Si me preguntaras cómo es tener hijos

¿Que cómo es tener hijos? Tener hijos es comprender que en el embarazo y el parto todos están muy emocionados, pero pronto empiezan a desaparecer. 

Es darte cuenta de que, al parecer, todos saben criar a tu bebé menos tú, y que van a darte solución, aunque no les pidas opinión.

Es comprender que los bebés no son como te decían, porque no solo comen, cagan y duermen; también sienten, y lloran, buscando el calor de tu piel.

Es aprender que su bienestar depende de ti, que sufren en tu ausencia, y que de esa necesidad se va forjando una unión.

Un vínculo que crece y se retroalimenta, para que él necesite ser cuidado por ti, y tú necesites cuidarle a él, o a ella.

Es saber que nunca más estarás en soledad, ni siquiera en el váter, porque esa personita dice que sin ti, no hay emoción.

Es aprender el significado del amor más puro, y darte cuenta de que los demás, ni lo entienden, ni lo quieren entender.

«No lo cojas en brazos, no lo metas en tu cama, déjalo llorar… lo tienes muy mimado, déjalo con los abuelos… lo haces mal». ¿No comprenden que lo que hacen es dar fuerza al malcriar? ¿Que son seres insensibles que te invitan a insensibilizar?

Tener hijos es darte cuenta de que tienes una oportunidad. La de romper con una sociedad que conjura para que tu peque sea uno más.

Pero no es solo eso, es mucho más, porque aprendes a hacer oídos sordos, y a relativizar.

Lo que antes te agobiaba, ahora empieza a dar igual. Porque ves esos ojitos, y sus risas desdentadas, y no le puedes querer más.

Así que tener hijos es aprender a luchar, y sí, hay días que son horribles, en los que ya no puedes más.

Pero hay otros en los que, simplemente, solo tienes que dejarte llevar. Por tu amor, por su amor, por su piel y por su olor y por esos momentos en que te abraza, «y no me sueltes, por favor», porque necesita tu calor.

Así que tener hijos es muy duro, y una bofetada que te da la realidad, que tanto puede hundirte, como promover un despertar.