiene un nombre llamativo, PACO y PACA que son acrónimos de Pedalea y Anda al Cole y Pedalea y Anda a Casa, y que se ha puesto en marcha en Castilla-La Mancha. Busca fomentar el transporte activo hasta los centros escolares y es un modelo que se está exportando a ciudades como Toledo, Valencia o Sevilla.

Son iniciativas que ponen el acento en que se necesita un modelo de vida ecológico y respetuoso, que ese modelo repercute positivamente en la salud de nuestros hijos y que dándoles ejemplo lograremos que ellos tomen decisiones positivas para su vida y para el mundo que les rodea.