¿Por qué sobresalta mi bebé cuando duerme?

Es habitual que pensemos que el sueño del bebé es plácido y profundo. Sin embargo, la realidad en ocasiones puede ser muy diferente, sobresaltándose cuando duerme. ¿Por qué ocurre esto?

El reflejo de Moro

Cuando el bebé está en el útero de su madre, se encuentra en un entorno seguro y protegido. Sin embargo, al nacer y salir al exterior, el bebé se enfrenta a un mundo completamente desconocido, con cambios de temperatura, luces, ruido y gravedad. Además, el útero es un espacio reducido y en el mundo exterior desaparecen esos límites. 

En los primeros días y semanas de adaptación al mundo, el bebé puede sufrir cierta sensación de inseguridad que se ve reflejada en el reflejo de Moro o reflejo de sobresalto, un instinto primitivo habitual en los bebés durante los primeros tres o cuatro meses. 

 

 

¿Cuándo sucede? Pues básicamente cuando cambiamos al bebé de posición (para pasarlo de los brazos a la cuna ya dormido, por ejemplo) y este siente la falta de apoyo. Esto le hace reaccionar tensando los hombros y la espalda, extendiendo los brazos, abriendo las manos con las palmas hacia arriba y los pulgares flexionados.

En estos casos, el bebé puede llegar a abrir los ojos como si estuviera asustado y, en ocasiones, llorando. Una reacción similar a la que tendríamos cualquier persona adulta si se estuviera cayendo. Por lo general, el bebé consigue relajarse solo, junta los brazos de nuevo y cierra los puños. 

Como decimos, se trata de un reflejo primario considerado normal y que además indica que el bebé está sano ya que su presencia sirve para descartar cualquier daño neuronal o de la médula espinal, una fractura en la clavícula o una lesión en el plexo braquial. Pese a ser un reflejo normal que se mantiene los primeros meses de vida, en ocasiones puede dificultar  el descanso del bebé que se sobresalta a sí mismo y abre los brazos cuando se le intenta depositar en la cuna o cundo está dormido plácidamente, interrumpiendo su sueño.

 

 

Si tienes dudas sobre el sueño infantil, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de profesionales actualizado, entre los que se encuentra la especialista de sueño infantil, Rafi López, a la que puedes consultar siempre que lo necesites. 

¿Por qué mi bebé se sobresalta dormido?

Pero más allá del reflejo de Moro, hay otros motivos por los que un bebé se puede sobresaltar mientras duerme. Así, puede deberse a algún dolor o molestia como reflujo, gases, cólicos o malestar general. Por ello, es importante que comprobemos que nuestro bebé se encuentra bien y, en caso de no ser así, atenderlo o acudir al médico si es necesario. 

En ocasiones, los bebés pueden sobresaltarse cuando están dormidos por una pesadilla o terrores nocturnos, aunque hay que tener en cuenta que estos últimos suelen aparecer alrededor del primer año de vida y las pesadillas entre los dos y los cuatro años.

 

 

En el caso de las pesadillas, según explica Rafi López, es importante consolar y tranquilizar al pequeño, escuchándolo cuando sea capaz de hablar. Si aparecen de forma persistente, sí sería interesante consultar con el profesional para que valore si se están produciendo debido a ansiedad o estrés infantil. En cuanto a los terrores nocturnos, López recomienda acompañar al peque sin despertarlo, además de observarlo para comprobar que no está muy cansado durante el día. Si pese a estas medidas de higiene del sueño, estos se mantienen, sería interesante consultar al especialista para que descarte otras causas que puedan estar provocándolas. 

Además, un niño se puede sobresaltar durmiendo por el síndrome de las piernas inquietas, que ocurre habitualmente cuando intenta dormir y se producen movimientos en las piernas impidiendo que se relaje. Sin embargo, también puede darse mientras duerme interrumpiendo el sueño de forma abrupta. Aunque no es habitual en la infancia, pueden existir casos aislados de niños con síndrome de piernas inquietas. Y aunque la genética influye, en ocasiones, se relaciona con niveles bajos de hierro, por lo que es recomendable consultar con el pediatra. 

¿Cómo evitar los sobresaltos al dormir de un bebé?

Aunque se considera normal que un bebé se sobresalte al dormir durante los primeros cuatro meses de vida, si esto no ocurre nunca o se da más allá de esta edad sí sería recomendable acudir al pediatra para que valore la situación. Además, también habría que acudir al médico en caso de que estos sobresaltos se mantengan cuando el niño se despierta y duren más de 20 segundos.

 

 

Y cuando ocurre, sí podemos ayudar a nuestro peque a evitar que no se asuste mientras duerme ni se despierte sobresaltado:

• Los brazos de mamá, papá o el cuidador principal son el mejor lugar del mundo para estar. En ellos se sentirán seguros, protegidos y además, encontrarán alimento siempre que lo necesiten, ya sea con lactancia materna o de fórmula. Y no, los bebés no se acostumbran a los brazos ni nos manipulan para que los cojamos. También puedes acariciarlo, mecerlo o portearlo. 
• Evita las cunas demasiado grandes. Los bebés se desarrollan en un espacio limitado dentro del útero. Por este motivo, es mejor elegir minicunas o moisés para los recién nacidos, con un tamaño inferior a las cunas convencionales para que puedan sentirse algo más recogidos. 
• Cuida el entorno. Trata de evitar los ruidos, las voces, las luces y los estímulos fuertes. 
• Vigila los cambios de temperatura. Un cambio de temperatura brusco o una fuerte corriente de aire puede provocar que nuestro bebé se sobresalte mientras duerme. 
• Movimientos suaves. Debemos prestar especial atención cuando cogemos o ponemos al bebé en la cuna o el capazo para evitar que se sobresalte ante los cambios de posición. Así, además de hacerlo despacio con movimientos suaves, podemos hablarle suavemente para que note nuestra presencia, en lugar de levantarlo directamente. 
• No lo dejes llorar. El llanto es la única forma que tienen los bebés de comunicarse y siempre lo hacen por un motivo. Sin embargo, no se le ensanchan los pulmones cuando lloran ni aprenden a dormir mejor. Solo aprenden a resignarse porque nadie acude a su llanto. 

 

 

Y como siempre, como en todo lo relacionado con los más peques, las rutinas juegan un papel clave. Es cierto que antes de los cuatro meses no tienen mucho sentido ya que los recién nacidos no siguen patrones de sueño claros en este momento. Pero a partir de esa edad, mantener una buena higiene de sueño e ir estableciendo las rutinas en el día a día y, especialmente antes de ir a dormir, va a ser clave para conseguir un sueño más tranquilo y relajado.