Carlos González: “Hay gente que se comporta como si hubiera en el mundo una sola manera correcta de criar a los hijos, la suya”

Artículo publicado el 28 Dic 2020 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 1 noviembre, 2022

El marketing infantil, el cuidado de los hijos, la baja maternal, la crianza respetuosa o el papel de los abuelos en la crianza son algunos de los temas de los que hablamos hoy con Carlos González, padre, abuelo, escritor y pediatra.

P: En las últimas décadas el mercado de productos infantiles se ha expandido a una velocidad de vértigo y en esta época del año se harán más compras que nunca… Da la impresión de que ahora los padres tienen que tener un montón de objetos para poder atender a sus bebés, y de que los niños necesitan muchísimas cosas para crecer sanos y felices. ¿Qué se necesita en realidad para criar a un hijo? 

R: Vaya, pregunta trampa. La respuesta bonita es: amor y tiempo. La respuesta verdadera no cabría en la página. Los niños necesitan casa, ropa, agua potable, comida, muebles, vacunas, probablemente algunos medicamentos, cuentos, libros, juguetes, zapatos, algunos gafas, paseos, compañía, educación… Vamos, miles de euros.

Para criar a un hijo se necesita amor y tiempo

P: ¿Cree que a los niños de hoy en día se les protege y mima demasiado? ¿Les hacemos dependientes e inseguros? O, por el contrario, ¿cada vez se tiende más a fomentar su independencia y autonomía desde la primera infancia?

R: No se puede dar una respuesta general. Unos padres hacen unas cosas, y otros hacen otras cosas. Por término medio, los niños de ahora pasan mucho menos tiempo con sus padres que los de hace medio siglo: empiezan antes la escuela, es más probable que coman en la escuela, es más probable que vayan de colonias o campamentos o que tengan actividades extraescolares. En este sentido, y puesto que lo que más desean y necesitan los niños pequeños es estar con sus padres, se podría decir que no están nada “mimados”.

Los niños de ahora pasan mucho menos tiempo con sus padres que los de hace medio siglo. Puesto que lo que más desean y necesitan los niños pequeños es estar con sus padres, se podría decir que no están nada “mimados”

Pero, por otra parte, no se suele fomentar su autonomía e independencia. Al contrario, cada minuto de su vida está controlado por sus padres o por otros adultos. No pueden jugar en la calle, y a veces simplemente no pueden disfrutar del juego libre, porque tenemos “monitores de tiempo libre” que controlan hasta su juego. Ya no juegan “a pelota”, sino que juegan “a fútbol” o “a baloncesto” con entrenador, árbitro y camiseta oficial. No se mueven, sino que hacen “psicomotricidad”. A veces, hasta pretendemos “gestionar sus emociones”.

No se fomenta la autonomía e independencia de los niños

P: Vemos que cada vez más niños son diagnosticados con TDAH, autismo, TEL… o considerados PAS (Personas Altamente Sensibles). ¿Nos pasamos poniendo etiquetas, haciendo diagnósticos, o hay realmente alguna causa por la que haya aumentado en los últimos años este tipo de trastornos en los menores?

R: Hay de todo. Situaciones que antes se metían en el saco de “retraso mental” o “problema de conducta”, ahora se distinguen y diagnostican. Algunos de esos problemas probablemente han aumentado porque muchos niños están estresados, separados de sus padres desde muy pronto, sometidos a rígida disciplina desde muy pequeños.

Muchos niños están estresados, separados de sus padres desde muy pronto, sometidos a rígida disciplina desde muy pequeños

Para algunos niños la etiqueta puede ser protectora: antes eran “malos”, y se les castigaba; ahora tienen TDAH, y por lo tanto lo que necesitan es ayuda. En otros casos, la etiqueta simplemente muestra la incapacidad de los adultos para aceptar la conducta normal de un niño.

A veces las etiquetas diagnósticas muestran la incapacidad de los adultos para aceptar la conducta normal de un niño

P: En cuanto al cuidado de los menores, cada vez da más la sensación de que se necesitan guarderías, escuelas infantiles, abuelos y niñeras para criar a un bebé… Las familias en general, y las madres en particular, ¿nos hemos dejado desempoderar? ¿Tienen las madres de hoy en día más o menos ventajas que nuestras madres y abuelas para criar a sus hijos?

R: Las madres de hoy en España, con uno de los permisos de maternidad más cortos de Europa y sin otras medidas de apoyo, lo tienen muy difícil. En Suecia o Alemania es muy distinto, por supuesto.

Las madres españolas tienen uno de los permisos de maternidad más cortos de Europa y sin otras medidas de apoyo, lo tienen muy difícil

P: Como abuelo, y hablando de su papel en la crianza,  ¿no nos estamos pasando delegando en ellos funciones que no les corresponden? 

R: A mí no. Yo estoy ejerciendo la función tradicional de los abuelos: “malcriarlos” un rato, y luego que se ocupen sus padres. Pero sí, es cierto, se ven muchos casos de abuelos explotados, obligados a dedicar horas y horas cada día al cuidado de sus nietos, como si ellos fueran los principales responsables.

La función tradicional de los abuelos es “malcriar” a los niños un rato, y luego que se ocupen sus padres, pero hoy en día muchos abuelos están “explotados” 

P: Y para acabar, ¿existen las guerras de bandos en la maternidad? Entre las madres que practican colecho y las que no, las que dan el pecho y las que dan biberón, las que trabajan fuera de casa y las que se quedan para criar a sus hijos… 

R: Sí, a veces hay guerras. Somos muy sensibles para quejarnos cuando nos faltan al respeto, pero no nos damos cuenta cuando faltamos al respeto a otros. Hay gente que se comporta como si hubiera en el mundo una y solo una manera correcta de criar a los hijos (casualmente, la suya), y todos los demás fueran pecadores.

Hay gente que se comporta como si hubiera en el mundo una y sólo una manera correcta de criar a los hijos (la suya), y todos los demás fueran pecadores

Nos quejábamos de que no nos respetaban si dábamos el pecho más de un año, pero en algunos ambientes ¡Ay de la que use un chupete! ¡Ay de la que no haga “movimiento libre”, masaje infantil o “BLW”! ¡Ay de la que dé a sus hijos aceite de palma o azúcar!

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