¿Por qué es importante trabajar la salud mental desde la infancia?

Artículo publicado el 10 Oct 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 5 abril, 2024

La salud mental de la infancia es tan importante como la física. Y es fundamental que enseñemos a nuestros hijos a cuidar de ella, de la misma forma que les animamos a lavarse las manos, los dientes o a comer bien. En del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, os ofrecemos algunas pautas para que las niñas y niños interioricen esa necesidad.

A día de hoy sigue existiendo un halo de oscuridad y muchos tabúes sobre la salud mental. Nuestra sociedad se muestra incapaz de asumir que esta vida de ritmo acelerado, autoexigencia y superficialidad tiene una serie de peajes que repercute en nuestro bienestar psicológico. Y si a muchos adultos les cuesta enfrentarse a los problemas de salud mental abiertamente por miedo al qué dirán, por temor a que se rían o se aprovechen de esa supuesta debilidad, imaginad qué ocurre con un menor que no tiene herramientas para gestionar esas sensaciones.

El último informe de Unicef sobre el Estado Mundial de la Infancia de 2021 apunta a que el 13% de los niños y adolescentes de entre 10 y 19 años padece un trastorno mental diagnosticado. Y, lamentablemente, esos índices crecientes no tienen una respuesta de los gobiernos que apenas dedican un 2% de los recursos de sanidad para proteger la salud mental en niños.

 

 

Por eso, ante la falta de compromiso público actual, es recomendable que desde casa trabajemos con nuestros hijos e hijas para que sean conscientes de que tienen que cuidar también sus mentes.

La salud mental en la infancia es tan importante como la física

“Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay que dejar de separar cuerpo y mente. Cuidar de la salud es también cuidar de la salud mental. No deberíamos distinguir entre la parte física y la psicológica”, explica Mamen Bueno, psicóloga del equipo de Criar Con Sentido Común. De hecho, el cuidado de nuestra parte física incide en el bienestar de nuestro cerebro. “Un buen descanso, cuidar los ritmos, la alimentación también repercute en el bienestar psicológico”.

Así que, para mantener una óptima salud mental en niños, hay que enseñarles esa relación y explicarles que cuidar su cuerpo también les hará sentir bien. Además, explica Mamen Bueno, hay que promover estar con personas y realizar actividades que nos provoquen sentimientos positivos. La amistad en los niños es muy importante, aunque esta va evolucionando a medida que crecen.

 

 

Por otro lado, la psicóloga de la Tribu CSC también recomienda “alimentar la constancia, el compromiso y la responsabilidad”.

Aceptar las emociones y aprender a leer las señales

Aunque anhelemos que nuestros hijos sean felices siempre, ese bienestar infinito no existe. Todos los sentimientos tienen una finalidad, incluido los negativos. El miedo, el dolor, la ira… son mecanismos que nos ayudan a avanzar. En este sentido, no debemos negar esas sensaciones a nuestros hijos, sino validar las emociones y ayudarlos a gestionarlas.

En este sentido, Mamen Bueno aconsejar que “vayamos acompañando” a los niños para que aprendan a manejar, por ejemplo, los enfados y la frustración. “Tenemos que hacerles ver que no siempre van a conseguir lo que quieren o necesitan. A veces saber renunciar y manejar los enfados es importante”.

 

 

Por otro lado, nuestra psicóloga recomienda que enseñemos a los niños a leer las señales de su cuerpo. Cada emoción tiene un reflejo físico diferente y eso les puede ayudar a reconocerlos y manejarlos.

“Cuando uno está enfadado, se acelera el corazón y se tensan las extremidades; si estamos tristes, nos encogemos, no tenemos ganas de hacer nada, disminuye nuestra energía… Así que también hay que aprender a detectar las señales de lo que estamos sintiendo para ayudar a la salud mental en la infancia“. 

La importancia de los que decimos y cómo lo decimos

La familia es un pilar fundamental en la construcción del autoconcepto (¿quién soy?) y la autoestima (cuanto me quiero) de los niños. Para promover una buena salud mental en la infancia es fundamental calibrar lo que decimos y cómo lo decimos para no socavar la idea de quiénes son y cómo se ven nuestros hijos. Hay que huir de las etiquetas y de los encasillamientos.

“Lo que nos decimos y cómo nos lo decimos, cómo nos pensamos, cómo nos hablamos, etc. influye en la salud psíquica. Por eso es importante enseñarles a hablarse bien y no solo cosas bonitas sino también que aprendan que todos podemos cometer errores, fallar, y que con eso se aprende”, explica Mamen Bueno.

Es una forma de neutralizar la autoexigencia que a veces nos lleva a ser muy duros con nosotros mismos y a tener sensación de fracaso.

 

 

Y como los padres somos los espejos en los que se miran nuestros hijos, deberíamos aplicarnos esta misma recomendación a nosotros mismos. Todos cometemos errores y de ellos se aprenden. Si rebajamos nuestro nivel de exigencia (principalmente, las madres) y asumimos que la maternidad y la paternidad perfecta no existe, seremos más felices y transmitiremos ese equilibrio mental a nuestros hijos.

La comunicación como base de una buena salud mental en la infancia

En el blog de Criar Con Sentido Común hemos tratado en varias ocasiones la necesidad de establecer una buena comunicación entre padres e hijos y practicar la escucha activa. Nos importan las cosas que les pasan y ellos han de saberlo. Esa comunicación ha de basarse en la confianza y en el amor.

A algunos adultos les cuesta expresar sus sentimientos o pedir ayuda cuando la necesitan. Quizás son personas a las que no les enseñaron cómo expresar esos sentimientos. La psicóloga Mamen Bueno subraya que, “al igual que nos piden ayuda cuando no alcanzan a algún sitio o cuando se caen, es importante decirles que acudan a nosotros cuando sientan tristeza o se enfaden; porque eso también es cuidarse”. Expresar lo que se siente y buscar apoyo “sirve para manejar” toda esa situación.

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