¿Cuáles son los cuatro tipos de leche materna?

La composición de la leche materna cambia para adaptarse a las necesidades nutritivas e inmunológicas del bebé

Uno de los motivos por los que la leche materna es insustituible es que resulta ser un alimento vivo, que va mutando y adaptándose a los requerimientos del bebé. Por eso podemos encontrar hasta cuatro tipos de leche materna. Todos excelentes, únicos y especiales para las necesidades nutricionales e inmunológicas de cada uno de los momentos. Te contamos cuáles son los tipos de leche materna y por qué se caracteriza cada uno.

¿Cómo cambia la leche materna?

El suero materno es el único alimento que cambia durante la toma, también durante el día e incluso a lo largo de la lactancia, siempre con el propósito de adaptarse a las necesidades del lactante en cada situación.

La composición de la leche materna no es igual justo tras el nacimiento del bebé, incluso varía si este ha nacido de forma prematura, y tampoco es la misma los días posteriores al parto. No hay leche mejor ni peor, y por supuesto no hay “leche mala”, ya que estos cambios responden a las exigencias nutricionales de cada etapa.

 

lactancia separación

 

También cambia respecto a la cantidad que se produce, el color e incluso la textura. Así que para explicar cuál es la textura de la leche materna, tendríamos que especificar a qué tipo de leche nos estamos refiriendo. Pero, ¿cuántos tipos de leche materna hay? En realidad podemos hablar de cuatro tipos: pretérmino, calostro, leche de transición y leche madura, y las diferencias responden al tiempo que haya pasado tras el parto.

La leche pretérmino

Ya en el embarazo las glándulas mamarias comienzan a preparar la producción de leche gracias a la acción de múltiples hormonas que se encargan tanto del desarrollo de la glándulas como del del comienzo de la producción de leche. De hecho algunas mujeres refieren secreciones por los pezones a partir de las 24-28 semanas de gestación. Si el embarazo no llega a término, 38 semanas, se considera un parto prematuro y las necesidades del recién nacido serán diferentes a las de uno nacido más adelante. Por eso la leche que segrega una mamá de un bebé nacido a las 40 semanas es diferente a la de una mamá de un bebé nacido a las 32 semanas.

Uno de los motivos por los que la leche materna es el alimento idóneo para un bebé prematuro es que esta contiene una mayor cantidad de proteína, sodio, energía, grasa, aminoácidos libres y algunas vitaminas y minerales, y menor cantidad de lactosa. Además de niveles más altos de factores inmunológicos y antiinflamatorios como la lactoferrina.

 

 

Esta composición, que se mantiene así aproximadamente unas cuatro semanas, aporta una protección inmunológica especial para estos bebés que la requieren debido a un mayor riesgo de infección neonatal. Asimismo, es fundamental para el desarrollo gastrointestinal y neurológico del bebé prematuro. Aunque es cierto que esta leche puede producir un engorde y crecimiento insuficiente en el recién nacido con un peso inferior a 1.500 gramos, por lo que suele fortificarse con suplementos.

Qué es el calostro y cuáles son sus principales características

Si el bebé nace a término el primer tipo de leche que segregará su madre, durante unos cuatro días, será el calostro. Si sabes cuál es el aspecto de la leche materna, te sorprenderá la textura del calostro. Es un líquido denso y amarillento, a veces anaranjado, que contiene una importante proporción de agua y una gran cantidad de minerales, oligoelementos, hidratos, aminoácidos, proteínas y vitaminas liposolubles.

 

calostro amamantar

 

Su alta concentración permite que con muy poca cantidad por toma sea suficiente, por eso aunque parezca que sale poquito, es el alimento ideal para el recién nacido ya que sus riñones inmaduros no pueden manejar gran cantidad de líquido. El bebé además está aprendiendo a mamar y le resulta más sencillo manejar cantidades pequeñas de líquido. Las enzimas del calostro que facilitan la digestión del bebé, también contiene antioxidantes celulares (betacarotenos), factores de crecimiento, efecto laxante para la eliminación del meconio (motilina) y una maravillosa protección contra las infecciones (Inmunoglobulina A secretora, lactoferrina, lisozima, etc.).

Leche de transición, otro de los tipos de leche materna

En torno al tercer o cuarto día tras el nacimiento aumenta bruscamente la producción, es lo que conocemos como subida de la leche. Los pechos se inflaman e incluso puede que mientras el bebé mama de un pecho salga la leche sola por el otro. Este proceso de subida de la leche puede ser súbito o más gradual en otras ocasiones. Además también hay un cambio en cuanto a composición, hasta llegar producir la leche madura a los 10 días o dos semanas postparto aproximadamente.

La leche de transición ya no es tan espesa como el calostro, resulta más cremosa y de color crema. Poco a poco disminuyen las proteínas, inmunoglobulinas y vitaminas liposolubles, y se incrementa la grasa, la lactosa y las vitaminas hidrosolubles.

 

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Este aumento de calorías en la leche de transición ayudará al recién nacido a engordar y crecer adecuadamente. Pero es preciso una correcta estimulación del pecho para que la producción sea la necesaria: al menos 10-12 tomas eficaces al día, buen agarre y succión adecuada. Por supuesto, sin dolor y controlando que el bebé moja el pañal varias veces al día y que las deposiciones ya sean amarillentas, líquidas y con grumos.

¿Qué es la leche madura materna?

La composición en cuanto a los tipos de leche materna sigue variando hasta que a las cuatro semanas aproximadamente llega la producción de la leche madura que continúa produciéndose en gran cantidad, si la estimulación es la adecuada, y su aspecto será más diluido, incluso azulado o grisáceo, sobre todo al principio de la toma.

¿Qué aporta la leche materna madura? Entre los principales componentes encontramos el agua (en un 88%) que ayuda al bebé a mantener el equilibrio de electrolitos, un alto porcentaje es lactosa (un hidrato de carbono que facilita la absorción del calcio y el hierro y promueve la colonización intestinal), también contiene grasas, vitaminas (principalmente A, K, D y E) y minerales (calcio, fósforo, magnesio, zinc, potasio y en menor cantidad hierro, pero se absorbe muy bien). Y aunque la cantidad de proteínas es inferior a la del calostro, siguen estando presentes en la proporción necesaria, tanto para ayudar a crecer al bebé como para fomentar el desarrollo del cerebro y su sistema inmunitario.

 

tipos de leche

 

Pero si alguien pensaba que este es el final de la historia, no es así. Sabemos que la leche aumenta en calorías cuando se supera el año de vida del bebé y que aumenta el contenido de factores inmunológicos cuando se acerca el destete y el bebé, el niño o la niña recibe una cantidad inferior de leche.

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