Cómo apoyar a una adolescente embarazada

Una adolescente embarazada necesita todo el apoyo posible de su entorno. Necesita acompañamiento, información y sobre todo comprensión. Lo que menos necesita son reproches, discursos sobre los irresponsable que ha sido o verse obligada a tomar una decisión que no quiere.

Las razones por las que está embarazada pueden ser muy diversas. Los reproches y la culpa no van a cambiar la realidad ni mejorar el estado emocional de la joven embarazada. Hoy os ofrecemos algunas reflexiones y consejos para ayudar a estas jóvenes.

“Lo primero que hay que tener en cuenta es que ese embarazo no la califica ni dice nada de ella. Es una chica que está embarazada. Los calificativos morales sobran“, indica Mamen Bueno, psicóloga del equipo de Criar Con Sentido Común, que os puede orientar en este asunto y en otros temas a través de la Tribu CSC.

Los embarazos en adolescentes son un problema de salud pública. En el año 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), nacieron 1.861 bebés de madres que tenían 17 o menos años. 302 de esos recién nacidos tenían madres de 15 o menos edad. Salvo excepciones, esos embarazos no fueron planificados.

La adolescente embarazada necesita valorar sus opciones

Una buena educación sexual desde casa y la escuela evitaría gran parte de los embarazos no deseados en la adolescencia. Pero una vez embarazada, la adolescente en cuestión necesita sobre todo apoyo “porque no es una situación fácil de gestionar”, resalta nuestra especialista. Y, paralelamente, información y valorar sus opciones.

En ese proceso, sus padres o cuidadores tienen que apoyarla y ayudarla a comprender que haga lo que haga, tendrá consecuencias para ella. Pero la decisión de seguir adelante o no debe tomarla sin presiones de ningún tipo. Hay que dejar que sea ella la que decida qué quiere hacer.

Alrededor de un 30% de los embarazos no planificados en adolescentes acaba en aborto, según datos de Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Pero abortar tiene consecuencias físicas y psicológicas.

“Si se opta por no tenerlo, si el proceso del aborto ya es duro para toda mujer, para una adolescente puede ser algo terrible. Darle espacio para expresar lo que siente. Aunque se puede encontrar muy sola. No encontrará a nadie en su entorno con una experiencia parecida”, explica Mamen Bueno.

Opina igual Sara Caamaño, matrona de CSC, quien, no obstante, matiza que “no hay que dar por sentado que, por el mero hecho de que sea adolescente, va a querer abortar”. De hecho, “como matrona solo tendría que ofrecerle las opciones que tiene disponible y no presuponer nada”. Si finalmente opta por seguir adelante:

“Una buena información en primordial. Sobre los cambios que va a experimentar, no solo físicos, sino también emocionales e, incluso vitales. Por ejemplo, dejar o no los estudios, qué ayuda recibirá de los abuelos, etc. Barajar todo esto es primordial para poder tomar una decisión. No dejarse llevar por obligaciones éticas, en lugar de adecuarse a la realidad de cada adolescente”, añade la psicóloga Mamen Bueno.

Decida lo que decida, hay que apoyarla

Decida lo que decida, lo que necesita una adolescente embarazada es apoyo y no reproches:

“A los padres les diría que en ese momento les va a necesitar más que nunca y que apoyen la decisión que tome; que la sostengan emocionalmente. Quizás no es el momento de culpabilizar, porque no va a solucionar nada, e incluso puede hacer que se sienta peor”, subraya Sara Caamaño.

También es importante tener en cuenta que la adolescente embarazada no tiene por qué estar preparada para tener un bebé. Tal y como lo expresa Mamen Bueno:

“Es una chica que está entrando en el mundo adulto, pero eso no implica que esté preparada para ser madre. Esa frase hecha de ‘si es mayor para tener relaciones sexuales, lo es para tener un hijo’ no tiene por qué ser cierta. Se puede llegar a tener relaciones sexuales sin entender las repercusiones que puede llevar. Y hay jóvenes que tienen su primera relación sexual muy pronto”.

El acompañamiento positivo de los padres de la adolescente embarazada puede ser definitivo para evitar que sufra depresión y ansiedad durante el embarazo. O si decide tener un bebé, evitar una posible depresión posparto. Hay que tener en cuenta que la adolescencia es de por sí un momento de baile hormonal al que se le suma el cóctel que provoca el embarazo en una mujer.

A los cambios fisiológicos se le suman otros factores que pueden tener un impacto psicológico: el embarazo en la adolescencia suele ser no deseado y la joven se tiene que enfrentar a dificultades económicas (no independencia de los padres) y a juicios de valor de su entorno y de sus amigos (con lo importante que son estos en la adolescencia).

Por ello, nuestras expertas recomienda que se recurra al apoyo psicológico profesional desde el principio porque la vida de la adolescente va a cambiar, pase lo que pase y haga lo que haga.

La adolescente embarazada tiene más riesgos en el embarazo

Otro de los aspectos a tener en cuenta es que el embarazo en la adolescencia conlleva más riesgos para la salud de la madre y del bebé que en el caso de una mujer adulta. Sara Caamaño enumera alguno de esos riesgos: placenta previa, prematuridad, preeclampsia, anemia, CIR (crecimiento intrauterino restringido), rotura prematura de membranas o pérdida gestacional.

Además, según recoge la Sociedad Española de Ginecología:

“Hay que añadir la inmadurez de las estructuras pélvicas y el sistema reproductor en general. La pelvis ósea crece a un menor ritmo que la estatura”.

Es decir, que hay más probabilidad de que el parto sea instrumental y que se produzcan “complicaciones traumáticas de la vagina y desgarros”. No obstante, todos esos riesgos “sobre todo están relacionados con la falta de seguimiento del embarazo y las condiciones socioeconómicas adversas”, añade nuestra matrona.

Es decir, que es importante animar a la adolescente embarazada a cuidarse durante el embarazo y a realizarse todas la pruebas necesarias, si decide seguir con el embarazo. Hay que hacerle ver que el autocuidado es más necesario que nunca.

Comunicación, comprensión y mucho amor

Mis hijas son pequeñas y un embarazo adolescente ni se me pasa por la cabeza; así que es difícil ponerse en la piel de una familia que esté pasando por esta situación. Sin embargo, en la crianza y con los hijos son fundamentales la comunicación, la compresión y el amor. Y, ante una adolescente embarazada, igual.

Es lógico que esta chica esté muy asustada y tenga miedo. Lo tuvimos nosotras cuando nos quedamos embarazadas, aún teniendo más herramientas para afrontarlo (aunque únicamente sean las que proporciona la edad).

Por eso, una caricia, una mirada comprensiva y un simple “¿cómo estás?, yo también estoy asustada pero juntas lo superaremos”, puede ser muy positivo a la hora de apoyarla en toda esta situación.

Que sepa que comprendemos sus miedos e incertidumbre, que no la culpamos por lo que haya pasado y que estaremos a su lado siempre. Quererlas cuando más lo necesitan para que se quieran y cuiden bien.