Almohadas para la plagiocefalia: ¿Se recomiendan?

Tras la recomendación de la OMS de poner a los bebés a dormir boca arriba, se redujo el síndrome de la muerte súbita del lactante, pero aumentaron los casos de plagiocefalia postural

Artículo publicado el 12 Mar 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 19 abril, 2023

Los recién nacidos suelen pasar gran parte del día dormidos tumbados boca arriba. Suelen apoyar su cabeza casi siempre del mismo lado, lo que puede llevar a que sus huesos, aún blandos, acaben aplanándose dando lugar a la plagiocefalia postural. Algunos pediatras pueden recomendar un cojín para corregirla, pero, ¿son seguras las almohadas para la plagiocefalia?

Un problema estético leve casi siempre

Hasta los años 90, la recomendación era colocar a los bebés a dormir boca abajo. Sin embargo, a principios de esa década la OMS y la Academia Americana de Pediatría recomiendan colocar a los bebés boca arriba para dormir . Con ese cambio, se consiguió reducir el síndrome de la muerte súbita del lactante un 40%, pero tuvo un efecto colateral negativo: aumentaron los casos de plagiocefalia postural .

En el 80% son casos leves y solo supone un problema estético . Cuando nacen, los huesos del cráneo son muy inmaduros y no están fusionados. Además, la presión sobre la cabeza puede provocar que se aplanen al estar mucho tiempo tumbados. Algunos bebés incluso nacen ya con plagiocefalia por la postura adoptada en la etapa final del embarazo o por el aplastamiento que sufren al pasar por el canal del parto.

 

 

La plagiocefalia no afecta al crecimiento del cerebro ni al desarrollo mental del niño y la realidad es que cuando el bebé deje de pasar tiempo tumbado, irá mejorando sola . A ello se suma que el posible aplanamiento quedará cubierto a medida que crece el pelo. Eso sí, cuando no se resuelve a tiempo, puede causar anomalías faciales, desembocando en problemas para masticar, comer y ver. Además, los niños pueden tener dificultades con la socialización debido a que son conscientes de su apariencia.

¿Cómo solucionar este problema? Los expertos recomiendan colocar al bebé boca abajo durante cortos periodos de tiempo para jugar y estimular su desarrollo . Algunos especialistas también recomiendan las almohadas, pero ¿son de verdad eficaces?

¿Sirven para algo las almohadas para la plagiocefalia?

Algunos pediatras aún recomiendan un cojín para la plagiocefalia de forma rutinaria, incluso de forma preventiva antes de que esto apareciera. Sin embargo, no hay evidencia científica que demuestre que el uso de estas almohadas sea útil para prevenir o tratar la plagiocefalia. La pediatra Gloria Colli, miembro del equipo de Criar con Sentido Común , nos recuerda que no se deben usar almohadas ni cojines durante el primer año de vida ya que aumenta el riesgo de muerte súbita.

El diagnóstico de la plagiocefalia es clínico , observando y midiendo la cabeza y solo en algunos casos puede ser necesario realizar una radiografía de la cabeza o incluso un escáner.

 

 

En los casos graves el pediatra puede recomendar acudir a un especialista para que analice si es necesario un casco ortopédico corrector o bandas ortopédicas. Estos solo se deben utilizar bajo prescripción del especialista ya que requieren una adaptación individualizada y un seguimiento estrecho cada una o dos semanas. Estos dispositivos pueden ser útiles si se inicia el tratamiento antes de los cinco meses y la duración del mismo dependerá de la gravedad de la deformidad a corregir.

El pediatra también valorará el grado de movilidad de la cabeza, ya que la presencia de una rigidez del cuello por una tortícolis congénita agravará el cuadro. En estos casos, será necesario también hacer fisioterapia para disminuir la rigidez y aumentar la movilidad del cuello.  

