Hace décadas que se viene recomendando añadir uno o más cazos de cereales en el biberón, para iniciar así la alimentación complementaria, reducir tomas (porque así el bebé se sacia más y pide de manera…
Este post se publicó originalmente el 02/08/2023 y ha sido actualizado en fecha 21/09/2024
La Sociedad Española de Sueño (SES) han querido destacar la relación “íntima” existente entre lactancia materna y sueño: “La una condiciona al otro y viceversa”, explica el doctor Gonzalo Pin, miembro del grupo de trabajo de Pediatría de la SES, en un comunicado de prensa.
La lactancia materna presenta una composición diferente a lo largo del día. Por la noche la leche materna tiene un mayor contenido de melatonina y de una serie de nucleótidos que favorecen el sueño del bebé.
Asimismo, las madres que lactan duermen alrededor de media hora más por noche y presentan mayores periodos de sueño profundo que las madres que eligen la fórmula como método de alimentación de sus hijos.
Los niños amamantados duermen más y mejor que los niños alimentados con leche artificial (y sus madres también)
Según los pediatras de la Sociedad Española de Sueño, es “muy importante” que tanto los profesionales sanitarios como las madres sean conscientes y conocedores de la evolución que se produce en la relación entre lactancia y sueño.
Los bebés alimentados con biberón NO duermen más ni mejor
Durante muchos años (y todavía hoy en día) no ha sido extraño escuchar la afirmación “un biberón y toda la noche durmiendo”. Y es que la idea de que los niños alimentados con leche artificial duermen más y mejor que los alimentados con leche materna está muy extendida, a pesar de ser un mito.
“Son leyendas urbanas que vienen de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, que fueron los años de oro de la lactancia artificial, cuando esta era consideraba un signo de estatus que, además, mejoraba la calidad de vida del niño y su desarrollo. La evidencia científica, sin embargo, nos demuestra que la realidad es justo la contraria“, sostiene Gonzalo Pin.
¿Qué dice la evidencia científica? Los bebés amamantados duermen 40-45min más y sus madres 30min más
Según la SES, la evidencia disponible muestra que los niños amamantados duermen más y mejor que los niños alimentados con leche artificial.
De hecho, según un estudio de la Universidad de California, los bebés de tres meses con lactancia exclusiva duermen entre 40 y 45 minutos más que los que toman suplementos de leche artificial.
Pero además, los pediatras de la SES destacan que también salen beneficiadas las madres que lactan, que duermen alrededor de media hora más por noche y presentan mayores periodos de sueño profundo que las madres que eligen la fórmula como método de alimentación de sus hijos.
Lactancia materna y sueño: La leche materna cambia su composición por la noche para ayudar a la mamá y el bebé a dormir mejor
“La lactancia materna tiene dos ventajas fundamentales. Por un lado, presenta una composición diferente a lo largo del día. Por la noche, por ejemplo, tiene más contenido de melatonina y de una serie de nucleótidos que favorecen el sueño del bebé“, argumenta Pin Arboledas.
Y es que, según numerosos estudios (el primero de ellos fue “The posible role of human milk nucleotides as sleep inducers”, llevado a cabo en 2009 por varios investigadores), la leche materna por la noche aumenta los nucleótidos (componentes del ADN), prolactina, triptófanos y melatonina que actúan como inductores del sueño y, por tanto, ayudan a que los bebés descansen mejor y a que desarrollen unos ritmos saludables de sueño y vigilia.
“Además, por otro lado, la lactancia materna, a través de esa mencionada composición cambiante, favorece que el niño adquiera y consolide de una forma más precoz y con menos complicaciones sus patrones del sueño y su reloj biológico“, comenta el experto en Pediatría de la SES.
En este sentido, el experto apunta que desde el nacimiento y durante el primer semestre de vida aproximadamente, el bebé presenta un ritmo biológico coordinado de sueño y lactancia “que se retroalimenta aproximadamente cada 2-4 horas, franjas de tiempo en las que el niño necesita periodos de alimentación y periodos de sueño”.
A partir del sexto mes se empiezan a producir una serie de cambios fisiológicos en el niño (se mantiene sentado, desarrolla una coordinación succión-deglución que le permite empezar a tragar otra serie de alimentos) que influyen en la relación sueño-lactancia materna.
“La maduración que se produce en este momento, unida a la introducción de la alimentación complementaria, indican que es el momento de dar el paso entre una lactancia materna a demanda y una lactancia “más social” que, aproximadamente al año de vida, se debería enmarcar dentro del ritmo circadiano de 24 horas del día“, explica el experto.
Según el experto, es “muy importante” que tanto los profesionales sanitarios como las madres sean conscientes y conocedores de esa evolución que se produce en la relación entre lactancia y sueño para que no se cree
“una dependencia que haga que la lactancia materna pase de ser un favorecedor de un buen descanso a convertirse en un elemento que podría dificultar el sueño. De esa manera, además de favorecer el desarrollo armónico de los ritmos de sueño-vigilia, favorecemos el mantenimiento de la lactancia materna en el tiempo objetivo marcado por la OMS y por la Asociación Española de Pediatría (AEP)”.
