El 7 de marzo se celebra el Día Mundial de los Cereales. Cuando nuestro bebé cumple sus seis primeros meses, llega un hito importante en su vida: la alimentación complementaria. Aunque algunos pediatras pueden sugerir…
Uno de los alimentos que más dudas genera a la hora de introducirlo en la alimentación complementaria de nuestros peques es el huevo. Al tratarse de un producto potencialmente alergénico que puede producir reacciones, debemos prestar algo más de atención a la hora de ofrecérselo a los bebés. Te explicamos cuándo y cómo introducir el huevo en la alimentación complementaria.
Cómo introducir el huevo en los bebés
La introducción del huevo en la alimentación de los bebés sigue generando controversia entre los especialistas. Aunque hay quien recomienda hacerlo de forma progresiva, separando la clara de la yema; la realidad es que si no hay ningún tipo de alergia a los huevos en la familia directa (mamá y papá), se puede ofrecer entero desde el primer día.
¿Y qué ocurre cuando sí hay antecedentes de alergia? En este caso, debemos empezar ofreciendo la yema, dejando la clara para después ya que es más propensa a causar reacción. Aunque no es necesario ofrecerlo a cuartos, puedes hacerlo si te sientes más tranquila. Así, el primer día comenzaremos por un cuarto de yema, para pasar a media yema el segundo día y terminar con la yema entera al tercero.
Cuando la yema esté instaurada en la alimentación de nuestro bebé, pasamos a la clara. Comenzaremos por un cuarto de huevo (clara y yema) el primer día, para pasar a medio huevo el segundo y finalizar por el huevo entero el tercer día. Si optas por este método, te interesará saber que tu bebé sí puede tomar huevo tantos días seguidos.
En cualquier caso, debemos estar atentos a posibles reacciones alérgicas, que se suelen manifestar con erupciones en la cara y vómitos. Lo habitual es que ocurran al segundo día que introducimos un alimento nuevo y en la primera media hora desde su ingesta.
¿Cuándo un bebé puede comer huevo?
A partir de los seis meses, los bebés pueden comer prácticamente de todo. Hasta hace unos años, los pediatras ofrecían unas pautas muy concretas sobre la introducción de los nuevos alimentos. Se hacía así porque se pensaba que al retrasar la introducción de alimentos alergénicos, se reducía la posibilidad de que produjeran reacciones. Sin embargo, esto es cosa del pasado tras demostrar que ocurre justo al contrario: al retrasarlos la introducción de alimentos incrementamos el riesgo de padecer alergias.
Así, solo hay algunos alimentos concretos restringidos para los más pequeños. Es el caso de las verduras de hoja verde (como las espinacas, las acelgas y la borraja) por su alto contenido en nitrato y que no podrán probar hasta cumplir su primer año. Tampoco los frutos secos enteros por riesgo de atragantamiento (pero sí se los podemos ofrecer triturados) y los pescados de grandes dimensiones (como el atún rojo o el emperador) por su alto contenido en mercurio. En este caso, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda retrasarlo hasta los 10 años.
Por tanto, puedes introducir el huevo en la alimentación de tu hijo a partir de los seis meses de vida. Lo único que debes tener en cuenta es que no debes ofrecer ningún alimento nuevo además del huevo (en este caso concreto) durante dos o tres días, para comprobar si sufre alguna reacción alérgica.
No hay una hora mejor o peor para ofrecerle un huevo a nuestro hijo. Desde el desayuno con un huevo duro o unos huevos revueltos a la comida o la cena. Eso sí, si es la primera vez, si debemos hacerlo a la hora de la comida, para poder estar al tanto de posibles reacciones.
Recetas con huevos para los más peques
¿Cómo se le dan los huevos a un bebé? Tanto si has elegido alimentar a tu bebé con purés y triturados como con Baby-Led-Weaning (BLW), puedes introducir el huevo en recetas muy sencillas. La clave es que el huevo debe estar perfectamente cocinado. De hecho, no se podrá ofrecer sin cuajar hasta los siete u ocho años ya que el sistema inmune de los bebés no está desarrollado y puede provocar enfermedades como la salmonelosis.
Si tu hijo tiene seis meses, puedes ofrecer un huevo pequeño al día, aunque deberás eliminar otras fuentes de proteína como la carne o el pescado. Por ello, recuerda que lo ideal es seguir una dieta variada con acceso a todo tipo de alimentos.
En el caso de los triturados, bastará con que realices, por ejemplo, un puré de verduras con calabacín, patata, puerro, zanahorias y judías. Cuando lo tengas, puedes añadir un puñado de cereales reales, como arroz o quinoa. Por último, cuece muy bien un huevo y rállalo, mézclalo con el puré y ¡listo!
Si optas por el BLW, las opciones son más variadas. Desde la más clásica, con la tortilla francesa bien cuajada a un pastel de verduras con huevo. También puedes ofrecer tortillas de verduras o huevo rallado sobre el plato que vayas a comer, como unas lentejas o unos macarrones con tomate.
Eso sí, a esta edad aún no tienen destreza para coger un huevo cocido por lo que es mejor no presentarlo así (si no quieres que se les escurra entre las manos).
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