Tener perros y gatos en casa ayuda a prevenir alergias alimentarias en bebés y niños

Las enfermedades alérgicas están en franco aumento y una de las explicaciones que se ha propuesto es la llamada “hipótesis higiénica”. Las alergias se producen porque el sistema inmune reacciona ante sustancias aparentemente inofensivas como si fueran peligrosas y desencadena una respuesta exagerada que es la que produce los síntomas alérgicos.

Esta reacción desproporcionada del sistema inmune se produciría, según esta hipótesis, porque un exceso de higiene en el ambiente hace que nuestro sistema inmune tenga menos contacto con gérmenes verdaderamente peligrosos y en su lugar reaccione ante sustancias inofensivas de forma inapropiada y perjudicial para el organismo.

La hipótesis higiénica surge de un trabajo publicado en 1989, en el que se hacía el seguimiento a 17.414 recién nacidos británicos hasta los 23 años relacionando rinitis alérgica y eczema con 16 factores perinatales, sociales y medioambientales.

Lo que llamó la atención fue la asociación inversa entre rinitis alérgica y eczema y el número de niños en la familia. A más hermanos en la familia, menos riesgo de estas 2 frecuentes enfermedades alérgicas. El autor postuló que las infecciones transmitidas por contacto poco higiénico con hermanos mayores o prenatalmente de una embarazada infectada por sus hijos mayores podían prevenir las enfermedades alérgicas.

Aunque tuvo muchos detractores, la hipótesis higiénica fue confirmada en múltiples estudios donde se vio que en ambientes donde la higiene no es tan escrupulosa, las enfermedades alérgicas son menos frecuentes.

Tener perro o gato durante los primeros años de vida protege de enfermedades alérgicas como rinitis, asma o dermatitis atópica

Algunos de los primeros estudios para tratar de confirmar esta hipótesis se hicieron sobre atopia y asma en familias granjeras y se vio que en el grupo de granjeros había menos asma, rinitis y eczema y que esta reducción de riesgo era mayor en sujetos que vivían en la granja desde la infancia, es decir que no se trataba solo de vivir en la naturaleza lo que protegía sino que debía haber algún mecanismo que modelara el desarrollo de la inmunidad ya que cuando se exponía a los peques desde los primeros años de vida la protección era mayor.

Posteriormente se postuló que si el contacto con animales de granja disminuía el riesgo de enfermedades alérgicas, el contacto con animales domésticos podía ejercer la misma influencia. En este sentido, se diseñaron numerosos estudios epidemiológicos para demostrar la asociación entre la presencia de mascotas y su relación con las enfermedades alérgicas, y se vio que tener perro o gato durante los primeros años de vida protegía de enfermedades alérgicas como rinitis, asma o dermatitis atópica.

En este mismo sentido, en mi propia tesis doctoral intenté relacionar estos factores y también pude confirmar que tener perro durante el primer año de vida disminuye el riesgo de sensibilización a ácaros del polvo, el alérgeno más habitual en la zona donde desarrollé el estudio y que es la causa más frecuente de rinitis y asma alérgicas en los peques.

Si los niños expuestos a animales de granja o mascotas tienen menos riesgo de enfermedades alérgicas respiratorias como rinitis o asma y también menos riesgo de dermatitis atópica, ¿sería posible que tuvieran también menos riesgo de alergias alimentarias?

La exposición a perros y gatos durante el embarazo o la primera infancia disminuye el riesgo de alergias alimentarias a los 3 años de edad

Las alergias alimentarias también están en continuo aumento, y muchas de ellas se manifiestan incluso durante el primer año de vida, como las alergias a leche de vaca y huevo. Se calcula que más de un 10 % de menores tendrá alguna alergia alimentaria en su vida, con lo que ello supone para la calidad de vida del pequeño afectado y su familia y el riesgo de reacciones graves, ya que las alergias alimentarias son una causa frecuente de anafilaxia en menores.

Al igual que sucedió con las alergias de tipo respiratorio, en el caso de las alergias alimentarias también se vio que la exposición a animales de granja disminuía el riesgo de alergia a alimentos, y también se comprobó en el caso de los animales de compañía, pero había pocos estudios al respecto y  la mayoría solo incluía perros o perros y gatos.

Por este motivo, científicos japoneses se propusieron encontrar más datos sobre este tema y estudiaron las asociaciones entre la exposición fetal o infantil a mascotas y las alergias alimentarias en el marco de un estudio sobre medio ambiente y niños en Japón.

Los perros disminuyen las alergias al huevo, la leche y los frutos secos. Los gatos protegen frente a las alergias al huevo, el trigo y la soja

El reciente estudio realizado en Japón realizó el seguimiento de más de 100.000 embarazadas hasta que los peque tuvieron 3 años. Con este exhaustivo y amplio estudio se demostró que la exposición a perros y gatos durante el embarazo o la primera infancia disminuye el riesgo de alergias alimentarias a los 3 años de edad.

La exposición a perros disminuye las alergias a huevo, leche y frutos secos. Los gatos protegen frente a las alergias al huevo, el trigo y la soja. La exposición al hámster, sin embargo, parece aumentar el riesgo de alergia a frutos secos.

En resumen, ya sabíamos que tener mascotas, sobre todo perros o gatos, disminuye el riesgo de alergias respiratorias y dermatitis. Ahora, además, sabemos también que nuestros queridos peludos protegen a nuestros peques frente a las alergias alimentarias más comunes en ellos, las alergias a leche de vaca y huevo.