¿Qué pruebas hacen a los peques para realizar un diagnóstico de alergia?

Artículo publicado el 25 May 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 6 mayo, 2023

En primavera suelen eclosionar las alergias. Sin embargo, a veces no es fácil detectar si lo que le ocurre a un/a niño/a es un simple resfriado o tiene más que ver con alguna alergia respiratoria. También puede ocurrir que sea una alergia alimentaria, aunque esta puede ser más obvia. Pero, ¿cuáles y cómo son las pruebas de la alergia para niños y niñas?

¿Qué es la alergia?

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) define a la alergia como “una reacción de defensa del organismo contra sustancias externas que penetran en el cuerpo”.

Estas sustancias entran por el aparato digestivo (alimentos, medicamentos); se inhalan a través del aparato respiratorio; son absorbidas por la piel (contactantes); o atraviesan la piel (inyecciones o picaduras).

El sistema inmune no las reconoce e intenta neutralizarlas provocando diversas reacciones que hacen daño al propio organismo (síntomas de la alergia). Los anticuerpos del sistema inmunológico se llaman IG (inmunoglobulinas) y las hay de distinto tipo: IgA, IgC, IgM, IgD y la IgE, que es la que se suele activar en la alergia.

 

 

A este respecto, la pediatra del equipo de Criar Con Sentido Común, Gloria Colli, especifica:

“La mayoría de las alergias está mediada por la IgE, que es un anticuerpo que produce las ronchas, los broncoespamos o reacciones de vómito y diarrea, cuando se produce de forma brusca si el niño come algún alimento al que es alérgico. En estos casos sí se pueden realizar pruebas de la alergia, por sospecha.

Pero hay otras que no están mediada por la IgE y para ella no tenemos pruebas. Una muy típica es la alergia a la proteína de leche de vaca no mediada por IgE que puede provocar diarrea con sangre, y en este caso no se hacen pruebas”.

En nuestra web podéis encontrar un curso específico sobre las alergias alimentarias que imparte la propia Gloria Colli, a quien también podéis consultar a través de la Tribu CSC. Las familias miembro, además, pueden realizar todos nuestros cursos online de forma gratuita.

 

 

Según la SEICAP, casi cualquier sustancia puede ser alergénica: alimentos, medicamentos, sustancias que se respiran (polen, hongos, partículas de ácaros, caspa de animales), etc. La alergia es una circunstancia muy frecuente que puede aparecer en cualquier momento.

¿Cuándo se pueden hacer las pruebas de la alergia para niños?

Tal vez te has preguntado cuándo se le pueden hacer las pruebas de la alergia a un bebé. Y lo cierto es que, tal y como explica Gloria Colli en nuestro podcast sobre alergias infantiles, “los bebés pueden mostrar señales en cuanto se exponen a los alérgenos“.

Una de las primeras en aparecer es la alergia a la proteína de la leche de vaca. Esta suele llegar al bebé a través de la leche de fórmula. Quizás las señales no aparezcan el primer día, pero sí lo harán al poco tiempo. En niños “muy sensibles”, explica nuestra experta, pueden aparecer en la segunda toma. Esos primeros síntomas suelen ser ronchas y labios hinchados.

“Si son alergias a un alimento o un medicamento, las pruebas se pueden hacer a continuación de la reacción. En el momento en que hay sospecha (leche, huevo, medicamentos, etc.), se pueden hacer al día siguiente. Cuanto antes mejor“, especifica Gloria Colli.

Con respecto a otro tipos de alergias, como las respiratorias (ácaros, polen…), “la sospecha no es tan directa” y puede pasar tiempo hasta que se opta por realizar pruebas. La relación entre causa y efecto es más indirecta y puede pasar desapercibida. Es posible que incluso hasta los seis años no se realicen las pruebas de la alergia para niños/as “porque hasta entonces los estornudos pueden ser de un resfriado”.

 

 

Tipo de pruebas de la alergia para niños

Cuando un niño o una niña tiene síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis, dermatitis atópica, urticaria, síntomas digestivos o reacciones frente a alimentos, medicinas o picaduras podemos sospechar que estamos ante una alergia.

La SECAIP, no obstante, aclara que no todas las personas con estos síntomas tienen alergia. Pero si son persistentes y prolongados en el tiempo, o se repiten con frecuencia, es posible que sí lo sea. En otros casos puede ser más evidente: acción-reacción. El bebé se toma el biberón con leche artificial y vomita o le duele el estómago. O toca alguna superficie y su cuerpo reacciona.

En esos casos es conveniente hacerse un estudio de la alergia. Y ¿cómo se hacen? Pues hay distintas fórmulas. Yo soy alérgica a los ácaros y a determinados tipo de polen. Y recuerdo perfectamente cómo en el hospital me hicieron la prueba de la alergia depositando en mi piel determinadas sustancias.

 

 

Existen diversos tipos de pruebas de alergia: análisis de sangre, pruebas en la piel (prick test, intradermorreacción, parches), pruebas de provocación bronquial, nasal o conjuntival, test de exposición o tolerancia, entre otras. Como recoge la SECAIP:

“Según los datos de cada paciente se hacen unas pruebas u otras, y el especialista las interpreta para decidir el diagnóstico y el tratamiento más adecuado“.

Este tratamiento puede ser de tres tipos: de rescate, preventivo, y etiológico o de la causa. Los dos primeros se basan en medicamentos, mientras que el etiológico incluye medidas no medicamentosas. Es decir, se busca evitar el alérgeno causante de la alergia de distinta forma, entre ellas la vacuna de la alergia, que ayuda a modificar la respuesta inmunitaria del paciente.

¿Se puede prevenir la alergia?: La excesiva pulcritud como factor de riesgo

Lamentablemente no se pueden prevenir, según Gloria Colli. Precisamente su tesis doctoral versó sobre los factores de riesgo de la alergia en niños.

 

 

Partiendo de la teoría de que el exceso de higiene aumenta el riesgo de alergia, nuestra pediatra se planteó si el contacto diario con animales influía o no.

“Y lo cierto que es que los/as niños/as en contacto con animales o los que viven en el campo, junto a animales de granja, son menos susceptibles a tener alergia. Y con esto no digo que tengamos que exponer a los niños a todas las infecciones, pero sí indica que la excesiva pulcritud es un factor de riesgo“, explica la especialista en Pediatría.

Así que las únicas medidas preventivas que se pueden aplicar son para evitar que aparezcan los síntomas o paliarlos. Según la SECAIP, en el caso de la alergia la prevención se realiza en tres niveles.

• Prevención primaria: Evita que la persona sea sensible al alérgeno y desarrolle los síntomas, en el caso de que no los haya tenido previamente ni tenga pruebas positivas.
• Prevención secundaria: Si la prueba de la alergia para niños/as es positiva pero no han tenido síntomas clínicos, se busca evitar que aparezcan estos últimos.
• Prevención terciaria: El objetivo es que las personas alérgicas que ya han tenido síntomas no vuelvan a tenerlos. O al menos que estos sean más leves.

 

 

En cualquier caso, si tienes dudas o alguna sospecha de que tu hijo o hija puede tener una alergia, lo mejor es consultar con el pediatra.

 

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