¿Que cómo es tener hijos? Tener hijos es comprender que en el embarazo y el parto todos están muy emocionados, pero pronto empiezan a desaparecer. Es darte cuenta de que, al parecer, todos saben criar…

Este post se publicó originalmente el 27/08/2018 y ha sido actualizado en fecha 08/10/2024
Anoche, mientras el descanso asomaba bajo la puerta, tomé impulso para soñar con aquello que deseo. Algunas noches, enumero mentalmente una serie de gestos o acciones que harían de este mundo un lugar más amable o, al menos, menos hostil a mis ojos. Permito que esas ideas se vayan sucediendo y capturo algunas como reflejos de lo que pudiera convertirse una propuesta en firme. Una cuenta atrás antes de rendirme al sueño, mi lanzadera al futuro.
Imagino un espacio reservado a la crianza. Un espacio no tanto físico ni virtual sino social, reconocer la importancia y repercusión de los modelos de crianza y educación en el entramado de nuestra sociedad, mejor aún, en cualquier sociedad. La revalorización del mimo y la atención por el bienestar del otro. Aceptar la dependencia como una obligación gustosa, y digo obligación sin connotación negativa sino como quien asume su responsabilidad hacia otra persona, que nos honra y engrandece, y no como una carga o renuncia.
Que la conciliación sea un derecho, no tan sólo de los adultos sino de los propios hijos a ser criados por su familia, y no un privilegio o un motivo para desplazarte. Imagino hombres sensibles a estas necesidades, implicados, deseosos de aportar. Verdadera corresponsabilidad y no un duelo en el reparto de tarea. Y por supuesto, que nadie dicte cuánto corresponde a cada cual atender a sus hijos: confianza y libertad para que cada familia se construya a su manera pero garantizando una base de cuidado.
Imagino a mujeres gestando y pariendo desde lo primitivo. Conociendo su cuerpo, sus cambios, el maravilloso trabajo que supone mantener tal multitud de células danzando a un son, saber que dirigen la orquesta de la vida y que cada detalle es relevante dentro de la justa importancia que la Naturaleza le otorga.
Que lo material, objetos y decoración para el bebé, puede ilusionar pero no acariciará el alma de ese nuevo ser. Imagino a mujeres empoderadas e informadas, mujeres que escojan sin estar condicionadas. Vivir la maternidad sin presiones ni prejuicios, afrontando los aciertos y errores con responsabilidad y consecuencia.
Mujeres sin miedo a decidir, sin miedo a moverse, sin miedo a gritar, a gemir ni mostrar sus entrañas, sin miedo a romper con la estética impuesta del parto y su dinámica.
Mujeres protagonistas y poderosas, confiadas y seguras, mujeres en posición de recibir a sus hijos sin telones ni escenarios. Dispuestas a criar desde el cuerpo, devolviéndole su antigua y verdadera importancia. Mujeres atendidas y acompañadas desde el respeto y la admiración.
Imagino relaciones en las que el amor no se construya en base a la posesión. Que esos determinantes se desvanezcan del vocabulario en este contexto, evitando que ningún ser me pertenezca, ni yo a él, por definición. Que el acompañamiento sea por elección, por deseo, por complicidad o enriquecimiento. Aunque fuese por cabezonería, pero que sea libre, aceptando que cada cual continúa escogiendo el color de sus abrazos.
Y sentirnos valiosos y agradecidos por recibir ese apoyo y pasión. Y sentirnos sin cargas al entregarlo, al aceptar al otro con sus diferencias, al comprender que permanecemos a su lado porque así lo deseamos, gracias a todo y a pesar de ello. A cada segundo, elegimos.
Imagino escuelas y centros de trabajo más sensibles y menos competitivos. Personas implicadas en el resultado y no en los méritos. Proyectos en los que se permita explotar el interés y la capacidad de cada individuo. Sin temor a no encajar en el molde, sin necesitad de prescindir de aquello que, según te indican, no tiene cabida, o no es lo que buscaban o lo que se esperaba de alguien.
Erradicar la acumulación de títulos, de horas o de conocimientos sin arraigar como sinónimo de una mayor aptitud o inteligencia. Centros en los que se ofrezca prioridad a lo sensorial y lo emocional, especialmente en la infancia, personas competentes capaces de conectar con los niños y empatizar con los adultos, con el adulto en esencia y no con esa montaña de cáscaras en la que a veces nos convertimos.
A estas alturas me rindo al sueño y, al despertar, deseo pensar que aporto en mi día a día algo en esas direcciones, mi risueña y silenciosa lucha clandestina.
Cuando me esfuerzo por educar a mis hijas respetando su desarrollo y sus preferencias. Procurando guiar sin imponer, cediendo a veces y manteniéndome otras. Cuando mi prioridad continúa siendo disponer de las tardes para estar junto a ellas. Cuando pido disculpas si me he excedido.
Cuando comparto mis vivencias en relación al embarazo, el parto, posparto y lactancia. Cuando opino aunque parezca de otro planeta, cuando ofrezco información a quien desee profundizar. Tal vez alguna semillita haya quedado en este largo camino.
Cuando renuncio a controlar a mi pareja, cuando tomo consciencia de que continúo eligiendo mi día junto a él, cuando me siento afortunada por compartir bromas y miradas a través del cansancio acumulado y la falta de tiempo para encontrarnos. Cuando vamos sumando días y vivencias.
Cuando me implico en el colegio y procuro ofrecer respuesta a las inquietudes de las niñas, pensando que, tal vez de este modo, nos complementemos en muchos aspectos. Cuando escogemos un centro sensible y agradecemos la atención recibida. Cuando trabajo y colaboro con gente que suma y sentimos que las cosas avanzan gracias ese esfuerzo.
Cuando, como ahora, cuento todo esto. Y, tal vez, tus propios anhelos e intenciones resuenen en ti.
Si necesitas ayuda en cualquier tema relacionado con la maternidad o la crianza de tus peques, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa.
Además, podéis descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, realizar todos los cursos online disponibles y consultar a nuestros/as especialistas.
Qué gusto leerte, qué maravilla es saber que hay más personas que anelan un mundo mejor. No dejemos de dar estos mensajes porque es una rica manera de ayudar a que el prójimo deje de sentirse culpable por querer tener tiempo para la crianza de sus hijos.
No, no somos super héroes. somos mamímeferos que quieren dejar a sus instintos desarrollarse sin tener que esquibar las condiones impuestas por la sociedad.