Peligro, petardos: Así afecta la pirotecnia a los niños con autismo

La pirotecnica puede alterar a quienes padecen TEA o trastornos cognitivos. También impacta gravemente a animales de compañía

Artículo publicado el 5 Ene 2023 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 5 enero, 2024

Las familias afectadas tratan de concienciar y apelan a la empatía para solicitar que en los festejos predominen los efectos visuales como los fuegos artificiales, en lugar de los dispositivos sonoros como los petardos. Las personas mayores, con trastornos cognitivos, personas con alta sensibilidad y animales de compañía también se ven gravemente afectados.

Los terribles efectos de la pirotecnia en animales y personas: ¿A quiénes afecta la pirotecnia?

Entre los principales grupos de personas afectadas por la pirotecnia, se encuentran las personas con alguna condición del espectro autista, personas con discapacidad, con trastornos cognitivos, alta sensibilidad (PAS), las personas mayores y los bebés. Los animales de compañía, especialmente perros y gatos, también se ven gravemente afectados por el ruido de los petardos y cohetes.

“La pirotecnia afecta especialmente a los niños con condición del espectro autista, que tienen una hipersensibilidad a los sonidos. Esto tiene que ver con unas conexiones entre la amígdala y la corteza cerebral que están disfuncionadas y esto hace que frente a mínimas cuestiones sonoras, estos niños las perciban y reaccionen”, explica en Infobae la psiquiatra Andrea Abadi, directora del Área de Neurodesarrollo y Condición del Espectro Autista del Centro Cites Ineco.

Efectos de la pirotecnia en personas con TEA: Sienten un petardo como un bombardeo

Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) pueden tolerar sonidos por debajo de los 80 db. Todo ruido que supere esa cifra se vuelve molesto e incluso insoportable, pudiendo provocar crisis, ataques de ansiedad, llanto y, en el peor de los casos, genera autolesiones.

 

Efectos de la pirotecnia en niños con TEA

 

La pirotecnia puede superar los 190 decibeles, convirtiéndose en un sonido dañino para cualquier persona, pero aún más para ellos.El ruido de un petardo es un sonido sumamente intenso para las personas y niños con TEA, ya que lo perciben de forma muy vívida e intensa. “Sienten como si estuvieran en el medio de un bombardeo en una guerra, como si cayeran bombas al lado de ellos”, declara la experta.

Esto genera “muchísimo estrés, muchísima liberación de los neurotransmisores propios del estrés y genera un gran nivel de alteración conductual y emocional. Además, al ser totalmente impredecibles, “es algo frente a lo cual no se pueden preparar y lo viven con muchísima angustia, se desorganizan”, manifiesta Abadi.

Este efecto sorpresa es algo que también afecta enormemente a personas mayores y/o con trastornos cognitivos o de la salud mental, a niños y personas adultas con alta sensibilidad (PAS) y a los animales de compañía, especialmente a perros y gatos.

Un poco de empatía: Lo que para algunos es una celebración, para otros es una tortura

Cuando suenan petardos en muchos hogares se celebra con alegría y en otros se vive una pesadilla. Entre las familias afectadas se cuentan aquellas con niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista). “Los petardos causan irritabilidad a las personas con autismo y, a veces, les causan crisis nerviosas que les pueden llevar a unas situaciones límites, explica Rafael Hernández, presidente de la Federación Autismo de Extremadura en una entrevista en el Canal Extremadura. Por eso, los colectivos de familiares con niños con condición del espectro autista piden empatía en estas fechas y recuerdan que, además, su utilización está prohibida en muchos lugares, como en la mayor parte de las localidades extremeñas.

Este colectivo no es el único en movilizarse, desde el comienzo de las fiestas navideñas son múltiples los mensajes que familiares de niños con TEA han difundido a través de las redes sociales para concienciar sobre pirotecnia y autismo. Es el caso de este vídeo que se ha hecho viral en Twitter, en el que una chica solicita 30 segundos de atención para mostrar los efectos de la pirotecnia en su hermano con un trastorno del espectro del autismo.

