Los movimientos del bebé, dentro y fuera de la barriga, cumplen una función vital en su desarrollo

Los movimientos espontáneos y aleatorios del bebé fomentan su desarrollo sensoriomotor en los primeros 2 años de vida

Los movimientos espontáneos del bebé, como las primeras pataditas que notamos en nuestra barriga durante el embarazo y que continúan después de nacer, cumplen una función muy importante, según un nuevo estudio.

La investigación, realizada por la Universidad de Tokio, ha concluido que los movimientos espontáneos y aleatorios del bebé en realidad tienen un propósito muy definido: ayudar al desarrollo sensoriomotor, que tiene lugar en los primeros dos años de vida del bebé y engloba el área sensorial (el desarrollo de los sentidos) y el área motora (desarrollo psicomotor).

Del “vagabundeo sensoriomotor” a los primeros pasos

Para descubrir la función de estos movimientos espontáneos del bebé, que hasta ahora se pensaba que no obedecían a ningún motivo particular, los investigadores capturaron de forma detallada los movimientos de 12 recién nacidos y 1o bebés de 3 meses. Todos los participantes en el estudio estaban sanos y sus movimientos se combinaron con un modelo musculoesquelético, lo que permitió a los investigadores analizar la comunicación entre los músculos y las sensaciones de todo el cuerpo.

 

Movimientos espontáneos del bebé y desarrollo sensoriomotor

 

Su conclusión final fue que los movimientos corporales espontáneos en la etapa temprana de desarrollo conducen a la adquisición del comportamiento coordinado.

“Se postula que los diversos comportamientos humanos, que consisten en interacciones sensoriomotoras estructuradas, se establecen con base en experiencias de la etapa temprana de desarrollo. Desde esta perspectiva, los movimientos espontáneos de todo el cuerpo, que los recién nacidos y los bebés exhiben específicamente sin un propósito explícito como el “vagabundeo sensoriomotor”, podrían contribuir a la estructuración de las interacciones sensoriomotoras observadas posteriormente en movimientos específicos de tareas, como caminar o alcanzar, inciden los investigadores.

Los patrones de interacción muscular del comportamiento aleatorio de los bebés, les permiten posteriormente realizar movimientos secuenciales. Los investigadores señalan que esos primeros movimientos espontáneos de los bebés ayudan a regular las interacciones sensoriomotoras, contribuyendo al desarrollo de comportamientos coordinados posteriores.

“Estos movimientos presumiblemente contribuyen a la estructuración de la interacción sensoriomotora, proporcionando regularidades específicas en la información bidireccional entre las actividades musculares y la propiocepción”, explican.

 

Movimientos espontáneos del bebé y desarrollo sensoriomotor

 

El desarrollo sensoriomotor

De acuerdo con los autores del estudio, los movimientos espontáneos del bebé favorecerían “las interacciones sensoriomotoras y los cambios de desarrollo subsiguientes”. Los resultados de su estudio implican que “los primeros movimientos abiertos, que surgen de un determinado sustrato neural, regulan las interacciones sensoriomotoras”. De esta forma, contribuyen a los comportamientos coordinados posteriores.

“Nuestros hallazgos también proporcionan un vínculo conceptual entre los primeros movimientos espontáneos y la actividad neuronal espontánea en términos de características espaciotemporales”, explican.

Estos resultados son importantes no solo porque nos ayudan a entender mejor el desarrollo de los bebés, sino porque podrían ayudar a identificar indicadores tempranos de algunos trastornos del desarrollo, como la parálisis cerebral.

 

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Los bebés nacen con reflejos de recién nacidos. Estos reflejos son movimientos involuntarios que constituyen una parte normal del desarrollo de un bebé. Por ejemplo, si pones tu dedo en la mano del recién nacido, el bebé lo agarrará. Es el reflejo de prensión.

¿Cómo se mueve mi bebé? Los movimientos espontáneos del bebé

Los reflejos del recién nacido aparecen poco después del nacimiento. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Reflejo de búsqueda y succión. Este reflejo ayuda a un recién nacido a alimentarse. El reflejo de búsqueda hace que el bebé se oriente automáticamente en la dirección de la fuente alimenticia, el pecho materno. Se puede ver fácilmente esta respuesta si acariciamos suavemente con la mano partes de la mejilla del bebé próximas a la boca. El peque se girará entonces hacia esa dirección, con la boca abierta, dispuesto a succionar. De igual forma, si colocamos el pecho o la tetina del biberón en la boca del bebé, este empezará a succionar automáticamente.
  • Reflejo de prensión. El reflejo de prensión palmar permite al bebé agarrar el dedo que alguien le coloca en la palma de la mano. Si le tocas la planta del pie, también la flexionará intentando cerrar los dedos.

 

reflejo moro

 

  • Reflejo de Moro. El reflejo del Moro es una respuesta de sobresalto del bebé. Cuando un bebé se asusta o sobresalta (por ejemplo, al oír un ruido fuerte) o cuando lo mueven con brusquedad, responde extendiendo brazos y piernas y luego volviéndolos a recoger y apretándolos contra su cuerpo.
  • Reflejo tónico del cuello. También llamado “posición de esgrima”, esto sucede cuando la cabeza de un recién nacido se gira hacia un lado. El bebé endereza automáticamente el brazo de ese lado del cuerpo mientras dobla el brazo opuesto.
  • Reflejo de Babinski. El reflejo de Babinski es un reflejo en extensión de los dedos del pie cuando se estimula la parte lateral de la planta del pie desde el talón hasta la base de los dedos.

Estos reflejos iniciales desaparecen de forma gradual conforme el bebé va madurando, habitualmente cuando tiene entre 3 y 6 meses de edad. El pediatra evaluará los reflejos del recién nacido en las revisiones médicas ordinarias, asegurándose de que tienen lugar en ambos lados del cuerpo, y anotará el momento en que desaparecen.

¿Cómo puedo incentivar los movimientos de mi bebé?

Para favorecer un desarrollo saludable en el bebé, es necesario darle suficiente espacio para estirar y mover brazos y piernas. Asimismo, se recomienda permitir que el bebé pase tiempo acostado boca abajo (sobre el abdomen) cuando esté despierto y alerta. Esto ayuda a fortalecer los músculos de su espalda y cuello. En cambio, para dormir, debemos colocarle siempre boca arriba. Así prevenimos el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

 

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Cuando coloquemos a nuestro bebé despierto en posición boca abajo, debemos permanecer siempre a su lado y supervisarle. A medida que nuestro bebé vaya creciendo, sus reflejos se volverán menos perceptibles y presentará movimientos cada vez más voluntarios.

13 enero, 2023

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