La pobreza está relacionada con un desarrollo cerebral más deficiente, pero la lectura puede ayudar a contrarrestarlo

Los estudios han demostrado que el nivel de renta de la familia durante la primera infancia de un niño es un factor de riesgo de un menor nivel educativo.

Asimismo, la pobreza se asocia con diferencias en la estructura cerebral, peor cognición, problemas de conducta y síntomas de salud mental.

Esto pone de relieve la importancia de dar a todos los menores las mismas oportunidades en la vida. Pero, lamentablemente, no siempre se toman medidas suficientes para reducir la desigualdad y mejorar los resultados.

No obstante, ahora, un nuevo estudio publicado en Psychological Medicine, demuestra que una actividad de bajo costo puede contrarrestar algunos de los efectos negativos de la pobreza en el cerebro infantil: leer por placer.

 

Además, los autores del estudio comprobaron que el efecto de la lectura en los niños no dependió de cuántos años de educación habían tenido los progenitores de los niños y niñas (que es, según los autores, la mejor medida de la que se dispone para la inteligencia de niños muy pequeños, ya que el coeficiente intelectual es hereditario en gran medida), sino al propio interés de los menores.

 

 

 

Asimismo, se sabe que el aprendizaje de idiomas, incluso mediante la lectura, es un factor clave para el desarrollo saludable del cerebro. También, según las investigaciones, es un elemento fundamental para otras formas de cognición, incluidas las funciones ejecutivas (como la memoria, la planificación y el autocontrol) y la inteligencia social.

Y, por otra parte, ¿qué dicen los psicólogos sobre la lectura? Para la psicología, ¿qué efecto tiene la lectura en el cerebro? Los beneficios de la lectura para el cerebro según la investigación reciente en este campo, incluyen la mejora de: la conectividad cerebral, la memoria, la concentración, la creatividad, el bienestar emocional, la empatía y la inteligencia emocional; así como una reducción del estrés.

Y ¿cómo la lectura mejora la memoria? Está demostrado que el hábito de la lectura mejora la memoria, ya que al leer hacemos que el cerebro se acostumbre a recordar personajes, hechos, detalles o situaciones, convirtiéndose en un gran ejercicio mental. Posteriormente, esto nos favorece a la hora de obtener resultados académicos al estudiar, por ejemplo, para un examen.

Otros estudios sobre los beneficios psicológicos de la lectura señalan una mejora de la flexibilidad mental; de las zonas relacionadas con el lenguaje, el pensamiento simbólico, la visión espacial y la conciencia del cuerpo dentro del espacio; de la capacidad de comunicación e incluso, favorece el descanso físico.

 

 

En conclusión, la lectura es una actividad beneficiosa para el cerebro y la salud mental en general.

¿Qué genera la falta de lectura?

¿Qué puede pasar si no leemos? Crisanto Pérez Esáin, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDEP (Universidad de Piura, Perú), asegura en esta entrevista que la lectura es clave para fomentar la capacidad cognitiva en los escolares.

“La lectura nos prepara para la vida. La lectura es elegir: elegir para dar sentido a lo que se lee, para darle un significado”, manifiesta el docente. “Elegir también qué experiencia de nuestra vida aportamos para completar el significado de lo que estamos leyendo”.

“La ausencia de lectura nos hace menos libres”

Asimismo, Pérez Esáin, señala que la ausencia de lectura trae graves consecuencias para niños y adolescentes.

“Más que traer, la ausencia de lectura se lleva, quita cosas. Nos hace menos libres, porque nos sustrae la posibilidad de estar preparados para saber elegir. Restringe, además, nuestra experiencia vital al aquí y ahora, a los límites que nuestra existencia nos impone, a lo que vemos y oímos a nuestro alrededor.

Sin embargo, la lectura amplifica nuestras posibilidades, más allá de nuestra realidad circundante, hace que superemos las barreras históricas y geográficas de nuestra vida. No hay que nacer en Moscú en el siglo XIX para entender cómo era la vida de un juez ruso en aquella época, basta con leer La muerte de Ivan Ilich, por ejemplo.”

