La importancia del ejercicio físico en la infancia

Artículo publicado el 21 Ago 2019 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 13 septiembre, 2023

La mayoría de los pacientes que vienen a la consulta de fisioterapia, aquejados de algún tipo de molestia de larga o corta evolución, acaban recibiendo la misma pregunta: “Pero, ¿tú haces algún tipo de ejercicio físico?“. Y muchas veces acabo recibiendo la misma respuesta: “Menos del que debería”.

Una hora de ejercicio físico al día

Que el ejercicio físico es importante para la salud de pequeños y mayores es innegable. Y aunque parece que hoy en día se tiene bastante más conciencia sobre esto, no encontramos tiempo para realizarlo. No en vano, España es un país con una tasa de sobrepeso en niños de un 23%, y de obesidad de un 18%.

Según un estudio realizado en 2016 en España, sólo el 30% de los niños y el 12% de las niñas realiza la hora de ejercicio físico diario que se recomienda. Datos preocupantes para la salud de nuestros/as pequeños/as. De dicho estudio también se puede extraer que muchos de ellos sólo realizan ejercicio si es en deporte organizado (al menos una vez a la semana).

 

 

En torno a la mitad de los niños también realiza actividad física fuera de actividades programadas, pero principalmente en el fin de semana. Paralelamente, se observa que el tiempo recomendado para utilizar pantallas (televisión, móvil, tablet, etc….) es bastante superior al recomendado, y que un porcentaje muy bajo (entre el 20 y el 40%) es el que lo cumple.

¿Qué interpretamos con esto? Que nuestros hijos e hijas se están convirtiendo en una generación sedentaria.

Daños que produce el sedentarismo

Los daños que produce el sedentarismo en peques y mayores son múltiples y variados:

• Obesidad: no realizar la suficiente actividad física produce un aumento de peso a pesar de que tengan buenos hábitos alimenticios.
• Riesgo cardíaco: el sedentarismo se relaciona a medio y largo plazo con problemas coronarios.
• Menor rendimiento: el cerebro no se oxigena lo suficiente, con el consecuente menor rendimiento escolar y/o laboral.
• Problemas para conciliar el sueño: se descansa peor y luego se tienen más problemas para concentrarse.
• Dolores musculares y de cabeza: una vida sedentaria, junto a otros factores como el estrés o la mala alimentación, multiplican las posibilidades de sufrir dolor muscular y de cabeza.

 

 

• Hipertension arterial: es una de las enfermedades que no “avisa”, pero que se puede reducir simplemente realizando un poco de actividad física diaria.
• Colesterol y diabetes: la actividad física regular ayuda a controlar el peso y de esta forma a bajar el colesterol LDL. También puede ayudar a aumentar el colesterol HDL y bajar los triglicéridos. Además, ayuda a reducir la tensión arterial y el riesgo de diabetes.
• Depresión: agrava las depresiones por falta de endorfinas.
• Dificulta la circulación sanguínea: el sedentarismo y la falta de ejercicio también pueden predisponer al desarrollo de problemas circulatorios.
• Osteoporosis: no practicar ejercicio de forma sistemática está relacionado con pérdida de masa ósea y osteoporosis.
• Envejecimiento prematuro: las personas con una buena condición física gozan de una mayor salud en general, y tienen un menor riesgo de desarrollar numerosas enfermedades.

Que podemos hacer para evitar el sendetarismo en la infancia

Incorporar la actividad física a la rutina diaria de nuestros/as hijos/as es más fácil de lo que parece, basta con seguir ciertas pautas de manera constante y acostumbrarles a incorporarlas como parte de su forma de vida:

1. Ir andando o en bici al cole y a las actividades extraescolares

Crear rutas seguras para desplazarse de esta manera es algo en lo que se debe implicar toda la ciudad. La policía local debería dirigir el tráfico para facilitar el movimiento de alumnos en horario escolar.

También se pueden crear rutas, mediante gente voluntaria, para que puedan desplazarse al cole de manera segura todo los días.

 

 

Otra medida a tomar, es aumentar el carril bici en la ciudad para que la bicicleta sea una opción para desplazarse, en lugar de utilizar el coche o el autobús. Muy ligado a esto podemos incluir el aumento de lugares de amarre de bicicletas por toda la ciudad.

2. Hacer deporte nosotros para dar ejemplo

Sé que es difícil encontrar un rato, pero es importante buscar algún tipo de deporte o ejercicio que podamos realizar en familia, para ser ejemplo vivo de que el ejercicio diario es clave para el bienestar personal.