Los cambios posturales, claves para corregirla

Si la deformidad es leve, lo ideal es evitar que el bebé pase mucho tiempo tumbado. Para ello, podemos poner en práctica unas medidas sencillas en nuestro día a día. La Terapeuta Ocupacional Pediátrica y miembro del equipo de Criar con Sentido Común, Jéssica Romero, las resume en seis:

  • Cambios posturales. Los recién nacidos no pueden mover la cabeza hacia los diferentes lados. Por ello, los padres o cuidadores tenemos que cambiar su posición dentro de la cuna hacia la derecha y la izquierda. También podemos modificar la orientación de la cuna. Al alternar su posición a los pies y la cabeza, conseguiremos que se gire a diferentes lados al sentir el olor o las voces de sus padres, por ejemplo.
  • Alternar los brazos. A la hora de cogerlo o cuando le demos el pecho o el biberón, hay que alternar ambos brazos para que se gire en los dos sentidos.
  • Porteo. Hay que evitar que el bebé esté mucho tiempo tumbado o sobre la hamaca apoyando la cabeza, por lo que portear al bebé es una de las mejores opciones, no solo por los beneficios físicos, sino también por los emocionales.

 

 

  • Ponerlo boca abajo. Aunque el bebé debe dormir boca arriba, podemos aprovechar cualquier momento a lo largo del día para ponerlo boca abajo con supervisión. Además, los pediatras suelen recomendar esta postura para ejercitar los músculos y mejorar el desarrollo psicomotor, lo que le ayudará a alcanzar diferentes hitos como mantenerse sentado o gatear. Siempre de manera respetada y sin forzar al bebé si no la tolera. En muchas ocasiones, la posición boca abajo, especialmente en los primeros meses de vida, se puede conseguir sobre el pecho o en brazos.
  • Adoptando las posiciones más adecuadas para dar el pecho. Evitando así ejercer mayor presión sobre el cráneo del bebé con las posturas más idóneas, que son la de acunado sobre el brazo del que estás dando el pecho, cruzado, posición lateral y de rugby.
  • Estímulos desde diferentes lados. Cuando está despierto es importante que reciba estímulos por el lado que más le cuesta girarse motivando al bebé con un juguete, por ejemplo.

Además, para Romero es clave la valoración de un fisioterapeuta que permitirá descubrir si hay tensiones musculares en el cuello o la espalda. Si estas existen, pueden impedir al bebé girar hacia alguno de los dos lados.

 

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El riesgo de asfixia, el principal inconveniente

El pediatra suele medir el tamaño del cráneo en cada visita, por lo que es bastante probable que detecte una posible plagiocefalia enseguida. Si esto ocurre, es importante evitar que el bebé pase mucho tiempo tumbado boca arriba mientras esté despierto, tal y como recomienda Romero.

Es importante tomar todas esas medidas durante los primeros seis meses de vida. A partir de ese momento, los bebés dejan de estar tumbados para empezar a pasar más tiempo incorporados y con mayor actividad en el suelo. De esta forma, la presión sobre los huesos del cráneo se libera. Además, los huesos se fortalecen con el paso del tiempo, por lo que resultaría más complicado corregir esta afección si esperamos muchos meses desde el nacimiento.

 

La almohada de plagiocefalia no ha demostrado utilidad para corregir la deformidad y sí un inconveniente importante. Durante los primeros meses de vida, se recomienda mantener la cuna o el espacio donde duerme el bebé lo más libre posible. Ni almohadas, ni juguetes ni nada que pueda suponer un riesgo de asfixia. De hecho, se recomienda que se coloque al bebé a los pies de la cuna por seguridad.

El diagnóstico y tratamiento de la plagiocefalia debe realizarse siempre por el profesional y, en ningún caso, deben utilizarse almohadas, cascos o bandas ortopédicas sin la supervisión del profesional adecuado. 

 

 

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1 comentarios en "Almohadas para la plagiocefalia: ¿Se recomiendan?"

  1. Excelente artículo y muy cierto! Yo tuve un hijo con plagiocefalia postural severa y otro con trigonocefalia y efectivamente las almohadas no sirven de mucho, si el cambio de postura y el estimulo a las guaguas!
    Muchas gracias, me encantan sus articulos!

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