“Necesito 30 segundos de vuestra atención. Este es mi hermano Alejandro y esta es su realidad. Todos los años sufre reiterados ataques ansiedad debido a los petardos, estamos intentando concienciar sobre el daño que producen en personas que padecen TEA“, manifiesta Irene Cabrera.

 

El vídeo nos hace testigos del sufrimiento de una familia y sus esfuerzos por tratar de calmar a Alejandro, visiblemente angustiado por el efecto de los petardos. Su hermana sube el vídeo para concienciar a la gente sobre el daño que produce el ruido de los petardos para los niños con TEA, y visibilizar lo mal que lo pasan debido a su hipersensibilidad sensorial.

“Muchas de las personas con TEA presentan una característica llamada hipersensibilidad sensorial, esto deriva a que no perciban los estímulos auditivos como nosotros, provocando este tipo de reacción ante ruidos de alto impacto, explica Irene.

¿Qué es la hipersensibilidad sensorial?

Según los especialistas, cerca del 40% de los niños con autismo tiene alguna anormalidad de sensibilidad sensorial. La hipersensibilidad sensorial es una característica que las personas que la padecen perciban los estímulos (ruidos, luces, tejidos, dolor…) de forma mucho más intensa de como son realmente, causándoles una reacción adversa (agobio, ansiedad, estrés, miedo, malestar, nerviosismo…) e incluso pudiendo sentir dolor o gran malestar.

¿Cómo ayudar a un niño con hipersensibilidad sensorial?

Muchas familias con pequeños con autismo buscan estrategias para protegerlos, incluso trasladándose a sitios más relajados para pasar las fiestas y así evitar exponerlos a los ruidos, pero esto no siempre es posible. Hasta la concienciación de la mayor parte de la sociedad sea una realidad, los expertos recomiendan una serie de medidas de protección que pueden servir de ayuda para las personas y niños con TEA, PAS o problemas cognitivos:

  • Prepararles con antelación. Antes de las fiestas o de períodos en los que la práctica de tirar petardos sea más común, los especialistas aconsejan exponer al niño, poco a poco y de forma progresiva, a los petardos. Acompañados siempre de sus papás y mamás, sin forzar la situación ni obligar, siempre y cuando el pequeño se sienta cómodo, seguro y no tenga miedo.
  • Proteger con cascos o tapones. Existe una gran variedad de protectores auditivos, desde tapones para los oídos hasta orejeras. Se recomienda usar los que más atenúen el sonido e incluso salir a la calle con ellos puestos, ya que consiguen reducir en gran medida la intensidad de los estímulos auditivos (petardos, bombetas, pasacalles…).
  • Utilizar recursos que les tranquilicen. Como ejercicios de respiración; cuentos, juguetes y actividades de relajación; un peluche u objeto de apego, etc.
  • Prendas interiores ajustadas. Estas proporcionan cierta presión corporal, lo que ayuda a bajar el nivel de estrés.
  • Anticipar las situaciones. Mostrándoselas y ensayándolas visual y oralmente (con dibujos, pictogramas, imágenes…).
  • Enseñar un modelo de respuesta adecuado. Proporcionar un modelo de respuesta adecuado a cada situación desagradable para el niño. Por ejemplo: decirle que puede acudir para que le abracemos, en lugar de hacerse daño cuando se asusta.
  • No insistir ni forzar a participar en las situaciones que le dan miedo o le resultan desagradables.
  • Mostrarnos disponibles para calmarlos, darles afecto y seguridad y distraerlos.
  • Preparar la casa. Cerrando ventanas y bajando persianas para insonorizar, poniendo música relajante y creando un rincón seguro donde puedan sentirse seguros y en calma.
  • Buscar la ayuda de un especialista. Para favorecer la desensibilización y tolerancia a los estímulos, es recomendable trabajar con un profesional especializado.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la terapeuta ocupacional pediátrica Jessica Romero.

