¿Qué hacer cuando un bebé se despierta asustado?

Artículo publicado el 7 Nov 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 7 noviembre, 2021

Imagina que te duermes plácidamente en tu cama y despiertas de repente en el supermercado. Una situación así nos descolocaría por completo a los adultos, pero la realidad es que forma parte del día a día de los bebés. Por ello, cuando se despiertan, es probable que lo hagan asustados y llorando. ¿Qué podemos hacer cuándo un bebé se despierta asustado?

Los bebés esperan despertarse y que esté todo igual que cuando se durmieron. Tanto que si se duerme en brazos y lo dejamos en la cuna, su primera reacción al despertar será llorar porque está en otro sitio diferente adonde se quedó dormido, por ejemplo. Y en el peor de los casos, nos encontraremos a un bebé que grita nervioso, al que se le acelera el corazón o con excesiva sudoración.

 

 

Mi bebé se despierta asustado, ¿qué hago?

Es normal que los bebés que duermen en una cuna se despierten más sobresaltados que los que hacen colecho con sus padres, ya que la compañía de sus progenitores aumenta su sensación de bienestar, protección y seguridad.

De hecho, está demostrado que los beneficios del colecho son múltiples y, entre ellos, destaca que ayuda a reducir el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, prolonga la lactancia materna por la noche, potencia el vínculo con los padres, favorece el desarrollo neuronal del bebé y mejora el desarrollo psicológico y cognitivo. Pero, ¿qué podemos hacer si nuestro bebé se despierta asustado?

 

 

Comprueba que está bien

Los bebés pueden despertarse llorando por la noche por algún dolor o molestia. Reflujo, gases, cólicos, malestar general, fiebre… Por ello, es importante comprobar si está bien en general o le duele algo. En este último caso, habría que evaluar si podemos calmarlo nosotros o se trata de algo más importante y es necesario acudir a urgencias con el bebé.

 

 

Acompáñalo y demuéstrale que no está solo

Cuando un bebé llora, hay que acudir siempre a comprobar qué le pasa. En muchas ocasiones, y en especial cuando atraviesan la angustia por separación alrededor de los ocho meses, necesitan comprobar que están acompañados por su madre y por su padre o por su cuidador habitual.

Por ello, puede que se despierten sobresaltados durante la noche, pero en cuanto comprueban que sus figuras de referencia están junto a él, es probable que se vuelvan a dormir plácidamente como si nada hubiera pasado.

 

 

Acarícialo

En ocasiones, las caricias son el mejor bálsamo para el llanto. Y esto también sirve para los bebés. Con ellas, encontrarán la calma que necesitan cuando se despiertan llorando por la noche.

Cógelo en brazos

Los bebés necesitan estar en brazos y el contacto de sus padres, especialmente en las primeras semanas y meses de vida. Así que aprovecha y cógelo en brazos todo lo que puedas sin miedo porque, aunque te lo repitan mil veces, los bebés NO se acostumbran a los brazos. También puedes mecerlo, dar un pequeño paseo con él para calmarlo o portearlo, lo que le aportará calma y seguridad al estar en contacto con su figura de apego.

 

 

Trata de calmarlo…

A veces los brazos no son suficiente y puede que la causa de su llanto sea, por ejemplo, una pesadilla o un terror nocturno. Estos últimos suelen aparecer alrededor del primer año de vida, mientras que las pesadillas lo hacen entre los dos y cuatro años. Así que aprovecha que lo tienes cerca y háblale al oído suavemente, cuéntale una historia o cántale una canción. Es importante hablarle de forma pausada y no reñirle ni enfadarse con él. Así, lo más probable es que al oír y reconocer tu voz vuelva a relajarse.

… y mantén la calma

Es cierto que si tu bebé se despierta llorando desconsolado por la noche y no hay forma de tranquilizarlo, es muy probable que pierdas los nervios. Pero es lo último que debes hacer, ya que tu pequeño lo notará enseguida. Son expertos en reconocer cómo nos encontramos, así que si estamos calmados, se lo transmitiremos también a ellos, por lo que puede resultar más fácil tranquilizarlo.

 

 

Frío o calor

La mayoría de las veces tendemos a abrigar en exceso al bebé por miedo a que pase frío. Sin embargo, esto puede ser contraproducente ya que puede provocarles fiebre o sudamina. Es cierto que los bebés suelen moverse mucho durante la noche y tienen a destaparse. Pero en muchas ocasiones es, simplemente, porque tienen calor.

De hecho, tal y como explica la matrona del equipo de Criar con Sentido Común, Esther Esteban, en el post “Qué ropa se le pone a un bebé recién nacido en verano”:

«Hay mucho miedo a que los recién nacidos se enfríen, cuando la realidad es que es mucho más fácil que se recalienten».

Además, hay que tener en cuenta que la cuna debe estar siempre despejada de mantas o almohadas por el alto riesgo de asfixia para el bebé. Por ello, los saquitos para dormir suelen ser una buena alternativa.

 

 

Ofrécele leche o agua

Puede que tu pequeño tenga hambre o sed durante la noche y se despierte llorando. A medida que conozcas sus ritmos y horarios así como su llanto, podrás adelantarte y saber que es su hora de comer. Lo sea o no y si el llanto persiste, siempre puedes probar a ofrecerle el pecho o un biberón de leche (también puedes empezar a ofrecerle agua a partir de los seis meses si lo que tiene es sed), especialmente en verano para evitar que se deshidrate.

Cambia de lugar y de postura

Lleva a tu pequeño a un lugar tranquilo, donde no haya mucho ruido ni mucha luz, sobre todo si tiene más de cuatro meses cuando ya son capaces de diferenciar el día de la noche. Además, prueba a cambiarle de postura, ya que si por ejemplo, tiene gases, le ayudará a estar más tranquilo. Eso sí, recuerda que los bebés deben dormir siempre boca arriba para reducir el Riesgo de Muerte Súbita del Lactante.

 

 

Nunca lo dejes llorar

Los bebés siempre lloran por algo. Por hambre, porque tienen el pañal mojado, porque les duele algo o por simple aburrimiento. Pero siempre hay un motivo ya que, para ellos, el llanto es la única forma que tienen de comunicarse con nosotros.

Por ello, nunca hay que dejar llorar a un bebé. Las teorías que dicen que es bueno dejar llorar al bebé para que se acostumbre a dormir solo o para para que se le ensanchen los pulmones, no son más que meros mitos. De hecho, un bebé nunca se acostumbra a estar solo, simplemente aprenderá que nadie acude a su llanto. A un bebé que se despierta asustado llorando hay que atenderlo SIEMPRE.

 

 

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