Cómo afectan las nuevas variantes COVID a embarazadas, bebés y niños

Sabemos que el SARS-COV-2, el virus causante de la COVID-19, sufre periódicamente mutaciones que hacen que se produzcan cambios en la epidemiología de la enfermedad. Para unificar criterios, la OMS va nombrando las nuevas variantes del virus usando las letras del alfabeto griego.

Variantes de interés y variantes de preocupación

Algunas variantes fueron muy sonadas, como la Alfa, la Delta o la Ómicron, y otras circularon muy poco y desaparecieron enseguida. Además, la OMS y otras agencias de salud internacionales clasifican las nuevas variantes según sus características epidemiológicas en VOI, por las siglas en inglés de variante de interés y VOC a las variantes de preocupación.

Se considera una variante de interés cuando el cambio en el genoma del virus implica una diferencia suficiente como para producir cambios en la transmisibilidad o gravedad de la enfermedad, por afectar a la fiabilidad de las pruebas diagnósticas o a la respuesta inmune a los anticuerpos generados en infecciones anteriores o por la vacuna.

Las variantes de preocupación son aquellas que han demostrado ser más transmisibles, más graves o que pueden no ser detectadas por las pruebas diagnósticas actuales o escapar a la inmunidad adquirida por infecciones previas o vacunas.

Actualmente en Europa las variantes de preocupación circulantes son las de Ómicron BA2, BA4 y la actualmente dominante BA5. Se sabe que la variante BA2 detectada en noviembre de 2021 es más transmisible y ocasiona enfermedad menos grave, pero respecto a las variantes BA4 y BA5, más recientes, los datos no están tan claros. Sí parece que escaparían con más facilidad a la inmunidad adquirida por infecciones previas o vacunación, pero no hay datos para afirmar que sean más transmisibles o más graves.

Cómo afectan las nuevas variantes COVID a embarazadas

Un estudio reciente publicado en The Lancet Respiratory Medicine realizado en Escocia, compara la evolución de 2 grupos de casi 10.000 embarazadas con COVID. Un grupo durante la circulación de la variante Delta y otro grupo similar durante el período en que Ómicron es predominante. Durante la fase Delta se infectaban cada mes entre 1.700 y 2.600 embarazadas por cada 100.000, mientras que durante la circulación de la variante Ómicron, más contagiosa, enfermaban más de 11.000 por cada 100.000 embarazadas al mes.

Pero a pesar de enfermar muchas más mujeres, el riesgo de ingreso en cuidados intensivos por enfermedad grave fue mucho menor, así como el riesgo de parto prematuro, complicaciones que sucedieron mayoritariamente en mujeres no vacunadas o con vacunación incompleta. Ninguna embarazada falleció con Ómicron. Los recién nacidos también se infectaron menos con Ómicron y con ambas variantes se infectaron más los hijos de madres no vacunadas. La mortalidad neonatal también fue mucho menor con Ómicron.

Otros estudios en embarazadas ingresadas con COVID durante los períodos de circulación de las variantes Delta y Ómicron también constatan menor necesidad de oxígeno con Ómicron y destacan también la menor gravedad de la infección en embarazadas vacunadas.

Nuevas variantes COVID en niños

Como es sabido, los síntomas de la infección por Covid en menores son generalmente leves y, en concreto, los causados por Ómicron en niños y niñas son similares a los producidos por Delta, y similares a los de otras infecciones respiratorias como fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, dolores musculares, cansancio, cefalea, congestión nasal, dolor de garganta, alteraciones del gusto y el olfato, vómitos y diarrea.

Sin embargo, la gravedad global de los síntomas es mucho más leve con Ómicron aunque también esta variedad es mucho más contagiosa. Una manifestación habitual de la COVID en niños es la laringitis aguda o crup, caracterizada por tos perruna de predominio nocturno, dificultad respiratoria, disfonía, irritabilidad, fiebre, dificultad para tragar por dolor y congestión nasal.

Y aunque ya se veían laringitis con las variantes anteriores del SARS-COV-2, con Ómicron las laringitis son mucho más frecuentes, aunque afortunadamente no más graves y muchas mejoran simplemente respirando el aire húmedo y fresco de la noche o utilizando un humidificador. Si se trata de una laringitis más grave con tos persistente, dificultad para respirar, tiraje, estridor o coloración azulada alrededor de los labios puede ser necesario acudir a un centro médico para valoración y tratamiento, ya que puede ser necesario administrar corticoides, medicación inhalada y oxígeno.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, estaré encantada de atenderte en la Tribu CSC, donde además puedes consultar al resto de miembros de nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil.

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Gloria Colli

Pediatra y madre de 3 adolescentes a punto de volar del nido. Especial dedicación en vacunas, lactancia materna y alimentación saludable.