¿Sabes cuáles son los accidentes domésticos más comunes en los niños, cómo proteger a tus hijos de ellos y cómo actuar en caso de que ocurran? Te contamos cuáles son, cómo evitarlos y cómo actuar…
Desde que comenzaron las restricciones a la movilidad debido a la pandemia por coronavirus, las urgencias pediátricas han detectado un aumento de las intoxicaciones en niños. Y es que cuanto más tiempo estamos en casa, más aumentan las posibilidades de sufrir accidentes domésticos, y uno de los grupos de mayor riesgo son los menores de 36 meses.
En un post anterior os hablábamos de cómo evitar caídas, golpes y descargas eléctricas y qué hacer en caso de que se produzcan. Hoy vamos a hablar de cómo evitar intoxicaciones y quemaduras, y cómo actuar si estas se producen.
Intoxicaciones
Los niños más pequeños descubren el mundo con la boca. Por eso, tienen tendencia a meterse en la boca todos los objetos nuevos que descubren. Conviene apartar de ellos sustancias que puedan ser tóxicas e incluso potencialmente mortales, como los medicamentos o los productos de limpieza (especialmente, si contienen lejía o sustancias químicas peligrosas).
Para evitar este tipo de accidentes:
- Guarda los productos peligrosos en lugares elevados. Así se dificulta su acceso a ellos. Si no te resulta posible, instala cierres de seguridad en las puertas. Presta especial atención a medicamentos, productos de limpieza y otros químicos como pegamentos, disolventes, etc. Y no rellenes las botellas, usa sus envases originales y deséchalos cuando el producto se acabe. Así evitarás confusiones.
- Las medicinas, nunca al alcance de los niños. En un post anterior, la pediatra y miembro del equipo de Criar con Sentido Común, Gloria Colli, nos explicaba qué debemos tener y que no en el botiquín infantil cuando hay niños pequeños en casa, y nos daba el útil consejo de crear dos botiquines diferentes: uno para adultos y otro para niños. Así evitamos confusiones porque hay muchas medicinas de uso frecuente en adulto que son fatales para los más peques de la casa (por poner un ejemplo, una sola pastilla de paracetamol de 1 gramo ya resulta tóxica para un niño que pese unos 10 kg.).
- La ingesta de pilas de botón es también otro suceso con el que se están encontrado los pediatras en urgencias. La revista Pediatrics publicó un estudio descriptivo, realizado en EE.UU., que analizaba los casos detectados a lo largo de 20 años. Es importante tener este tipo de objetos fuera del alcance de los niños y llevarles inmediatamente a urgencias en caso de sospecha, ya que pueden causar asfixia y si acaban en el estómago del menor y liberan allí su sustancia química, el resultado puede ser mortal.
Cómo actuar en caso de intoxicación
En este post te explicamos cómo actuar ante intoxicaciones en cada caso. De cualquier forma, si el peque ingiere cualquier sustancia tóxica, es de vital importancia consultar rápidamente al teléfono de información toxicológica. Si el producto ingerido es altamente tóxico, las primeras medidas que podemos tomar en casa pueden resultar vitales y por eso, consultar al teléfono de información antes de acudir a urgencias es imprescindible.
En el caso de la ingesta de pilas de botón, debemos llevar al niño a urgencias inmediatamente. Pueden provocar asfixia, avanzar a lo largo del tubo digestivo o quedar atascadas en alguna de sus partes, provocando lesiones graves que pueden ser de riesgo vital al cabo de dos a tres horas ya que producen quemaduras graves por las reacciones químicas que desencadenan.
En cuanto a las intoxicaciones alimentarias, procura dar los alimentos nuevos de uno en uno y dejar pasar varios días entre uno y otro para estar seguros de que el peque no tiene una reacción alérgica. También es importante que conozcas qué alimentos son potencialmente alergénicos para estar más pendientes.
En la actualidad no se aconseja retrasar la introducción de ningún alimento por este motivo, ya que podría ser peor su introducción tardía. En caso de producirse una reacción alérgica, hay que estar preparado para identificar los síntomas y poder acudir a urgencias cuanto antes.
¡Y no le pongas ropa nueva sin lavarla! En este otro post te explicamos por qué los dermatólogos y microbiólogos alertan de que es un mal hábito ya que las bacterias, parásitos y gérmenes acumulados en la prenda antes de llegar a tus manos pueden dañar la delicada piel de tu bebé y producirle irritaciones o alergias.
