La vitamina D en el embarazo reduce el riesgo de eccema atópico en los bebés

Según un reciente estudio realizado por British Journal of Dermatology, tomar un suplemento de vitamina D durante el embarazo reduce el riesgo de eccema atópico en el bebé. 

Eccema atópico en el bebé

El eccema atópico es una inflamación y enrojecimiento de la piel que produce picor. Puede llegar a ser crónico y duradero en el tiempo. Aunque puede afectar a cualquier edad, es común que aparezca en bebés y niños menores de 5 años. Además, según se extrae del informe, se ha observado un incremento importante en las últimas décadas.

Por ello, los investigadores decidieron examinar la influencia de la suplementación con vitamina D durante el embarazo sobre el riesgo de sufrir eccema atópico en los hijos a los 12, 24 y 48 meses de edad.

 

 

Respecto al bebé, según la matrona del equipo de profesionales de CSC, Sara Caamaño, se ha evidenciado que una suplementación durante el embarazo en cantidades suficientes de vitamina D “disminuye el riesgo de asma, infecciones respiratorias, eccema y rinitis“. En algunos estudios incluso se hace referencia a «su importancia en el desarrollo cerebral en los primeros años de vida del mismo», declara Caamaño.

Un suplemento de vitamina D durante el embarazo reduce el riesgo de eccema atópico en el bebé y hasta los 4 años

Para llegar a la conclusión de que las embarazadas deben tomar vitamina D como suplemento con el fin de evitar el riesgo de eccema atópico en el bebé se realizaron diversos ensayos.  

Comenzaron con la premisa de que cada vez hay más pruebas que demuestran que el eccema atópico se origina en una parte del útero. En esta zona se desarrolla el sistema inmunitario y la barrera de la piel puede verse alterada por las exposiciones ambientales, los micronutrientes maternos o la genética propia de la madre. 

 

 

Con ello, uno de los grupos de las mujeres embarazadas que participaron en este estudio tomaron 1.000 UI diarias de colecalciferol (suplemento de vitamina D) desde las 14 semanas de gestación y hasta el parto. El otro grupo de embarazadas participantes tomó placebos. Al final del embarazo se analizó el contenido mineral óseo corporal neonatal para poder concluir los resultados. 

Ambos grupos de mujeres (las que tomaron el suplemento de vitamina D y las que tomaron placebos) y sus hijos tenían características similares. Los ensayos se realizaron en diferentes localizaciones de Reino Unido (Southampton, Oxford y Sheffield). Además, todas ellas comenzaron con lactancia materna exclusiva con sus bebés. Tras el nacimiento se continuó con los análisis en los bebés según estos iban creciendo para comprobar si el suplemento de vitamina D seguía siendo o no efectivo a lo largo del tiempo. La conclusión del estudio es que la vitamina D reduce el riesgo de eccema atópico hasta los 4 años. 

Vitamina D: Fundamental para la madre y el bebé

La vitamina D es esencial para fijar el calcio en los huesos de los peques. Es un nutriente esencial para fortalecer los huesos, pero también para la salud del sistema inmune, los músculos y la actividad de las células cerebrales. Incluso un estudio argetino asegura que protege de la bronquiolitis a los niños. 

«La vitamina D es fundamental para el desarrollo de los huesos y el crecimiento en los niños, es necesaria también para múltiples procesos metabólicos durante toda la vida. El déficit de vitamina D se ha relacionado incluso con la depresión, sobre todo en el trastorno afectivo estacional», explica la pediatra del equipo de Criar Con Sentido Común, Gloria Colli, a la que podéis consultar online en la Tribu CSC.

 

 

El problema es que son muy pocos los alimentos que contienen vitamina D de forma natural. Los pescados más grasos, como la trucha, el salmón, el atún o la caballa, el aguacate y la yema de huevo son los que más contienen. 

«En líneas generales, la vitamina D es liposoluble y por eso los pescados azules son los que más contienen, ya que son más ricos en grasas», especifica Rebeca Pastor, nuestra dietista nutricionista, también disponible en la Tribu CSC. 

Pero la mayor fuente de vitamina D la obtenemos del sol. Por ello, en muchos países en los que apenas sale el sol, se toman estos suplementos de forma regular. Por ello, exponer al sol a los niños es fundamental para que no tengan déficit de vitamina D.

Sin embargo, no podemos olvidar que el sol también puede ser perjudicial si no protegemos a los niños. Así que es importante utilizar crema solar cuando vayan a estar expuestos al sol. A pesar de que se pensaba que la crema impedía la síntesis de la vitamina D, se ha demostrado que no es así.  Es decir, que se pueden utilizar protectores solares para prevenir las quemaduras del sol, y no bloquear la absorción de vitamina D. 

 

 

En cualquier caso, según los especialistas, basta con poner las palmas de las manos al sol durante 15 minutos diarios para obtener vitamina D ya que la que proviene del sol nuestro organismo la sintetiza mucho mejor y más rápido.

Déficit de vitamina D durante el embarazo

 

 

“Aumenta el riesgo también de padecer diabetes gestacional, ya que comparte muchas veces fenómenos patológicos con la preeclampsia. Es un proceso también inflamatorio en el que la glucemia de la madre está elevada debido a la resistencia a la insulina, así como con el tamaño del bebé (debido seguramente a la afectación vascular placentaria).

La carencia de esta vitamina en la mujer durante el proceso de gestación también se ha relacionado con un aumento de los partos prematuros, pero aún tiene que ser confirmado con ensayos clínicos de calidad.”

Además, según nuestra experta, la deficiencia de esta vitamina también podría influir en la fertilidad:

«Se ha relacionado con infertilidad, endometriosis, SOP, abortos espontáneos o de repetición y rotura prematura de membranas, aunque no se sabe exactamente si es la causa de estos problemas o es un signo más que acompaña a estas patologías.”

En cuanto al factor masculino, dice Caamaño, “se ha detectado semen de peor calidad en individuos con bajos niveles de vitamina D.”

 

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