Desde el momento que nos enteramos que estamos embarazadas entramos en una rueda de cuidados médicos puestos en marcha para cuidar de nosotras y nuestros bebés. Se nos monitorea la tensión, los niveles de glucosa,…

Artículo publicado el 30 Ene 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 17 mayo, 2023
El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial. Si estás en una situación de hipertensión gestacional (tensión alta en el embarazo), tranquila. Es cierto que si no se trata, entraña riesgos en general, y que requiere un control más exhaustivo durante toda la gestación, pero no tienes porque asustarte porque en la mayoría de los casos se resuelve sin mayor gravedad para la mamá y el bebé.
Ahora bien, hay casos como la preeclampsia y la eclampsia que sí pueden suponer un riesgo más serio, por lo que es importante consultar las dudas con los especialistas y acudir a los controles periódicos para que estos lleven un control exhaustivo en cada caso.
Embarazo y tensión alta
Dicen que una mujer no tiene dos embarazos ni dos partos iguales. ¡Y qué cierto es esto! Mi primer embarazo fue como la seda: apenas náuseas, todas las pruebas correctas, nada que reseñar más allá de las típicas molestias habituales como ardores, insomnio o los cambios en el cuerpo propios del embarazo.
Ahora bien, en mi segundo embarazo, tres años después, el escenario fue totalmente diferente. Náuseas que me obligaron a tomar medicación durante toda la gestación, incompatibilidad de Rh que se manifestó tras el nacimiento y una hipertensión gestacional que estuvo presente desde el cuarto mes hasta dos semanas después del nacimiento de mi hija.
Mi hija nació en la semana 37 en una cesárea de urgencia por una pérdida de bienestar fetal, que no guardaba relación con la hipertensión arterial, y completamente sana. Mi tensión se estabilizó poco después del parto y nunca he vuelto a tenerla alta.
En España, la hipertensión gestacional afecta a uno de cada tres embarazos y suele hacer aparición alrededor de la semana 20 de gestación. Normalmente, no presenta sintomatología al principio aunque es importante prestar atención a la presión arterial alta, pues puede ser uno de los primeros síntomas de preeclampsia inicial. Se descubre en los controles rutinarios del embarazo. Por eso, entre otras cosas, es fundamental no saltarte nunca las citas de seguimiento.

Tipos de hipertensión gestacional
Los trastornos hipertensivos de embarazo se clasifican en:
- Hipertensión crónica: la que se tiene de antes del embarazo o se diagnostica antes de las 20 semanas.
- Hipertensión inducida por la gestación: más allá de las 20 semanas y se subdivide en:
Hipertensión gestacional: cifras >= 140/90 pero por debajo de 160/110 sin signos de lesiones en órganos. Suele cursar sin eliminación de las proteínas en la orina (proteinuria)
Digamos que esa sería la hipertensión gestacional más leve, que se puede tratar con antihipertensivos si es necesario y solo conlleva mas vigilancia porque a veces es el preludio de una preeclampsia.
Preeclampsia: Hablamos de tensiones >=140/90 con afectación órgano diana (los órganos diana se refieren a los tejidos del cuerpo que reacciona a un estímulo interno o externo) y normalmente asociada a proteinuria. O tensiones de >=160/110 (dos veces separadas por 6 horas), en cuyo caso hablamos ya de una preeclampsia severa.
Eclampsia: Este sería un cuadro más grave y además, acompañado de convulsiones que no puedan asimilarse a ningún otro proceso patológico. Puede llevar al coma.
Preeclampsia añadida a hipertensión crónica: sucede cuando ya tienes la hipertensión de base y que se complica con una preeclampsia.
Síndrome de HELLP: es una variante de la preeclampsia en la que se afectan las plaquetas, las encimas hepáticas y LDH.

