Por qué no es buena idea calentar la leche para el bebé en el microondas

Artículo publicado el 26 Abr 2023 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 30 septiembre, 2023

¿Cómo calentar la leche para el bebé? Tanto si el bebé es amamantado como si toma leche de fórmula, hay momentos en los que hay que calentar la leche. Si el bebé está llorando, la tentación es siempre optar por el método más rápido, que es el microondas, pero su uso está desaconsejado tanto si hablamos de leche materna como si hablamos de fórmula.

¿Por qué calentar la leche de fórmula o materna?

Aunque una vez preparada, la leche de fórmula se le da al bebé y lo que sobra hay que tirarlo, el modo más recomendable de preparar un biberón es cuando el agua está a una temperatura de entre 70 y 90ºC, porque el polvo de la lata no es estéril y en algunas ocasiones puede contener patógenos que, en los bebés recién nacidos, especialmente si son prematuros o con bajo peso, pueden hacer mucho daño.

Como el método de preparación es un poco laborioso, porque una vez se llega a los 100ºC de temperatura (cuando hierve) hay que esperar entre 5 y 30 minutos para hacer la mezcla (para que el agua esté entre 70 y 90ºC), la OMS deja abierta la posibilidad de preparar los biberones antes de dormir, enfriarlos rápidamente poniéndolos bajo el grifo de agua fría, y meterlos en la nevera. Es entonces cuando, en el momento en que el bebé quiere comer, lo sacamos de la nevera y lo ponemos a calentar.

Igualmente, cuando una madre se extrae leche porque está haciendo lactancia diferida, o porque está complementando la lactancia materna con su propia leche extraída, o bien porque se va a trabajar y se la tiene que dar al bebé otra persona, o bien la congela, o bien la guarda en el frigorífico.

 

 

En ambos casos hay que acabar calentándola para que el bebé se la pueda tomar, y en estos casos a menudo buscar el método más rápido, el microondas, no es la mejor opción.

¿Qué pasa si caliento la leche en el microondas?

Aunque debemos reconocer las señales de hambre para evitar llegar al punto en que el bebé estalle en llanto, si sucede que el peque empieza a llorar, lo más rápido es ir a la nevera a por la leche y calentarla en el microondas. Sin embargo, aunque el más rápido, este es también el método más peligroso.

No se recomienda calentar la leche en el microondas porque no podemos saber cómo saldrá de ahí. En ocasiones el envase está muy caliente y el líquido no tanto, otras veces sucede lo contrario y se calienta mucho el líquido aunque al tocar el envase parece que está más frío de lo que está en realidad… ¡y volvemos a calentar un poco más! Incluso si nos echamos unas gotitas en la muñeca y la notamos fría, puede suceder que, como el calentamiento no es uniforme con el microondas, puede haber puntos calientes que pueden quemar al bebé.

En resumen, nunca se debe usar un microondas para calentar el biberón de un bebé porque hay un riesgo grave de quemar la boca, la lengua, la garganta y el tubo digestivo del bebé. Es por ello que no se recomienda calentar la leche de fórmula o materna en el microondas.

 

 

¿Por qué no se puede calentar la leche materna en el microondas? Además de correr el mismo riesgo de abrasar al bebé, en este caso, cuando la leche materna se calienta demasiado (ya sea con microondas, ya sea de otra manera), pierde muchas células inmunológicas (defensas), y aunque no se modifican los nutrientes y sigue siendo el mejor alimento posible, es una pena que se pierdan de ese modo las defensas. Así que sí, es malo calentar la leche en el microondas.

Entonces, ¿cómo calentar la leche para el bebé?

El mejor modo de calentar la leche materna y la lecha de fórmula es por contacto: poner el envase en el que el bebé se va a tomar la leche en contacto con algo caliente, normalmente agua. Entonces, para el agua sí se puede utilizar el microondas: se calienta agua en un recipiente (en microondas o en una cazuela al fuego o en la vitro) y una vez el agua está caliente se introduce el biberón con la leche.

La temperatura a alcanzar es a gusto del consumidor, es decir, del bebé. Muchas veces no hace falta que la leche esté caliente, porque puede gustarle templada o fresquita, pero si le gusta más calentita siempre debemos comprobar que no llegue a quemar (porque de nuevo, si nos pasamos, podemos quemarle y, en el caso de la materna, pueden perderse defensas).

 

 

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultarme online a mí o al resto de miembros de nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y la asesora de lactancia materna Inma Mellado, IBCLC, Monitora de La Liga de la Leche, Máster en Nutrición Pediátrica y presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna.

 

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