Cómo afecta cada tipo de apego al desarrollo del niño

Artículo publicado el 21 Abr 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 22 septiembre, 2023

Es cada vez más frecuente encontrar noticias, artículos y reportajes en los que se nos habla del apego. Pero, ¿qué es el apego? En líneas generales, el apego en el desarrollo del niño es fundamental porque el vínculo emocional que establecemos con otra persona.

Se trataría de una relación especial en la que existe un intercambio de placer, cuidado, seguridad y confort. Pero hay diferentes tipos de apego, así que hoy veremos cómo influye el apego en el desarrollo del niño.

¿Cómo afecta el apego en el desarrollo del niño?

Cuando hablamos de crianza, el apego es el vínculo que se establece entre el bebé y su cuidador principal que, habitualmente, es la madre o el padre, pero puede ser otra persona. Así, los estilos de apego estarían vinculados a la forma en que un niño o una niña se relaciona con su cuidador.

La teoría del apego fue propuesta por J. Bowlby que sostenía que, si los niños y niñas tenían plena confianza en su cuidador y percibían que estaría disponible, desarrollarían un apego seguro que repercutiría favorablemente en su autoestima mientras que, si los niños tenían vínculos inseguros, esto afectaría negativamente a su desarrollo.

 

 

Cómo afecta cada tipo de apego al desarrollo del niño

Así, Bowlby estableció como punto de partida estos dos tipos de apego: seguro e inseguro:

Apego seguro

Los niños y niñas con apego seguro perciben a su cuidador como una figura de confianza y esto hace que sean menores con una buena autoestima, con gusto por explorar y sin miedo a cometer errores. Estos niños interactúan con el entorno de manera activa, establecen vínculos con otras personas y se convierten en personas adultas independientes y con vínculos afectivos saludables.

 

 

Apego inseguro

Sin embargo, los menores con apego inseguro presentarían dificultades tanto para relacionarse con otras personas como para expresar y manejar sus emociones.

Para Bowlby existirían 3 tipos de apego inseguro:

1. El apego inseguro huidizo-evitativo

Si el cuidador muestra rechazo o distancia emocional hacia el niño, este responderá con conductas de distanciamiento que le provocarán sufrimiento.

 

 

2. El apego inseguro ansioso-ambivalente

Ambivalente significa en psicología expresar emociones contrapuestas. Cuando el cuidador no atiende las necesidades del niño y no genera vínculos emocionales, el niño crecerá con la percepción de no tener un cuidador disponible en el que confiar por lo que presentará una autoestima baja y dificultades para establecer vínculos interpersonales que, a menudo se caracterizan por el temor al abandono y la aparición de relaciones dependientes.

3. El apego inseguro desorganizado-indiscriminado

Sería el más perjudicial. En él, el cuidado puede llegar a presentar conductas negligentes, hostiles e incluso violentas. El niño desarrolla ansiedad, angustia y miedo que repercuten negativamente en su desarrollo generando frustración e ira e imposibilitando la expresión de emociones agradables.

 

 

Importancia del apego para el crecimiento y desarrollo del niño

Como decimos al comienzo, la teoría del apego es una teoría. Esto quiere decir que se encarga de describir un comportamiento humano y de predecir el comportamiento futuro. Como parte de la ciencia, cualquier teoría es susceptible de validación, pero también de refutación a lo largo de los años. Uno de los atractivos de esta teoría es que concilia la existencia de procesos innatos con la influencia del entorno.

Sin embargo, la teoría también ha recibido algunas críticas. Entre ellas, la más importante sería que existen otros factores implicados en el desarrollo del niño. Estos factores serían el temperamento, la influencia del medio e incluso la clase social.

Por ejemplo, algunos estudios sugieren que en entornos en los que la crianza se realiza de forma colectiva, como es el caso de algunas tribus, la teoría del apego deja de ser universal. Este hecho también haría esperable que, ante el mismo tipo de cuidado de una madre, todos sus hijos desarrollaran el mismo tipo de apego. Y esto no siempre es así.

 

 

Otra de las críticas a la teoría es el determinismo que hace que se centre la atención terapéutica exclusivamente en las relaciones de los primeros años de vida.

En este sentido, necesitamos contar con más estudios que puedan ajustar la teoría y determinar la importancia exacta de esos primeros vínculos.

Con todo, y desde el sentido común, ¿qué podemos recoger de todo esto para nuestro día a día?

¿Cómo influye la figura de apego sobre el desarrollo del niño?

Supongamos que llegamos nuevos a una ciudad en la que encontramos una persona encargada de nuestra adaptación. Resulta fácil pensar que, si esa persona se muestra con nosotros amable, disponible, nos alerta de los posibles peligros y nos acompaña en nuestra nueva situación, nos adaptaremos de manera más rápida y sencilla, nos sentiremos mejor y estableceremos con esa persona un vínculo emocional saludable.

 

 

Pues, de la misma manera, nuestros hijos e hijas establecerán con nosotros un apego seguro si nos mostramos amables, cercanos, coherentes, constantes y disponibles. Es decir, quizá no necesitemos una teoría (permitidme esta licencia puesto que la ciencia siempre es bienvenida) para entender que debemos tratar a nuestros peques como se debe tratar a las personas (más aún si cabe por ser nuestros hijos).

Otra cuestión es que debemos graduar nuestra interacción con ellos dependiendo de su personalidad y de las respuestas que ellos nos den. En esto tienen mucho que decir los estilos de comunicación (pero esta ya es otra historia). Si necesitáis más información o asesoramiento al respecto, podéis consultarnos en la Tribu CSC.

De esta forma, bien merece la pena esmerarnos en conseguir que nuestros hijos e hijas desarrollen un apego seguro que, si bien no es un pasaporte mágico, sí tiene que ver con poner nuestro granito de arena en el desarrollo de la autoestima y la salud emocional de los más pequeños.

 

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