El apego seguro a ambos padres, y no sólo a las madres, fomenta el desarrollo saludable de los niños

La investigación sobre las relaciones de apego de los niños estudian los vínculos emocionales que los menores desarrollan con sus cuidadores, ya que existe evidencia de cómo estos influyen en el desarrollo socioemocional infantil.

Desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad, dichos estudios han tenido un enfoque centrado prácticamente en exclusiva en la madre, pero en la actualidad los investigadores inciden en que tanto madres como padres son igualmente importantes a la hora de criar a los niños.

Lo que importa, aseguran, es el número de relaciones de apego seguras que un niño desarrolla dentro de la red familiar, no el género específico del adulto con quien las desarrolla. Así lo explican el Profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Long Island, Or Dagan; y el Profesor de Estudios Clínicos del Niño y la Familia de la Universidad Libre de Ámsterdam, Carlo Schuengel.

Ampliando la perspectiva sobre la crianza de los hijos: ¡Los padres también son padres!

Diversos estudios atribuyen el énfasis de la psicología en la relación niño-madre a las normas socioculturales sobre los roles de género asignados tanto a madres como a padres. Y es que, tradicionalmente, se ha atribuido a los padres el rol de ser el sostén económico de la familia, mientras se ha considerado que las madres están más involucradas en el cuidado diario de los niños.

Sin embargo, las familias modernas y nuevos modelos familiares han ido atribuyendo cada vez más peso al papel del padre como criador y educador de los hijos y la psicología moderna ha ido mostrándose más interesada en estudiar más el papel del padre en la crianza y su influencia en el desarrollo de los hijos.

 

 

Es el caso de los investigadores en psicología clínico-evolutiva e infanto-familiar, Dagan y Schuengel, han centrado sus estudios en cómo la calidad de las relaciones niño-cuidador afecta el desarrollo de los niños.

Junto con otros 29 investigadores, ambos investigadores formaron un consorcio de investigación para estudiar las relaciones de apego de los niños con el objetivo de analizar cómo afecta el tener relaciones de apego tanto con las madres como con los padres los resultados socioemocionales y cognitivos de los niños.

La investigación sobre el apego, centrada en la madre

Según las investigaciones, los niños desarrollan relaciones de apego con personas de su entorno cercano presencia en sus vidas es estable en el tiempo. Para la mayoría de los niños y las niñas, estas personas son sus padres (aunque también establecen vínculos significativos con otros familiares, profesores y otros cuidadores).

 

 

Los científicos sociales clasifican los tipos de relaciones o tipos de apego como seguros o inseguros. En líneas generales, un niño establece una relación de apego seguro con un cuidador cuando sabe que su cuidador está disponible y lo apoya cuando lo necesita, ya sea física o emocionalmente. En cambio, los niños que no están seguros de la disponibilidad de sus cuidadores en momentos de necesidad, física o emocional, desarrollan una relación de apego insegura.

“En Estados Unidos y Europa, donde hasta la fecha se han realizado la mayoría de las investigaciones sobre el apego, con frecuencia se suponía que la cuidadora principal era la madre. En consecuencia, los investigadores se han centrado casi exclusivamente en las madres como figuras de apego.

Las madres también eran más accesibles para los investigadores y consintieron más fácilmente en participar en los estudios que los padres y los cuidadores no parentales, como los abuelos y los cuidadores profesionales.

Además, muchos investigadores han asumido que existe una jerarquía dentro del cuidado parental, en la que el apego con las madres es más importante para comprender el desarrollo de los niños que el apego con los cuidadores considerados “secundarios”, como los padres.

Ya a finales de la década de 1980, algunos académicos reconocieron la necesidad de evaluar el impacto conjunto de las relaciones de apego de los niños con múltiples cuidadores en sus trayectorias de desarrollo. Pero se siguieron pocas investigaciones. 

Recientemente, revivimos tales llamados y propusimos modelos que los investigadores pueden usar para evaluar sistemáticamente los efectos conjuntos del apego de los niños tanto a las madres como a los padres en una variedad de resultados del desarrollo“, explican Dagan y Schuengel en The Conversation.

 

 

Para ello, los investigadores reclutaron a más de dos docenas de científicos sociales de 8 países, que estaban interesados ​​en las cuestiones relacionadas con las relaciones de apego, y formaron un consorcio de colaboración para la investigación del apego a padres múltiples.

El primer paso que dio el grupo fue reunir los datos recopilados por investigadores del apego de todo el mundo durante los últimos 40 años. “Identificamos investigaciones previas sobre las relaciones de apego de más de 1.000 niños con ambos padres“, explican Dagan y Schuengel.

Cuanto más seguras sean ambas relaciones, mejor

En lugar de clasificar a los niños como con apego seguro o inseguro a uno de sus padres, los investigadores los ubicamos en uno de estos 4 grupos:

• Niños con relaciones de apego seguras tanto con la madre como con el padre.
• Niños con apego seguro a la madre y apego inseguro al padre.
• Niños con apego inseguro a la madre y apego seguro al padre.
• Niños con apegos inseguros hacia ambos padres.