3. Dedicar los fines de semana a actividades o excursiones

Cuando, por horarios de trabajo, se dispone de más tiempo los fines de semana, vamos a aprovechar esos momentos para enseñarles desde pequeños a disfrutar de la naturaleza y del ocio al aire libre para promover el cuidado personal y del entorno realizando rutas de senderismo, montañismo o simplemente haciendo pequeñas salidas al campo o a zonas de la ciudad desconocidas que tengan un valor natural.

 

 

Disfrutarán de las experiencias y toda la familia podrá aprender sobre el entorno en el que nos movemos. A veces tenemos verdaderas joyas cerca de nuestra propia casa y ni nos hemos dado cuenta… Investigad juntos qué sitios podéis visitar y haced a vuestras hijas e hijos partícipes de la organización de la excursión. Seguro que así lo aceptan con muchas más ganas.

4. Guardar un rato todos los días para ocio y movimiento

Guardad un rato al día para hacer un poquito de ejercicio. La organización es la clave. Hay días que resulta imposible por tema de horarios o porque se ha complicado el día.

Incluso eso días, salid a dar un paseíto o bajad un rato al parque. Es una inversión de tiempo que al final del día hará que todos estéis más relajados y de mejor humor.

 

5. Al empezar el curso, dadles a elegir entre varios deportes como actividad extraescolar

Hoy en día hay un sinfín de actividades diferentes para que escojan alguna que les guste. Si es grupal, mejor. Aparte de hacer ejercicio, les ayuda a crear nuevas amistades fuera de la escuela, fomenta la participación colectiva y les enseña a mantener un compromiso frente al grupo (si tú faltas, nos quedamos sin gente suficiente para jugar).

Ni que decir tiene que es más fácil moverse si ven movimiento a su alrededor. Si se deciden por un deporte individual, no hay ningún problema. Pero es importante que sepa que es más sacrificado entrenar solo. Aunque tiene su parte buena: los logros conseguidos son única y exclusivamente propios, no pertenecen al grupo.

 

 

6. Buscar un deporte/actividad nuevo que no hayáis practicado nunca

Es un gran recurso sobre todo en edades tempranas, ya que aún no se ha producido la especialización por un deporte en concreto (generalmente, fútbol) y así el/la peque puede elegir el que más le guste o se le dé bien.

7. Pedidle que invente un deporte o actividad física

Puede ser una buena forma de que realice ejercicio a la vez que le hace discurrir sobre reglas del juego. ¡Incluso que le ponga un nombre! Es más fácil que se impliquen y jueguen a algo que ellas mismas han inventado.

Si es muy peque, podéis adaptar algún deporte con ciertas normas que lo hagan más ameno o más de su gusto. No todo está inventado ni las reglas deportivas son invariables.

8. Siempre que sea posible, llevadles a la naturaleza

Se trata de un lugar sin normas ni juego estructurado. Así además de desarrollar sus habilidades motoras, también desarrollan su imaginación hasta límites insospechados.

 

 

Si en vuestro día a día no es posible tener acceso a la naturaleza, llevadles a parques o sitios diferentes, aunque estén un poco más lejos: en los de su alrededor tienen el truco cogido. Diferentes parques, diferentes movimientos. Aumentan sus habilidades motoras y destrezas.

9. Promover desde el colegio hábitos deportivos

Desde el AMPA o la dirección del colegio, en clase de Educación Física, en los recreos y en clases extraescolares organizadas por el Centro, estableced un ambiente colectivo de rutina deportiva entre semana y los fines de semana.

10. Limitar el uso de pantallas

Y promover otras actividades en su lugar que, aun siendo sedentarias, estimulen su actividad cerebral (pintar, música, etc.). Estos tres últimos puntos van más dirigidos a instituciones, colegios y ayuntamientos, para que fomenten el deporte y la actividad física entre los más pequeños o, por lo menos, no pongan trabas para conseguirlo.

 

 

11. Facilitar el acceso a instalaciones deportivas en horario extraescolar

Que el uso y disfrute de los mismos sea posible, adecuando las instalaciones y manteniendo un precio asequible para toda la población.

12. Promover el deporte no competitivo

Realizar periódicamente jornadas deportivas para que aprendan diferentes deportes, simplemente por el hecho de aprender y desarrollarlos, no con el fin de ganar.

13.  Cuidar parques y zonas de recreo en general

Este punto va dirigido a toda la población en general. Cuidar zonas comunes, patios, parques, etc. es algo de sentido común, pero la gente no ha comprendido aún que si alguna estructura pública se daña puede que no se repare, o que la reparación tarde mucho tiempo en llevarse a cabo y, a veces, con altos costes para todos. Por el bienestar y el desarrollo de los más pequeños, CUIDA TU PARQUE, TU CIUDAD, TU MUNDO.