Hacer alguna actividad física diaria tiene innumerables beneficios para el desarrollo de nuestros hijos e hijas. Pero, más allá de combatir el sedentarismo y la obesidad infantil, ahora la ciencia revela que hacer deporte ayuda…
¿Cómo influye el deporte en la inteligencia? Un estudio liderado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada (UGR), junto con investigadores de Psicología de esta misma universidad y colaboradores externos nacionales e internacionales, evidencia que los escolares que hacen ejercicio son más inteligentes y rinden más académicamente.
El estudio, liderado por la Universidad de Granada, analiza el efecto de un programa de ejercicio físico aeróbico y de fuerza de 5 meses, 3 veces por semana, en escolares con sobrepeso u obesidad. Su trabajo, se ha publicado esta semana la prestigiosa revista JAMA Network Open. Asimismo, los resultados de la investigación han sido presentados en el European Congress of Sports Science, el congreso más importante de Ciencias del Deporte en Europa, que este año se ha celebrado en Sevilla.
¿Cómo influye el deporte en la inteligencia?
Tradicionalmente siempre hemos considerado que la inteligencia es un rasgo estable que depende de la herencia genética, pero en los últimos años la ciencia ha comenzado ha dar un giro a esta idea, considerando que la inteligencia puede ser una característica más modificable de lo que pensábamos.
También, a la hora de hablar de niños y deporte, solemos hacer mucho hincapié en los importantes beneficios que este conlleva para la salud física de nuestros/as hijos/, pero también se conocen numerosas ventajas de la práctica regular de ejercicio físico a nivel físico, mental y cognitivo en las personas a cualquier edad. Así lo evidencian los últimos estudios realizados al respecto: hacer deporte también tiene impacto en el desarrollo cognitivo de los escolares.
Ahora, la investigación de la UGR pone de manifiesto que el ejercicio físico practicado de forma regular puede mejorar la inteligencia de las personas. Las conclusiones del estudio demuestran que en una etapa de crecimiento y desarrollo cognitivo y cerebral como es la niñez, el ejercicio físico practicado de forma regular durante casi medio año mejora la inteligencia a nivel general, y especialmente la inteligencia cristalizada, que es el tipo de inteligencia asociada con el vocabulario verbal y conocimiento adquirido a lo largo de la vida, tanto en contexto escolar como fuera de él.
Además, el programa de ejercicio mejoró también de forma significativa la flexibilidad cognitiva, que es la habilidad mental que tiene una persona de adaptarse a tareas o reglas cambiantes, mantener múltiples conceptos simultáneamente y cambiar la atención entre diferentes tareas.
Asimismo, es importante destacar que el ejercicio físico mejoró también el rendimiento académico total, siendo especialmente las matemáticas y la resolución de problemas, las capacidades más potenciadas.
Las recomendaciones de los expertos: No castigar a los niños con no salir a jugar o hacer deporte
En vista de los resultados obtenidos, los investigadores recomiendan aumentar el número de horas semanales de Educación Física en los colegios. Asimismo, aconsejan no castigar a los niños con no dejarlos salir a jugar o hacer ejercicio:
“De aquí se desprende un mensaje muy importante para madres y padres: si sus hijas/os no tienen un buen rendimiento académico, no los castigue con no salir a jugar o hacer ejercicio físico, o retirarlos de una actividad deportiva extraescolar, sino justo lo contrario”, apunta Francisco Ortega, catedrático de la Universidad de Granada e investigador responsable del estudio.
Este tipo de castigos solo perjudican la salud física y mental de los menores, que ya de por sí, realizan menos ejercicio físico del que se considera necesario y saludable. Y es que, según los estudios, el 70% de las niñas y el 40% de los niños en etapa escolar no practican suficiente ejercicio para una vida saludable.
60 minutos al día de ejercicio
Una hora al día de ejercicio físico durante 3 días a la semana es el mínimo que recomiendan los expertos:
“Hay que intentar garantizar un mínimo de ejercicio físico diario, idealmente 60 minutos al día de actividad física aeróbica de intensidad moderada, incluyendo al menos 3 días en semana actividad física de alta intensidad y aquella que estimule el fortalecimiento muscular y óseo tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señala el catedrático de la UGR, quien participó en 2020 en la elaboración de estas recomendaciones de actividad física de la OMS.
Para los autores, es importante entender que el sobrepeso y la obesidad son un problema de salud de primer orden en el mundo desarrollado, siendo especialmente preocupante en España, donde el 40% de menores tiene exceso de peso, y es uno de los países que lideran el ranking de sobrepeso/obesidad en Europa, donde 1 de cada 3 niños presentan esta condición.
Y es que lo contrario también se aplica. Es decir, la obesidad puede tener importantes efectos negativos sobre la salud a nivel general y más recientemente se ha observado que también a nivel cognitivo y cerebral:
“El presente estudio tiene importantes implicaciones para esta población expuesta a mayores riesgos” – sostiene José Mora, profesor del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada – “Este estudio demuestra que el ejercicio físico es una herramienta eficaz para contrarrestar los efectos negativos de la obesidad a nivel cognitivo y académico”.
Más horas de Educación Física en los colegios
Por último, los investigadores de la UGR señalan la necesidad de incrementar el número de horas de Educación Física en los centros escolares:
“Si consiguiéramos aumentar el número de horas de Educación Física a 1 hora diaria, es decir, 5 horas por semana, como ya se hace en otros países europeos y se está demandando en España, podríamos mejorar la salud física y mental de los escolares, y tal y como demuestra este estudio, su inteligencia, rendimiento cognitivo y académico”, concluye Francisco Ortega.
Además, señalan que el tipo de ejercicio físico realizado en su estudio es transferible al ámbito escolar. Este estuvo basado en juegos grupales, sin equipamiento avanzado, que implicaban correr en una pista exterior y trabajo de fuerza con el propio peso corporal y de compañeros.
Todo ello se realizó a una intensidad relativamente alta, siendo el promedio de intensidad de la sesión completa en torno al 70% de la frecuencia cardíaca máxima de los niños y niñas, que entrenaron un promedio de 3 sesiones por semana de 90 minutos cada una, lo que sumarían 4.5 horas semanales.
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