La búsqueda de la m[p]aternidad “amable” puede ser muy dura para los padres, sugiere una nueva investigación

¿Eres una madre o un padre amable? “Si es así, es muy probable que, al igual que sus hijos, necesites una siesta”, manifiesta Annie Pezalla, Profesora de Psicología en Macalester College, en un nuevo artículo.

Según la autora, el concepto de “crianza amable” existe desde los años 30, pero ha recibido mayor atención en los últimos años pero, a pesar de su cada vez más creciente popularidad, aún no está claro qué implica exactamente este estilo de crianza.

“La autora sobre paternidad y autodenominada fundadora de ‘paternidad amable’, Sarah Ockwell-Smith, ha descrito la paternidad amable como ‘una forma de ser’ y ‘una mentalidad’, con ‘un énfasis en los sentimientos de su hijo’.

¿Pero eso significa no gritar? ¿Sin castigo? ¿En qué se diferencia de otros enfoques establecidos de la crianza de los hijos? ¿Es bueno para los niños? Igualmente importante: ¿es bueno para los padres?“, plantea la psicóloga.

 

 

Para explorar lo que significa e implica la denominada “crianza gentil”, la profesora de estudios familiares Alice Davidson y la profesora de psicología Annie Pezalla, recopilaron datos de más de 100 padres en todo el país con al menos un hijo de entre 2 y 7 años.

“Les pedimos a estos padres que nos dijeran cómo criaron a sus hijos, cómo fueron criados por sus propios padres y cómo responden cuando su hijo se porta mal. También les preguntamos si se identificaban como “padres amables”. A aquellos que se veían a sí mismos como “padres amables”, les preguntamos: ¿Qué quieres decir?”, escribe Pezalla.

Según la autora, estos hallazgos preliminares, que se presentarán próximamente para su publicación, “deben interpretarse con cautela ya que la diversidad de nuestra muestra fue limitada”.

Mucho más que un estilo de crianza: un rechazo a los estilos de crianza de generaciones anteriores

Aproximadamente la mitad de los progenitores de la muestra de las investigadoras se identificó como “padres amables”. Aquellos que se identificaron como padres amables eran casi todos blancos (84%) y con un alto nivel educativo. El único aspecto diverso de su perfil era su edad. Los participantes tenían entre 32 y 51 años.

Cuando se les preguntó cómo fueron criados cuando eran niños, las investigadoras hallaron que los padres de los progenitores amables eran descritos con términos como “confrontacionales” y “reactivos”.

Por el contrario, cuando se les pidió que describieran su propia crianza, utilizaron un 50% más de adjetivos, incluidos términos como “cariñoso”, “consciente”, “acogedor” y “gentil”.

 

 

Las autoras concluyeron que, en general, en las respuestas de los progenitores amables había un deseo y un esfuerzo por hacer un mejor trabajo como padres que el que sus propios padres hicieron con ellos.

“En respuestas abiertas, algunos participantes expresaron claramente este objetivo. Un padre respondió: ‘[Mi enfoque en la crianza de los hijos es] hacer lo opuesto a mis padres. Nada de azotes ni castigos físicos‘. Quizás la crianza amable sea más que un simple estilo de crianza: también es un rechazo a los estilos de crianza de generaciones anteriores“, explica Pezalla.

En su intento por encontrar una definición común, las investigadoras analizaron las respuestas abiertas de estos progenitores para saber cómo describían lo que significaba para ellos “paternidad amable”. Para la mayoría, la crianza gentil consiste principalmente en mantener la calma en momentos difíciles con sus hijos.

“Una madre de 42 años, madre de un hijo único de 3 años, escribió que ser padre amable significaba ‘tener una reacción moderada: nunca alarmarse demasiado ni ser demasiado permisivo, siempre vigilar y ajustar las expectativas a las necesidades del niño y del entorno’.

Otra madre de 35 años, con gemelos de 6 años, escribió que ser padre amable significaba ‘tratar de no gritar, esforzarse mucho en controlar los propios sentimientos para no herir los suyos’. Estos padres están trabajando duro para mantener la calma“, escribe Annie Pezalla.

La validación del sentimiento

Según explica la investigadora, un tema secundario de la crianza amable entre los padres que encuestamos fue la validación de los sentimientos de sus hijos.

 

 

“Imagínese a un niño teniendo una crisis en el centro comercial. A veces, esta validación implicaba que los padres etiquetaran una emoción [ayudar al niño a identificar y gestionar las emociones]: “Veo que estás muy enojado en este momento”.

O podrían permitir que su hijo exprese sus emociones libremente [acompañar el sentimiento]. Muchas veces se trata de dar cariño [prestar apoyo emocional]: ‘Les pregunto si quieren un abrazo’.”, añade la experta.

Crianza gentil: Cómo son los progenitores amables

Las investigadoras descubrieron que estos progenitores también estaban “extraordinariamente versados” ​​en literatura para padres. Muchos citaron el popular manual para padres “Good Inside”, de la exitosa autora Becky Kennedy; o hicieron referencia a ideas de la mundialmente reconocida educadora de la primera infancia Magda Gerber en sus respuestas. Asimismo, usaron términos como “de la mano”, “rienda suave” y “consciente” para describir su crianza. “Todos habían hecho sus deberes sobre cómo ser un excelente padre amable”, explica Pezalla.

A pesar de sus esfuerzos por informarse y formarse para hacerlo lo mejor posible como padres, la autora subraya que, en su investigación, Davidson y ella notaros 2 temas preocupantes en las respuestas de estos padres:

1. En primer lugar, “ninguno mencionó criar a sus hijos con la ayuda de sus amigos, familiares o comunidad”. Es decir, su estilo de crianza era muy solitario. Carecían de reconocimiento del entorno y red de apoyo.
2. En segundo lugar, “muchos de ellos reconocieron, sin que se les preguntara, que estaban luchando por sentirse competentes“.

 

 

Como consecuencia, algunos/as de los padres y madres consultados a veces se sentían “abrumados”, “estresados” y con “poco apoyo”. Como consecuencia, confesaban que a menudo podía resultar todo un desafío tratar de ser gentil trabajando a tiempo completo, estando estresado y teniendo poco apoyo.

“Más del 40% de nuestros ‘padres amables’ brindaron este tipo de confesiones, iluminando un mensaje claro: a menudo no son tan amables consigo mismos. Con frecuencia se sentían exhaustos, inseguros, duros consigo mismos y solitarios“.

En la actualidad, las autoras planean ampliar la muestra poblacional y seguir a estas familias a lo largo del tiempo para explorar la sostenibilidad de este enfoque de crianza gentil y ver cómo les va a sus hijos.

“Nos preguntamos: ¿Mostrarán los hijos de padres amables el mismo tipo de moderación emocional que sus padres? ¿O estos niños sólo desarrollarán el control emocional que ejercen sobre sus padres? Hasta que analicemos esos datos, nuestro mensaje a estos padres es breve y conciso: sean suaves con ustedes mismos. Además, adelante, toma esa siesta“.

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