 

Efectos de la pirotecnia en niños con TEA

 

Consecuencias de la pirotecnia en animales

Según los informes técnicos veterinarios sobre los efectos de la pirotecnia en animales, su uso también afecta a los animales de compañía, sobre todo a perros y gatos. Estos tienen los sentidos más agudos que nosotros y escuchan y huelen los petardos con mucha más intensidad.

Los efectos de los petardos en los animales son diversos y de diferente intensidad y gravedad, pudiendo provocarles ansiedad, palpitaciones, taquicardia, temblores, náuseas, jadeo, desorientación, fobia, ataques de pánico y autolesiones o heridas graves por tratar de escapar. Algunos incluso sufren ataques epilépticos o paros cardíacos.

“En la clínica veterinaria me llamaron una noche para atender a un perro que, por el miedo a los petardos en una de estas noches de Navidad, se lanzó a través de una ventana rompiendo los cristales que le seccionaron tendones y vasos sanguíneos. La hemorragia provocó la muerte del animal, relata en Canal Extremadura José Marín, presidente del colegio de veterinarios de Badajoz.

Es por eso que durante estos días los propietarios de animales de compañía no paran de publicar mensajes en redes sociales mostrando las terribles consecuencias del uso de petardos para los animales, con el objetivo de concienciar y sensibilizar. Es el caso de este vídeo que se ha hecho viral en Instagram, en el que se puede observar a un perro absolutamente aterrorizado, paralizado por el shock y temblando.

 

Según los expertos, el oído de muchos animales es considerablemente más sensible que el humano, por lo que las explosiones de fuegos artificiales no solo les resultan perturbadoras, sino que les pueden dañar su capacidad auditiva. Los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibelios (110 a 115 decibelios por encima del rango de 75 a 80 decibelios, donde comienza el daño para el oído humano). Los petardos generan un nivel de ruido más alto que el de los disparos (140 decibelios), y que el de algunos aviones de reacción (100 decibelios).

Los ruidos causados por la pirotecnia en los animales pueden provocar una pérdida de audición y tinnitus (percibir golpes en el oído que no provienen de una fuente externa). Los perros usados para la caza, por ejemplo, sufren en ocasiones una pérdida de audición irreversible, causada por la proximidad al ruido de los disparos.

Los perros son capaces de oír hasta los 60.000hz, mientras que los humanos no oyen nada a partir de 20.000hz, lo cual supone solamente un tercio de la capacidad de los primeros. Esta agudeza auditiva de los perros es una de las causas que provocan que el sonido de la pirotecnia sea una experiencia negativa para ellos. Estos animales muestran señales de ansiedad y agobio que se intensifican a medida que se ven incapaces de escapar del sonido, señalan en animal-ethics.org.

Esta es la explicación de por qué nuestros perros sufren con el sonido de una tormenta pero además, en el caso de los petardos, los ruidos no vienen acompañados de ninguna señal de advertencia previa, por lo que los animales no pueden prepararse porque no perciben nada de manera anticipada. La angustia por anticipación es un mal mucho menor que el miedo que les ocasiona el susto inesperado que les provocan los petardos y fuegos artificiales, repentinos y no identificables.

“Las reacciones a los petardos que con más frecuencia se pueden observar en un perro son el congelamiento o paralización, los intentos incontrolados de escapar y esconderse, y los temblores. También se pueden presentar otros signos más intensos, como salivación, taquicardia, vocalizaciones intensas, micción o defecación, actividad aumentada, estado de alerta y trastornos gastrointestinales, entre otros. Todos estos signos son indicativos de una situación de un profundo malestar”, señalan los especialistas en ética animal.

 

Efectos de la pirotecnia en niños con TEA

 

El 50% de los perros sufre con la pirotecnia

Se ha comparado la reacción de los perros al sonido de los fuegos artificiales al estrés postraumático en humanos. “No obstante, este efecto sería mucho más dañino en los perros, debido a que estos no tienen la capacidad de racionalizar su ansiedad, o la posibilidad de alguna respuesta cognitiva inmediata que les permita responder a su miedo. Por consiguiente, todo indica que experimentan una forma más profunda e intensa de terror”.