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Beneficios de las tomas nocturnas de leche materna
Desde Criar con Sentido Común queremos apoyar tu lactancia con tips que os harán la vida más fácil a ti y a tu bebé por las noches.
Es normal que los recién nacidos no tengan el ritmo del sueño adaptado al día y a la noche. Si tu bebé se despierta por la noche para comer cada dos horas y te sientes agotada, antes de tirar la toalla; procura informarte y conocer bien todos los beneficios que tienen las tomas nocturnas de leche materna:
- Por la noche la leche materna posee un contenido más elevado de algunos nucleótidos (componentes del ADN) y mayor contenido de prolactina, triptófanos y melatonina, que actúan como inductores del sueño. Todo esto contribuye a que el bebé descanse más y mejor, y desarrolle unos ritmos saludables de sueño y vigilia. También la prolactina nos ayuda a nosotras a dormirnos enseguida y a estar más tranquilas.
- Las tomas nocturnas suponen hasta un 20% de la ingesta diaria de un bebé de uno a seis meses, por lo que son esenciales para su crecimiento y desarrollo.
- Varios estudios han demostrado que la leche materna disminuye en un 50% el riesgo de muerte súbita del lactante.
- Lactancia, apego y sueño: La lactancia nocturna mejora el vínculo madre e hijo al proporcionar al bebé seguridad y aumentar su bienestar emocional.
- Estimulan la producción de leche; ya que cuanto más succione el bebé, más leche producirás. Si estás toda la noche sin ponerle al pecho y le das un biberón en su lugar, tu producción descenderá, lo que además puede dar lugar a problemas como obstrucciones, mastitis, etc.
Aunque a veces es fácil sentirse cansada, frustrada y desesperada por tener que levantarnos durante las noches; se trata de una situación especial que durará poco tiempo, y la leche materna es el mejor alimento que le podemos proporcionar al bebé, por lo que merece la pena el sacrificio. Además, la lactancia nocturna es una buena manera de mantenernos constantemente cerca de nuestro pequeño, y así asegurarnos de que está bien durante la noche.
Lactancia materna y sueño: Consejos para que la lactancia nocturna cueste menos esfuerzo
La mayoría de bebés demandan alimentación al menos tres o cuatro veces por la noche. Las tomas nocturnas se reducen considerablemente a partir de los seis meses.
Hasta entonces, para que la lactancia nocturna no desestabilice tanto a la madre, es conveniente seguir ciertas recomendaciones para la lactancia nocturna:
- No cambies al bebé a otra habitación hasta que deje las tomas nocturnas. Tener su cuna al lado de tu cama o practicar colecho, permite que la madre no tenga que levantarse de la cama y pueda darle el pecho incluso recostada de lado. Es normal que los niños pequeños no quieran dormir solos. ¡Se sienten mucho más tranquilos y seguros con sus padres cerca!
- Si prefieres levantarte, coloca en un lugar tranquilo de tu habitación y con poca luz, una mecedora o hamaca de lactancia.
- Deja a mano todo lo que necesites para las tomas, como el cojín de lactancia (si lo usas), toallitas o gasas, etc. Así no tendrás que ponerte a buscar nada medio dormida cuando el bebé te reclame.
- Deja que tu pareja colabore por la noche para no estar tan cansada física y mentalmente. Puede traerte algo si lo necesitas para no tener que levantarte, acunar al peque en brazos tras su toma hasta que concilie el sueño, ayudarle a expulsar los gases si lo necesita, o incluso darle alguna toma con leche materna extraída si ya no puedes más. Aunque esa es una ‘solución’ a medias, ya que al saltarte una toma de pecho es probable que tengas que levantarte igualmente a extraerte leche, y si no lo haces puede que interfiera en la producción de los días siguientes. Hay muchas otras cosas que el papá o la mamá no gestante de un bebé lactante puede llevar a cabo para ser corresponsable de su crianza.
Para facilitar el sueño del bebé, y ayudarle a ir durmiendo mejor y más horas seguidas gradualmente; también es recomendable seguir los consejos básicos de higiene del sueño:
- Establecer unos hábitos y rutinas fijas (baño, masaje, cena, etc.) y una hora para irse a dormir.
- Hacer solo actividades relajantes en los momentos previos a acostarse (baño, cuento, nana, música relajante…).
- Promover un ambiente de serenidad con luces cálidas tenues y ausencia de ruidos fuertes.
- Mantener la habitación a oscuras o tenuemente iluminada cuando el bebé se despierte por la noche.
A pesar de los beneficios, es normal que tras varios meses sin dormir más de tres o cuatro horas seguidas, estés cansada e incluso comiences a sentir la tentación de dejar las tomas nocturnas y cambiarlas por biberón. Seguro que incluso hay personas en tu entorno que te animan a ello diciéndote que los bebés alimentados con biberón duermen más, pero no es cierto. Ya hemos visto que los expertos exponen que la evidencia científica dice lo contrario.
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