Los expertos asocian el colecho y la lactancia materna a demanda a un menor riesgo de sufrir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es la principal causa de mortalidad en lactantes de menos de un año en países desarrollados y tiene una incidencia aproximada de 1 de cada 1.000 nacimientos en España, según la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Se desconoce su origen y causas, aunque hay factores de riesgo y prevención

La muerte súbita de bebés según las estadísticas en España basadas en los últimos datos disponibles del INE, ha afectado a 27 bebés en la primera mitad de 2022. Es decir, casi una treintena de bebés han fallecido por el SMSL en nuestro país solo en la primera mitad del pasado año. Es decir, aunque no es muy frecuente, la muerte súbita afecta a bebés en un porcentaje que tampoco es desdeñable.

Pero ¿qué provoca la muerte súbita del lactante? ¿Cómo evitar la muerte súbita en los bebés? El SMSL es un misterio para la ciencia y una tragedia para las familias. Se trata de un tipo de fallecimiento repentino que se produce en la infancia temprana y todavía se desconocen el origen y las causas, aunque los científicos han sido capaces de identificar cada vez más factores de riesgo y prevención. Por ejemplo, se sabe que alrededor de un 20% de los casos de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante tiene un origen genético y que dormir boca abajo en la cuna eleva el riesgo.

 

 

Ahora, un nuevo estudio descubre que la lactancia materna a demanda se asocia con un menor riesgo de SMSL. El trabajo, titulado “Compartir la cama puede explicar parcialmente el riesgo reducido de muerte relacionada con el sueño en bebés amamantados” (por su traducción al español), ha sido publicado en la revista Frontiers y liderado por Melissa Bartick, médica investigadora de lactancia materna y docente en la Escuela de Medicina de Harvard. La investigación también apoya el colecho entre madres y bebés amamantados, lo que favorece el vínculo y la lactancia.

¿Cuando hay más riesgo de muerte súbita del lactante?

El SMSL tiene más probabilidades de ocurrir entre los 2 y 4 meses de edad y afecta más a los niños que a las niñas. Además, la mayoría de las muertes por SMSL se presentan durante el invierno, debido a la propensión a abrigar a los niños en exceso.

Además, hay factores que pueden aumentar el riesgo de SMSL:

• Dormir boca abajo (las tasas del síndrome de muerte súbita del lactante han bajado en forma considerable desde que los médicos comenzaron a recomendar que se acostara a los bebés de lado primero y boca arriba después).
• Un ambiente con humo de cigarrillo mientras están en el útero o después de nacer.
• Colchones blandos de cunas.
• Partos múltiples (ser mellizo, trillizo, o miembro de un parto múltiple mayor).
• Bebés prematuros.
• Antecedentes familiares (tener un hermano o hermana que padeció SMSL).
• Madres que fuman, consumen sustancias psicoactivas o medicamentos con efecto sedante.
• Nacer de madre adolescente.
• Cuando es una persona obesa quien comparte cama con el bebé.
• Intervalos de tiempo cortos entre embarazos.
• Cuidado prenatal tardío o ausencia de este.
• Vivir en condiciones de pobreza.

 

 

Los estudios muestran que los bebés con los factores de riesgo antes mencionados presentan más probabilidades de resultar afectados, pero el impacto o importancia de cada factor aún no está bien definido ni entendido.

¿Cuáles son los síntomas de la muerte súbita?

El SMSL no presenta síntomas ni señales de advertencia. Tampoco deja rastro de signos posteriores. Los bebés que fallecen por esta causa parecen sanos antes de acostarlos. No muestran señales de problemas y, a menudo, se encuentran en la misma posición que cuando los colocaron en la cama.

No dormir con el bebé, una recomendación demasiado general y desfasada

Compartir la cama facilita la lactancia materna, que es ampliamente reconocida como un factor de protección del SMSL, y se asocia con más lactancia nocturna, lo que favorece la protección y el desarrollo saludable del bebé.

Sin embargo, de forma contradictoria, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) y otras organizaciones han recomendado durante mucho tiempo que los padres eviten compartir la cama con el bebé, debido solo a la preocupación de que esto pueda causar SMSL y otras muertes infantiles relacionadas con el sueño, según explican los autores en su trabajo.

“En sus recomendaciones de 2022, la AAP afirma que ‘sobre la base de la evidencia, la AAP no puede recomendar compartir la cama bajo ninguna circunstancia’. Existe un consenso generalizado de que dormir juntos (definido aquí como compartir cualquier superficie para dormir) en circunstancias peligrosas aumenta el riesgo de muerte. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en que compartir la cama es inseguro en todo el mundo. Las autoridades de España, el Reino Unido y Noruega ya no desaconsejan compartir la cama cuando no existen peligros”, sostienen los autores.

