La ingesta de alimentos ultraprocesados por parte de la madre durante la crianza aumenta el riesgo de obesidad infantil en los hijos durante la infancia y la adolescencia

El consumo de alimentos ultraprocesados por parte de la madre parece estar relacionado con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad en su descendencia, independientemente de otros factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, según apunta un estudio estadounidense publicado por ‘The BMJ’ que analiza qué factores favorecen la obesidad en la niñez y adolescencia.

Para ello, los investigadores se basaron en los datos de 19.958 niños nacidos de 14.553 madres (45% varones, con edades comprendidas entre los 7 y los 17 años en el momento de la inscripción en el estudio) del Nurses’ Health Study II (NHS II) y del Growing Up Today Study (GUTS I y II) en Estados Unidos.

El NHS II es un estudio en curso que hace un seguimiento de la salud y los estilos de vida de 116.429 enfermeras de entre 25 y 42 años. A partir de 1991, las participantes informaron de lo que comían y bebían. El estudio GUTS I comenzó en 1996, cuando 16.882 hijos (de 8 a 15 años) de los participantes en el NHS II rellenaron un cuestionario inicial sobre salud y estilo de vida y fueron controlados cada año entre 1997 y 2001, y cada 2 años a partir de entonces.

 

 

Asimismo, los hijos también fueron objeto de seguimiento. En 2004, 10.918 niños (de 7 a 17 años) de los participantes en el NHS II se unieron al estudio ampliado GUTS II y fueron objeto de seguimiento en 2006, 2008 y 2011, y cada 2 años a partir de entonces.

La alimentación de la madre puede influir en el peso corporal de sus hijos

Los resultados del estudio son concluyentes: en total, 2.471 (12%) niños desarrollaron sobrepeso u obesidad durante un período de seguimiento medio de 4 años. Se observó un riesgo un 26% mayor en el grupo con mayor consumo materno de alimentos ultraprocesados (12,1 raciones/día) frente al grupo de menor consumo (3,4 raciones/día).

 

 

Los autores apuntan ahora a la necesidad de realizar más estudios para confirmar estos hallazgos y comprender los mecanismos biológicos y los determinantes ambientales. Y es que, a pesar de las limitaciones del trabajo (se trata de un estudio observacional, puede haber factores no medidos, así como errores en la autodeclaración de las medidas de dieta y peso, y estas madres eran predominantemente blancas y de entornos sociales y económicos similares, por lo que los resultados pueden no ser aplicables a otros grupos); el estudio utilizó datos de varios estudios grandes en curso con evaluaciones dietéticas detalladas durante un periodo relativamente largo, y los análisis posteriores produjeron asociaciones consistentes, lo que sugiere que los resultados son sólidos.

Estos datos “respaldan la importancia de perfeccionar las recomendaciones dietéticas y el desarrollo de programas para mejorar la nutrición de las mujeres en edad reproductiva con el fin de promover la salud de la descendencia“, concluyen.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional para mejorar los hábitos alimenticios de tu familia, en la Tribu CSC puedes consultar a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli, el enfermero de pediatría Armando Bastida y la dietista-nutricionista Rebeca Pastor.

 

¿Qué factores favorecen la obesidad en la niñez?

Los investigadores también tuvieron en cuenta una serie de otros factores potencialmente influyentes, que se sabe que están fuertemente correlacionados con la obesidad infantil. Estos incluían:

• El peso de la madre (IMC).
• La actividad física.
• El tabaquismo.
• La situación de convivencia (con o sin pareja).
• La educación de la pareja.
• El consumo de alimentos ultraprocesados.
• La actividad física y el tiempo de sedentarismo de los niños.

Debido a su bajo coste, su rápida disponibilidad (sin necesidad de preparación) y su elevada palatabilidad; los alimentos ultraprocesados (bollería, aperitivos envasados, bebidas gaseosas, cereales azucarados, etc.) son habituales en la sociedad moderna occidental, y están asociados a un aumento de peso. A su vez, el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes, cánceres y muerte prematura.

 

 

Sin embargo, los especialistas destacan la importancia de no culpabilizar a las madres, sino de abordar las “barreras estructurales financieras y sociales para elegir alimentos saludables ya que es fundamental para desarrollar pautas dietéticas alcanzables y responsables para mujeres en edad fértil”.

“Nuestro estudio destaca los beneficios potenciales de limitar el consumo de alimentos ultraprocesados ​​entre madres y mujeres en edad reproductiva para reducir el riesgo de sobrepeso en sus hijos. Sin embargo, no debemos pasar por alto los determinantes sociales de la salud que podrían impedir que las mujeres reduzcan la ingesta de alimentos ultraprocesados. 

Estos pueden incluir la falta de tiempo adecuado para preparar alimentos no procesados, los costos adicionales de una dieta más saludable (incluida la vida útil limitada que podría resultar en un mayor desperdicio), la posibilidad de que las madres no sean las únicas responsables de los alimentos del hogar y el acceso limitado a opciones de alimentos saludables debido a la ubicación geográfica.

Además, es posible que muchas mujeres ya sientan vergüenza por los comportamientos de salud relacionados con el peso durante el embarazo y la crianza de los hijos, y advertimos contra el uso de estos datos para estigmatizar aún más sus elecciones de alimentos“, resaltan en sus conclusiones finales.

¿Y durante el embarazo?

Aunque la alimentación de la madre durante el embarazo es importante para su propia salud y la de su bebé, en el caso de ingerir este tipo de productos durante la gestación, aunque las tasas fueron más altas, los investigadores no encontraron asociación significativa entre la ingesta de alimentos ultraprocesados ​​durante el embarazo con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad futura en los hijos.

 

 

En concreto, los autores del estudio realizaron un análisis separado de 2.790 madres y 2.925 niños con información sobre la dieta desde los 3 meses previos a la concepción hasta el parto (periodo periparto), sin encontrar un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad en la descendencia por el consumo de ultraprocesados de la madre en la gestación.

Lo que sin duda significa que el ejemplo que damos en la mesa a nuestros hijos es lo que más influye en sus hábitos alimentarios.