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Artículo publicado el 2 Jul 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 19 agosto, 2023
Los niños y niñas en el pasado íbamos alegres a playas y piscinas con nuestros manguitos y flotadores. Desconocíamos, al igual que nuestros padres, los riesgos que implica su uso y las precauciones a tomar con este tipo de elementos. Con el tiempo los expertos muestran unanimidad a la hora de desaconsejarlos. Hoy hablamos de otro elemento habitual en nuestros veranos: los bañadores de redecilla, que también son peligrosos y cuyo uso también se está desaconsejando por la probabilidad de causar el síndrome del torniquete.
Bañadores de redecilla y síndrome del torniquete
Armando Bastida, enfermero de pediatría y CEO de Criar con Sentido Común, ha sido el último profesional en dar la voz de alarma sobre el uso de este tipo de bañadores. El conocido divulgador ha difundido en sus redes sociales un post en el que alerta de que el pene de los pequeños puede quedar atrapado peligrosamente en el tejido de redecilla de los bañadores pudiendo llegar al estrangulamiento.
El profesional sanitario asegura haber vivido “de primera mano” una circunstancia relacionada con este hecho. “Con el agua y los movimientos, el pene empieza a ‘colarse’ por alguno de los agujeritos, que por pequeños y ceder poco, pueden llegar a atraparlo peligrosamente”, ha advertido.
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Para evitar este tipo de problemas es tan sencillo como retirar este forro o bien comprar bañadores que incluyan forro sin este tipo de rejillas.
Ya en 2019, los medios de comunicación se hicieron eco de varios casos en los que, en efecto, ocurrió esta eventualidad. Aunque parece algo anecdótico, es realmente grave, pudiendo provocar lesiones importantes y requiriendo la intervención de un buen número de profesionales para su subsanación. Fue el caso de Juan, de 7 años.
Según explicaba su madre en este reportaje, la piel del prepucio se quedó enganchada en la malla, requiriendo de una intervención extremadamente delicada para retirar los hilos del pene y eliminar los riesgos del síndrome del torniquete. En concreto, tuvieron que retirarlo entre siete profesionales.
En este reportaje, el pediatra Ludwin Hernández habla de las graves consecuencias, que podrían terminar incluso con la pérdida del miembro estrangulado:
“El síndrome del torniquete provoca una obstrucción del riego sanguíneo con el peligro de que las personas puedan perder el miembro”, afirma.
El tratamiento en el caso de Juan fue estar alejado de playas y piscinas durante 10 días y usar una crema con corticoides.
Otros profesionales advierten de la necesidad de permanecer alerta si el bebé llora sin aparente motivo y está usando este tipo de prenda, porque podría estar sufriendo el síndrome del torniquete.
Para eliminar cualquier tipo de riesgo, lo mejor es seguir la recomendación que lanzaba Bastida en sus redes: evitar su uso y apostar por otro tipo de forros que no den lugar a este tipo de eventualidades. Asimismo, si vemos que un bebé llora sin causa aparente, lo mejor es desnudarle y observar detenidamente cada centímetro de su piel.
El síndrome del torniquete por cabellos o hilos
Más allá de la advertencia del bañador, también debemos tener cuidado con hilos o pelos que puedan enredarse durante la colada en calcetines. O bien en juguetes u otros elementos de uso común en nuestro bebé.
En ocasiones estos hilos o cabellos pueden enredarse accidentalmente en dedos, muñecas o pies, y no percatarnos de ello. Produciendo un intenso dolor, enrojecimiento y molestia al bebé. En el caso de producirse este tipo de estrangulamiento debemos acudir al médico inmediatamente, puesto que el estrangulamiento está cortando el riego sanguíneo. Normalmente no será fácil retirar el enredo que está provocando el daño, ya que la propia piel del bebé tiende a cubrirlo.
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Es importante actuar con rapidez, porque la circulación de la sangre se altera y se producen edemas que de no ser tratados convenientemente y con agilidad podrían derivar en daños graves para el pequeño. Si tienes dudas al respecto, en la Tribu CSC puedes consultar online al enfermero de pediatría Armando Bastida, a la pediatra Gloria Colli y al resto de nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa.
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