 

 

Y es que el colecho, según los investigadores, se asocia con un mayor riesgo de muerte relacionada con el sueño solo en ciertas circunstancias peligrosas. En el texto, critican la manera en la que se infieren los resultados de muchas investigaciones e inciden que los estudios de control de casos más recientes muestran que dormir juntos solo entraña un “riesgo significativo” cuando se hace en “circunstancias peligrosas” y, a menudo, incluso combinadas.

El colecho seguro unido a la lactancia materna: Factores de protección

Los autores manifiestan que el colecho seguro puede ser un factor protector añadido, dando énfasis a la importancia de la no separación de la madre y el bebé, ya que “separar a un bebé lactante de su madre le privaría de los efectos protectores del colecho”, sostienen los investigadores.

La lactancia materna y dormir más son las principales razones para compartir la cama con el bebé ya que, el colecho se ha asociado con duraciones más largas de lactancia materna exclusiva.

“Varias características fisiológicas de compartir la cama pueden proteger contra la muerte relacionada con el sueño entre los lactantes. La evidencia videográfica muestra que los bebés lactantes que comparten la cama rara vez duermen boca abajo. Después de alimentarse, los bebés amamantados se ponen boca arriba”, explica Bartick.

 

 

Para practicar el colecho seguro con el recién nacido es primordial informarse antes

Del trabajo de los autores se infiere que, para practicar el colecho de forma segura y beneficiosa para el bebé, es fundamental disponer de información veraz y actualizada de antemano. En la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo multidisciplinar de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa.

Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli, la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López y la asesora de lactancia materna Inma Mellado, IBCLC, Monitora de La Liga de la Leche, Máster en Nutrición Pediátrica y presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna. También existen recomendaciones para el colecho seguro de la AEPED y pautas para practicar un colecho seguro de Unicef.

“La creciente evidencia antropológica sugiere que la lactancia materna con colecho es la norma evolutiva humana”

Además, según la especialista, la postura de las madres que amamantan protege de forma natural a los bebés de las almohadas, colocando su cabeza junto a sus senos, y rodeándolos con sus brazos y piernas. Asimismo, tanto las madres como los bebés “se despiertan más cuando comparten la cama” lo que reduce el riesgo de SMSL. También “amamantan con más frecuencia que las díadas que duermen separadas”, otro importante factor de protección.

“La díada madre-hijo que comparte la cama también experimenta una mayor sincronía del sueño. Las madres también perciben una mayor capacidad para estar atentas a los peligros de los bebés al compartir la cama. Además, el colecho rutinario (planificado) no está asociado con un mayor riesgo de SMSL.

La muerte por asfixia accidental es extremadamente rara entre los lactantes que comparten la cama amamantados en ausencia de circunstancias peligrosas. La creciente evidencia antropológica sugiere que la lactancia materna con colecho es la norma evolutiva humana.

Un estudio videográfico de familias que comparten la cama mostró que el 71 % de los bebés alimentados con fórmula tenían la cabeza al nivel de la cara de la madre, con la cabeza sobre almohadas o entre las almohadas de los padres, pero la cabeza de todos los bebés amamantados estaba al nivel del pecho de la madre”, explican los autores.

 

 

Y no solo el acto de amamantar actúa como un factor de protección. Según cuenta Bartick, además de ser fácilmente digerible la leche materna y contiene determinados compuestos como la melatonina, que facilita que dar el pecho por la noche establezca el ritmo circadiano del bebé.

Actualmente, sabemos que el colecho tiene múltiples beneficios para los bebés y niños pequeños. En su estudio, los investigadores explican que aunque es muy común aconsejar que el recién nacido duerma en una cuna cerca de la de sus padres por considerarse el lugar más seguro, en realidad “suponiendo que no haya circunstancias peligrosas”, afirman, “el lugar más seguro puede ser la cama con su madre”.

Pero, ¿cuáles son esas circunstancias peligrosas?

¿Cuándo no es seguro el colecho? ¿Cómo hacer bien el colecho?

Puedes consultar nuestra Guía para practicar colecho seguro para saber cómo debes compartir cama con el bebé de forma adecuada y sin riesgo para él. Esto implica no dormir con el bebé en ningún otro lugar que no sea una cama de colchón firme y despejada, sin almohadas, cojines ni peluches. Asimismo, se desaconseja cubrir al bebé con la ropa de cama, siendo preferible utilizar un saquito de bebé para taparle y evitar cubrir a la madre con edredones o mantas pesadas.

No se debe dormir con el bebé en el sofá, un sillón, una butaca reclinable ni una superficie demasiado blanda. Los expertos también desaconsejan que el bebé duerma junto a una persona adulta fumadora o que recientemente haya consumido alcohol, drogas o algún medicamento con efecto sedante, como ansiolíticos, antidepresivos o algunos antihistamínicos.

 

 

También tendrían un mayor riesgo de muerte súbita del lactante los bebés que nunca hayan sido amamantados directamente del pecho y los prematuros o con bajo peso al nacer.