 

 

Los autores inciden en que, además, leer es una actividad sencilla (y, dado que existen bibliotecas públicas, también está al alcance de todas las familias):

“Debido a que existen muchas razones diferentes por las que la pobreza puede afectar negativamente el desarrollo del cerebro, necesitamos un enfoque integral y holístico para mejorar los resultados. Si bien es poco probable que la lectura por placer, por sí sola, aborde plenamente los efectos desafiantes de la pobreza en el cerebro, proporciona un método simple para mejorar el desarrollo y los logros de los niños“.

“Nuestros hallazgos también tienen implicaciones importantes para los padres, educadores y responsables políticos a la hora de facilitar la lectura por placer en los niños pequeños“, inciden los investigadores, que señalan que la lectura “podría, por ejemplo, ayudar a contrarrestar algunos de los efectos negativos de los confinamientos pandémicos de COVID-19 en el desarrollo cognitivo de los niños pequeños”.

Riqueza y salud cerebral: La neurociencia de la desigualdad socioeconómica

Según los estudios, unos ingresos familiares mayores de la familia durante la infancia de un menor tiende a estar asociado con puntuaciones más altas en evaluaciones del lenguaje, la memoria y el procesamiento de señales sociales y emocionales.

La neurociencia ha demostrado que la capa externa del cerebro, la corteza cerebral, (donde tienen lugar los procesos de percepción, imaginación, pensamiento, juicio y toma de decisiones) tiene una superficie más grande y es más gruesa en personas con un nivel socioeconómico más alto que en personas más pobres.

Tener recursos económicos también se ha relacionado con tener más materia gris (tejido en las capas externas del cerebro) en las regiones frontal y temporal (situadas justo detrás de las orejas) del cerebro, y estas son áreas que apoyan el desarrollo de habilidades cognitivas.

 

 

La asociación establecida entre riqueza y cognición es mayor en las familias económicamente más desfavorecidas. Entre los menores de familias de bajos ingresos, pequeñas diferencias de ingresos se asocian con diferencias relativamente grandes. Sin embargo, entre los niños y niñas de familias con ingresos más altos, los incrementos de ingresos similares se asocian con diferencias más pequeñas.

Los ingresos familiares y la educación de los progenitores influye en la estructura cerebral y el desarrollo emocional de niños y adolescentes

Es importante destacar que existen estudios que han comprobado que cuando los progenitores con un nivel socioeconómico bajo reciben un extra económico en efectivo mensual, la salud cerebral de sus hijos mejora.

Cuando sus progenitores cobran más, por lo general los niños y niñas desarrollan cerebros con más plasticidad y una mejor adaptación a su entorno. También les resultó más fácil desarrollar posteriormente habilidades cognitivas.

Nuestro estatus socioeconómico influye incluso en nuestra toma de decisiones respecto a nuestros hijos e hijas. Según un informe de la London School of Economics, la pobreza parece cambiar el enfoque de las personas hacia la satisfacción de necesidades y amenazas inmediatas. Se centran más en el presente, hacen pocos planes futuros y tienden a ser más reacios a correr riesgos.

 

 

También demostró que los niños de familias de nivel socioeconómico bajo parecen tener mecanismos más deficientes para afrontar el estrés y se sienten menos seguros de sí mismos.

Pero ¿cuáles son las razones de estos efectos de la pobreza en el cerebro y el rendimiento académico?

Los investigadores inciden en que se necesita más investigación para comprender completamente por qué la pobreza afecta al cerebro de esta manera.

Según ellos, la causa es multifactorial: la mala nutrición, el estrés en la familia causado por problemas financieros, la falta de espacios seguros y de buenas instalaciones para jugar y hacer ejercicio, así como el acceso limitado a ordenadores y otros sistemas de apoyo educativo, también podrían influir.