 

 

En 2 estudios separados, evaluaron si el apego de los niños a la madre y al padre predecía la salud mental y la competencia lingüística. En estos estudios, las relaciones de apego de los niños se evaluaron observando cómo se comportaban durante breves separaciones de cada padre, “por ejemplo, en lo que los psicólogos llaman el procedimiento de situación extraña” (un sistema de evaluación del patrón de apego de los bebés).

“Descubrimos que los niños que simultáneamente tenían relaciones de apego seguras con sus madres y padres tenían probabilidades de experimentar menos síntomas de ansiedad y depresión y exhibir mejores habilidades lingüísticas que los niños con una o ninguna relación de apego segura dentro de sus familias intactas de dos padres.

¿Cómo podría tener estos efectos la red de relaciones de apego de un niño? Si bien no pudimos evaluarlo en nuestro estudio, existen varios mecanismos plausibles en juego. Por ejemplo, piense en un niño con dos relaciones de apego seguras tanto con la madre como con el padre y que confía en que ambos padres estarán ahí en situaciones difíciles“.

 

 

En este sentido, los investigadores destacan que los menores con relaciones de apego seguro con ambos progenitores tienen una mayor capacidad de regulación emocional, por lo que las emociones tradicionalmente consideradas como negativas (ira, tristeza, frustración, etc.) pueden resolverse más fácil y rápidamente y no dar lugar a trastornos emocionales o de conducta.

“Todos los niños encuentran tristeza, ira y desesperación. Pero como un niño con apegos duales y seguros puede recurrir fácilmente a sus padres en busca de ayuda y apoyo, las emociones negativas pueden resolverse rápidamente y no convertirse en desafío o depresión. 

Debido a que tienen menos necesidad de monitorear el paradero de sus padres, este niño también puede ser más aventurero y explorador, brindándole experiencias para compartir y hablar. Es posible que estén expuestos a una gama y cantidad más amplia de expresión verbal, lo que les ayudará a ampliar sus habilidades lingüísticas“.

¿Cuáles son los tres tipos de apego? ¿Cómo se comporta una persona con apego seguro? ¿Cómo saber si mi hijo tiene apego seguro? Si quieres más información sobre el apego seguro niños o los tipos de apego, o necesitas asesoramiento profesional para desarrollar una relación de apego seguro con los hijos, en la Tribu CSC puedes consultar online la psicóloga para madres y padres Mamen Bueno y a la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero.

Los padres son tan importantes como las madres a la hora de criar a los niños

 

 

“También es importante señalar lo que no encontramos”, explican los investigadores. “No había una jerarquía de importancia en términos de con qué padre el niño desarrolló un apego seguro”.

“Los niños con apego seguro sólo a las madres (pero no a los padres) y los niños con apego seguro sólo a los padres (pero no a las madres) no fueron estadísticamente diferentes en sus resultados de salud mental y competencia lingüística“.

Lo que importa es el número de relaciones de apego seguras que un niño desarrolla, no el género del adulto con quien las desarrolla

Según Dagan y Schuengel, estos hallazgos respaldan una conclusión importante:

“Las madres y los padres son igualmente importantes a la hora de criar a los niños y prepararlos para trayectorias de desarrollo óptimas. En otras palabras, lo que importa es el número de relaciones de apego seguras que un niño desarrolla dentro de la red familiar, no el género específico del adulto con quien se desarrolla una relación segura“.

Asimismo, los autores coinciden en que las investigaciones demuestran que los niños y las niñas también se desarrollan de forma saludable cuando establecen relaciones de apego seguras en familias no tradicionales, como aquellas con progenitores del mismo sexo. “Por lo tanto, esperamos que estudios futuros repliquen nuestros hallazgos en familias biparentales no tradicionales”, añaden.

 

 

“Las investigaciones futuras también deberían investigar otras redes familiares que incluyan cuidadores no parentales, como los abuelos, que a menudo desempeñan un papel activo en la crianza de los niños.

En las culturas de orientación colectiva, los hogares familiares a menudo comprenden una red más amplia de figuras de apego que los hogares biparentales tradicionales que suelen encontrarse en Estados Unidos, Canadá y Europa. 

Es probable que los estudios en estas culturas encuentren que las redes de apego pueden ser más pertinentes que la investigación sobre relaciones individuales cuando se trata de comprender la salud mental y las habilidades académicas de los niños.

Como dice el proverbio africano, se necesita un pueblo para criar a un niño. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad crítica de ajustar las políticas y los esfuerzos de intervención temprana para apoyar a la pareja de padres y potencialmente a otras configuraciones de cuidadores estables, no solo a las madres“.

La importancia formar tribu para tener red de apoyo en la maternidad y la paternidad es, precisamente, la piedra angular de la Tribu CSC, donde además de poder consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa, las madres y los padres pueden contar con el apoyo de una comunidad formada por cientos de familias enfocadas en la crianza respetuosa de sus hijos e hijas.

 

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