Tratamiento para la hipertensión gestacional
Cuando se detecta una tensión alta en el embarazo, alrededor de la semana 20, puede ocurrir que bien el médico decida tomar medidas preventivas. Si un tiempo atrás se recomendaban dietas específicas, los últimos estudios arrojan que lo ideal es mantener una dieta normosódica, normoproteica y normo calórica en hipertensión gestacional. Si no se consigue normalizar las cifras de presión arterial, el probable que el/la obstetra plantee comenzar directamente a pautar medicación destinada a regular la tensión, dependiendo del grado. Lo que es seguro es que habrá un incremento de controles de la presión arterial de la madre para comprobar que todo sigue correctamente. Concretamente dos o tres veces al día, bien tomada. Para ello, debemos permanecer en reposo durante diez minutos, sentadas o recostadas.
Se realizan también controles de orina para vigilar la proteinuria y descartar una preeclampsia. Por último, en casos muy poco frecuentes, no se puede controlar la tensión con medicación y habría que adelantar el parto con el fin de salvaguardar la salud de la madre y su bebé.
En mi caso, el ginecólogo decidió intentar primero hacer un manejo sin medicación, únicamente cambiado la dieta aunque esto ya es una pauta que está desactualizada. En las siguientes consultas, a las cuales me citó una vez a la semana, la tensión continuaba subiendo. Entonces optó por pautarme medicación. Además, todos los días iba a tomarme la tensión a mi centro de salud, sábados y domingos incluidos. Finalmente, mi hija nació sana y mis datos de tensión eran normales. Continué con controles de tensión y medicación dos semanas más después del parto y todo volvió a la normalidad.
Lo ideal, especialmente en los tiempos de pandemia que vivimos ahora mismo, es que tu centro de salud te facilite un tensiómetro (para que puedas hacer las mediciones en casa y no tener que acudir a diario al centro de salud), y que los controles sean por teléfono.
Autor/a

Elena Mejías
Mamá de dos, redactora de medios digitales, blogger especializada en maternidad y crianza.
Revisado por:

También te puede interesar...
-
Ansiedad en el embarazo: ¿Le estoy pasando mi estrés al bebé?
-
No solo tú cuidas de él: Tu bebé te pasa células durante el embarazo que ayudan a repararse a tu organismo
Los últimos hallazgos científicos encuentran células del bebé en el cuerpo de sus madres. Y lo que es aún más sorprendente: estas ayudan a reparar sus órganos. A este fenómeno se le conoce como microquimerismo…
-
Alergia, asma y embarazo
Alergia, asma y embarazo son combinaciones incómodas, pero por muy incómodo que sea ir con el moquillo colgando o lagrimeando mientras te pican los ojos, estos son solo síntomas menores, ya que hay personas que…
Buscar
Nuestros Cursos
Lo más leído
- Beneficios de la lactancia nocturna
- Doctora, tiene un bultito en el pecho: ¿qué puede ser?
- Sanidad alerta sobre el alto contenido en mercurio de cuatro pescados y recomienda no dárselos a los niños hasta los 10 años
- Bebés de alta demanda: ¿cómo saber si tu hijo es uno de ellos?
- Esas madres y esos padres hippies que no saben lo que hacen
- Nuevo «Mi primer Danone» sin azúcares añadidos: por qué no lo recomendamos
Categorías
- Educación infantil
- Alimentación Complementaria
- Salud infantil
- Alimentación con fórmula
- Lactancia materna
- Pedagogía Montessori
- Desarrollo infantil
- Porteo Infantil
- Salud de los Progenitores
- Psicología Infantil
- Posparto
- Educación Sexual
- Recién nacido
- Fertilidad
- Parto
- Segunda infancia y adolescencia
- Embarazo
- Educación Emocional
- Maternidad y paternidad
- Familias con animales
- Seguridad en el coche
- Sueño infantil
- Juego y juguetes
- Manualidades
- Crianza Respetuosa
- Literatura infantil
- Alimentación infantil
- Seguridad Infantil
Entradas recientes
- Tan bien no hemos salido: Cuando justificamos lo injustificable porque de toda la vida se ha hecho así
- La copa menstrual después del parto
- Día Internacional del Síndrome de Treacher Collins: El síndrome en recién nacidos
- Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres: ¿Cómo mejorar la salud integral de las mujeres?
- Los superpoderes de mamá
0 comentarios en "Embarazo y tensión alta: ¿Corre peligro mi bebé?"