Cuándo empezar a hacer running con los niños

La edad a la que pueden iniciarse son los cinco o seis años, pero es a partir de los 12 cuando pueden practicarlo "más en serio"

El deporte tiene múltiples beneficios para el ser humano y es muy saludable en el caso de los niños. Sin embargo, hay que conocer cuándo y cómo practicarlo para aprovechar al máximo esos beneficios y para que sea un práctica divertida para nuestras hijas e hijos. En este post nos centramos en el running y los niños.

Se trata de una actividad muy recomendable para practicar al aire libre y en familia. ¡Iniciar un deporte con ellos puede ser muy divertido! Sin embargo, hay algunos aspectos que hay que tener en cuenta, como por ejemplo, cómo y cuándo iniciar a los niños en él.

Running y niños: Cuál es la edad adecuada para empezar con el running

El running es un concepto que procede del inglés (run que significa correr) y que no es otra cosa que desplazarnos con los pies a una velocidad más rápida que una caminata. Es un deporte muy adecuado si se quiere disfrutar del aire libre (aunque también se puede realizar en superficies cerradas). Tiene muchas ventajas para los menores porque con él desarrollan la fuerza, la resistencia, la velocidad y la capacidad pulmonar. Algunos estudios relacionan este deporte con la estimulación de las hormonas del crecimiento y el desarrollo de los músculos.

 

 

Sin embargo, no todos los niños pueden practicarlo porque hasta determinada edad. Los más peques de la casa deberían practicar el juego libre sin ninguna guía. Además, incluso haciéndolo a través del juego, es difícil que sigan las normas de una actividad, sobre todo si son grupales. Dependerá de cada niño o niña. Marta Saeta, fisioterapeuta de Criar Con Sentido Común, señala que la edad para iniciar a los niños en el running suele ser los cinco o seis años. “Los clubes de atletismo les suelen coger a esa edad”, explica. Sin embargo, es a partir de los 12 años aproximadamente cuando pueden practicarlo “más en serio”.

Para practicar deporte a edades más tempranas (menos de cinco años) se recomiendan otro tipo de actividades como el yoga para bebés, la matronatación, el baile o el monopatín. Deportes o actividades, en definitiva, en las que el movimiento es más libre.

 

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Recomendaciones de la OMS relacionadas con el deporte y los niños

Que practicar deporte es muy saludable para los niños y los adultos es una realidad aceptada en general. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge cuánto deporte deberíamos realizar en nuestro día a día:

  • Bebés lactantes de menos de un año, deberían realizar actividades físicas diversas, especialmente mediante juegos interactivos en el suelo. Es importante que pasen tiempo en diferentes posiciones cuando lleguen a ellas, según su tolerancia y disfrute. Así adquirirán fuerza muscular de distinto tipo. Ganarán en agilidad y serán capaces de ir resolviendo conflictos motores que se les presenten.
  • Niños de entre uno y dos años deberían practicar distintos tipos de actividades físicas durante al menos 180 minutos al día, cuantos más mejor.
  • Entre los tres y cuatro años de edad, deberían realizar diferentes tipos de actividades físicas de diversa intensidad durante al menos 180 minutos diarios, de los que al menos 60 minutos tienen que ser moderadas o intensas.

 

 

  • Los niños de 5 a los adolescentes hasta 17 años deberían dedicar 60 minutos al día a actividades físicas moderadas a intensas, principalmente aeróbicas, a lo largo de la semana. Además, al menos tres días a la semana, tendrían que incorporar actividades aeróbicas intensas (fortalecimiento de músculos y huesos).
  • Los adultos de 18 a 64 años deberíamos practicar al menos 150 minutos a 300 minutos de actividades físicas aeróbicas moderadas o de 75 a 150 minutos a la semana de actividades intensas o una combinación actividades moderadas.

¿Por qué practicar running?

Correr se considera una actividad física intensa. El running y los niños es, por tanto, una buena combinación porque mejora el ritmo cardiaco y respiratorio, fortalece los huesos, mejora el control de la glucosa y ayuda a mantener un peso corporal saludable y alejar el fantasma de la obesidad. Además, aumenta la fuerza muscular y la resistencia. También es positivo para la agilidad, el equilibrio y la coordinación.

Por otro lado, tiene consecuencias positivas para el bienestar emocional de los menores, puesto que este mejora con el running que, además, ayuda a controlar las emociones como la ira y a concentrarse. Por tanto, tiene efectos beneficiosos en el rendimiento escolar.

Además, regula el sueño y proporciona mejor descanso, siempre y cuando la actividad física no sea demasiado intensa ni a últimas horas del día. Para ello es importante conocer las características individuales de cada niña y las necesidades motoras que tiene porque llegar muy cansados a la cama no es sinónimo de buen descanso.

 

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Por último, como recoge la OMS:

“Se ha demostrado que la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar.

¿Cuánto puede correr un niño?

Según explica Marta Saeta, nuestra experta en fisioterapia (a la que podrás consultar directamente sobre este u otros temas relacionados a través de la Tribu CSC), para los niños más pequeños (entre cinco y 11 años, aproximadamente) correr no debe ser más que un juego. De hecho, los entrenamientos deberían ser cortos y a un ritmo más bien lento. No deberían recorrer más de un kilómetro ni realizar competiciones.

 

 

Una vez que cumplen los 12 años aproximadamente sí se puede iniciar un “entrenamiento más en serio”. No obstante, puntualiza Saeta, como padres debemos “ofrecérselo como alternativa, animarles sin forzarles y mostrárselo como un juego; como una forma de cuidarse y conectar con la naturaleza si es posible”. El entrenamiento, en cualquier caso, será ligero y la duración dependerá de cada menor y su capacidad física. A partir de los 16 o 17 años se pueden aumentar las distancias a varios kilómetros.

Otra de las recomendaciones de nuestra experta está relacionada con el equipamiento: “deben llevar ropa adecuada (como en todo los deportes) que implica camisetas transpirables y zapatillas adecuadas a su tamaño y peso”. También hay que enseñarles a cuidar su cuerpo en este aspecto: hidratarse bien antes y después del ejercicio; realizar un buen calentamiento para prevenir lesiones; y hacer una vuelta a la calma acorde con el ejercicio realizado.

Gestionar la competitividad en el running con niños

Aunque nuestro hijo o hija forme parte de un equipo de atletismo, por ejemplo, es lógico que entre en escena la competitividad. Esta nos puede ayudar a superarnos y a mejorar en ciertas áreas pero también puede generar conflictos, sobre todo cuando se vuelve obsesiva. Es normal, por tanto, que nos preocupe que este aspecto pueda interferir en el bienestar de nuestros hijos y pueda provocarles sentimientos negativos.

 

 

En este sentido, los adultos no deberíamos interferir ni volcar en nuestras expectativas en ellos. Todo, lo contrario. Debemos acompañarles y ayudarles a comprender cuál es el límite en este sentido. Sobre el tema de la competitividad, la fisioterapeuta Marta Saeta reconoce que es “difícil de combatir”. Sin embargo, se les puede explica que “si no ganan, no hay que buscar la culpa o el enfado en el otro, sino seguir practicando para mejorar”. Es mejor “centrarse” en las características de cada uno (“en sus fortalezas y debilidades”).

Saeta propone, además, buscar a atletas o deportistas “de referencia” para que se fijen en ellos y los vean como un ejemplo al no entrar en “descalificativos ni trifulcas”. “Es un modo de hacerles ver que pueden ser buenos/as deportistas sin entrar en el terreno del contrincante”.

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