Quemaduras
No son pocos los niños que han sufrido quemaduras de cierta consideración jugando en casa. Algunas de las precauciones más elementales para evitarlas son:
- Evita las estufas y ten cuidado con los radiadores. Los peques tienden a agarrarse a cualquier cosa que ven, y podrían quemarse. Procura que los radiadores no estén al alcance de los niños, al descubierto o sin protección.
- Si no lo ven, no lo tocan. Evita también que los mangos de las sartenes o cazuelas sobresalgan de las placas. ¡Son un auténtico reclamo para los peques!
- En la cocina no se entra. La cocina es la estancia de la casa más peligrosa para los niños. Aunque es posible crear un entorno seguro para que los niños aprendan y colaboren en esta estancia de la casa desde pequeñitos, lo mejor hasta que sean capaces de seguir instrucciones básicas, es evitar que entren solos en ella instalando una puerta de seguridad para bebés (similares a las que se colocan para evitar caídas por las escaleras), en la puerta de la cocina. Así evitarás que tu peque entre en ella. Nunca le dejes jugando en el suelo debajo de los fuegos de la cocina. ¡Cualquier descuido puede provocar que se derrame lo que se está cocinando y se quemen! Presta también atención al horno, ¡es irresistible para ellos!
- Precauciones durante el baño. La piel de los bebés es extremadamente fina y delicada. El agua demasiado caliente puede provocarles quemaduras. Comprueba siempre la temperatura con la cara interna del codo o con un termómetro de baño antes de meter al bebé en el agua. Y recuerda: a los más chiquitines no es necesario ni recomendable bañarles a diario, abusar de los productos cosméticos ni que el baño dure más de 10 o 15 minutos.
- Cuidado con la plancha. Puede que te despistes colocando ropa y el peque toque la plancha, o que no le veas venir, tire del cable y le caiga encima la plancha. El golpe y la quemadura pueden resultar fatales. Para evitarlo, lo mejor es que planches en un rincón apartado e inaccesible para el niño (si puede ser con la puerta cerrada, tanto mejor), durante sus siestas o mientras este esté al cuidado de otro adulto. Si no, procura que mientras planchas el bebé esté en su parque de juegos o en una hamaquita, por ejemplo.
Cómo actuar si nuestro peque se quema
Lo primero es aprender a distinguir qué tipo de quemadura tenemos que atender:
- Quemaduras de primer grado. La piel se enrojece, pero no se ampolla. Es algo dolorosa, como una quemadura del sol.
- Quemaduras de segundo grado. La capa exterior de la piel se quema y alguna parte de la dermis se lesiona. La quemadura es bastante dolorosa y salen ampollas.
- Quemaduras de tercer grado. La piel se quema y se ve blanca o carbonizada. La epidermis y la dermis (las dos capas superiores de la piel) se lesionan irreversiblemente.
Las quemaduras de segundo y tercer grado han de ser tratadas por profesionales sanitarios lo antes posible, por lo que si las identificamos, lo mejor es acudir a urgencias cuanto antes. No obstante, la mayoría de las quemaduras y ampollas pequeñas pueden ser tratadas y curadas en el hogar. Si nuestro niño tiene una quemadura leve:
- Refrescamos la quemadura. Podemos poner un paño húmedo y cambiarlo cada pocos minutos para refrescar la zona, o poner directamente la parte afectada bajo un chorro de agua fría durante unos cinco minutos. Esto ayuda a evitar que se siga quemando y disminuye el dolor y la inflamación. Después de haber refrescado la quemadura durante cinco minutos es muy probable que todavía duela. Podemos dar al pequeño un medicamento para el dolor (paracetamol o ibuprofeno infantil en dosis adecuada a su edad) y tranquilizarle para que se calme.
- No debemos poner directamente hielo sobre una quemadura ni frotarla, ya que estas acciones pueden empeorar la lesión.
- Tampoco romperemos las ampollas, ya que puede aumentar el riesgo de una infección en el sitio de la quemadura.
- Cubriremos la quemadura. Después de haberla refrescado, cubriremos el área afectada con un vendaje limpio que no se pegue a la quemadura. Esto ayuda a disminuir el riesgo de infección y alivia el dolor.
- Mantendremos la quemadura limpia, lavándola suavemente con agua y jabón a diario. No aplicaremos ungüentos no indicados por el pediatra y nunca aplicaremos mantequilla, grasas u otros remedios caseros a la quemadura, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección.
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