El malestar y sus efectos son aún mayores cuando se trata de perros senior, de avanzada edad; y cachorros, ya que los primeros años de vida de los perros son determinantes en el desarrollo de fobias y exponerlos a sonidos angustiantes para ellos condiciona las respuestas de miedo que pueden llegar a tener en el futuro. “Cabe indicar sobre esto que se ha estimado que uno de cada dos perros tienen reacciones de miedo significativas a la pirotecnia.

La pirotecnia tiene en los perros terribles consecuencias, pero también los felinos se ven gravemente afectados por el sonido de los petardos. Aunque los efectos de la pirotecnia en los gatos son menos evidentes, sus respuestas son similares a las de los perros, como intentar esconderse o escaparse.

Sin embargo, al margen del mayor o menor miedo que pasan los felinos, estos tienen un riesgo mayor de intoxicación por esta causa. Y es que su curiosidad hace que muchos de los gatos los ingieran. En algunos casos, llegan a perder la vista o se lesionan gravemente, si se ven afectados por explosiones de petardos.

 

 

En cuanto los invertebrados y vertebrados de pequeños tamaño (como los roedores), los daños causados por los petardos han sido mucho menos estudiados pero, aunque lo habitual es que estos animales se hallen contenidos y sin posibilidad de escapar, por lo que es de suponer que el instinto de huida no les cause tanto perjuicio como a perros y gatos; aunque podría ocasionarles las mismas sensaciones de estrés, ansiedad y temor. Por otra parte, el ruido de los petardos puede causar taquicardia e incluso la muerte a las aves. Las respuestas de desorientación y pánico frente a los petardos y fuegos artificiales pueden provocar que las aves abandonen sus nidos, se estallen contra los edificios o vuelen hacia el mar. Al huir de los sonidos asustadas y desorientadas, muchas aves no saben cómo volver a sus nidos después, lo que provoca que muchas de sus crías queden desamparadas.

Cómo calmar a un perro asustado por la pirotecnia

Los gatos caseros no suelen asustarse por el efecto de los petardos como sus homólogos callejeros, ya que no están tan expuestos a sus consecuencias negativas, por lo que la recomendación para ellos estos días se limita a no dejarles salir de casa. En cuanto a los canes, estos son algunos de los consejos de los especialistas:

  • Pasear por la calle siempre con correa y chapa identificativa en época de petardos. El sonido es sorpresivo y nunca se sabe cuándo alguien va a tener la feliz idea de montar un estruendo cerca, por lo que debemos evitar que el perro se asuste, pegué un tirón y pueda salir corriendo. Recuerda que los canes pueden salir despavoridos y cruzar carreteras, así que revisa bien que no se le pueda soltar el collar o la correa para que un tirón inesperado no se convierta en una pesadilla. Asimismo, aunque tu animal tenga microchip, si cuelgas una chapa con su nombre y tu número de teléfono móvil facilitarás que en caso de que se suelte puedan llamarte lo antes posible.
  • Cambiar la zona y hora de paseo. Pasear a tu perro mucho antes de que llegue la noche por lugares alejados al estruendo en época de celebraciones.
  • No dejes al perro solo en casa. Así evitarás que su reacción de pánico sea aún más intensa y/o se autolesione.
  • Insonoriza la casa. En la medida de lo posible: cerrando ventanas y bajando persianas, así como poniendo música relajante que oculte los sonidos exteriores desagradables.
  • Crea un espacio “seguro” para tu peludo. Algún rincón de la casa donde esté particularmente a gusto, con sus juguetes y chuches. Por ejemplo, si tu perro ha positivizado el transportín o la jaula y lo asocia a momentos agradables, puedes fomentar que se meta dentro con juguetes y/o premios (incluso puedes cubrir parte del transportín con una toalla o manta para que se sienta más protegido), pero no lo dejes solo y dentro de un transportín cerrado, porque eso podría empeorar su ansiedad.
  • Mantenle alejado del ruido. Trata de que esté en una habitación lo más alejada posible del ruido.
  • Mantén la calma. Es fundamental para transmitirle esa misma sensación. Los perros son esponjas de nuestras emociones así que si tú te poner nervioso/a ellos también lo harán. Ante todo, normalidad.
  • Empatía y paciencia. Puede que tu perro llore, se muestre inquieto, se haga pipí en casa, te busque más que nunca o incluso se te suba encima de forma frenética… Recuerda que él no tiene la capacidad de racionalizar como tú las emociones. Respira. Este día pasará.  Tú eres la persona en quien más confía. Si le gritas o te enfadas con él, será peor.
  • Acompáñale en su malestar. No se trata de ignorar su malestar, sino de intentar que sienta que no tiene de qué preocuparse. Los especialistas en comportamiento canino nos recuerdan que el miedo NO se puede reforzar: si tú acaricias a tu perro eso no hará que tenga más miedo a los petardos.
  • Ropa “calmante”. Al igual que en el caso de los peques con TEA, a nuestros animales de compañía las prendan que ejercen una presión suave y constante en el torso les proporcionan un efecto calmante. Esto hace que se liberen hormonas calmantes como endorfinas y oxitocinas. Eso sí, habría que acostumbrar a nuestro perro a llevarla días antes para que sea efectivo.
  • Difusores de feromonas. Puedes consultar a tu veterinario sobre productos seguros que les ayuden a disminuir el estrés en estas situaciones, como los difusores eléctricos que dispersan feromonas para perros o gatos.
  • Ofrecer un premio de larga duración. Esto sólo funciona si el perro no está ya alterado o si hemos conseguido bloquear la fuente de ruido para que pueda concentrarse en algo agradable. Para ello podemos rellenar un juguete específico con algo especialmente apetitoso que no suela comer habitualmente y luego meterlo un rato en el congelador para que después le dure más tiempo. También podemos probar a hacer algún juego de olfato en casa. Si está distraído con algo agradable para él, es más difícil que preste atención a lo que hay fuera.
  • Crear un sonido agradable que oculte el sonido de los petardos. Poner música tranquila o sonidos de la naturaleza ayudará a ofrecer a nuestro peludo la sensación de calma y normalidad. En Youtube se pueden encontrar diversos vídeos de sonidos apacibles y música especialmente pensada para relajar a los perros. Incluso hay quien ha compuesto música especial para estas ocasiones.

 

 

También podemos tratar de concienciar al vecindario pegando carteles en el portal y en la calle, explicando que hay perros, gente mayor y niños pequeños que sufren los efectos de la pirotecnia. En casos de fobia extrema y/o grave perjuicio físico y emocional, es recomendable contactar con un educador canino para conseguir resultados más a largo plazo.

Concientizar a la sociedad sobre el destierro de estas costumbres: Acabar con viejas tradiciones no solo es posible, sino necesario cuando son insanas

Cada vez son más las voces que dicen no a la pirotecnia en favor del autismo y los animales. Prueba de ello es que muchas cabalgatas de España han modificado este año su forma de celebrar la llegada de Los Reyes Magos a las distintas localidades españolas.

De esta forma, la comitiva real desfilará en silencio por algunos tramos señalados como “sin ruido” para que también puedan participar de la celebración las personas con autismo o sensibilidad al ruido. Asimismo, en otras localidades lanzarán fuegos artificiales sin ruido para que las personas con autismo puedan disfrutarlos y los animales no se asusten.

Por último, cabe recordar que se puede denunciar el uso indebido de la pirotecnia. Es decir, puedes denunciar a alguien por tirar petardos. De hecho, ateniéndonos a la normativa española existente en este ámbito, son muchas las personas que no tiran petardos de forma segura o donde debieran. En muchas localidades españolas hay restricciones y/o prohibiciones que afectan al uso de pirotecnia. En este sentido, es importante saber que las multas por desobedecer las ordenanzas municipales pueden llegar a los 1.500 euros.

 

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