¿Qué consecuencias ha tenido la pandemia del Covid-19 para los niños?

La Covid-19 ha dejado huella en todas las personas, en todos los aspectos de la vida y en todo el mundo. Empezando por el tema más puramente médico, la enfermedad se ha llevado muchas vidas y algunas personas tienen efectos secundarios una vez pasada la enfermedad. Por supuesto, todavía hay quienes la pasan con síntomas graves. Pero ¿qué consecuencias ha tenido la pandemia para los niños?

La pandemia no solamente influyó en nuestra salud física, también influyó en la salud mental. El confinamiento y la situación provocó muchos problemas afectivos, de ansiedad, etc. Asimismo, el cierre de todo ha influido en la economía. Muchas personas perdieron sus trabajos y aún seguimos luchando por recuperar el ritmo en los negocios. 

El Covid-19 cambió nuestras vidas de la noche a la mañana completamente, y todavía hoy seguimos viviendo sus repercusiones en muchas áreas. Pero ¿y los niños? ¿Cómo les ha afectado la pandemia a ellos? ¿Qué repercusiones ha tenido el Covid para ellos?

¿Qué consecuencias ha tenido la pandemia para los niños?

Es cierto que, poco a poco, parece que estamos volviendo a “la normalidad”. Sin embargo, las repercusiones en el estilo de vida se siguen notando. Y en los niños esto también se percibe. 

 

 

Según el artículo elaborado y publicado por el investigador Pedro L. Valenzuela, “Los efectos colaterales de la pandemia de COVID-19 en el desarrollo de los niños”, es cierto que los niños se adaptan bien a las situaciones, pero las medidas llevadas a cabo para evitar la propagación del virus (cierre de colegios, parques, confinamiento, etc.), han tenido efectos negativos en ellos. 

Este doctor en Ciencias de la Salud pone un ejemplo claro: los bebés nacidos en plena pandemia. Estos bebés solo se relacionaron en sus primeros meses de vida con sus padres. No tuvieron ningún estímulo externo, no salieron a pasear, no tuvieron relación ni interactuaron con más familiares. Y cuando empezaron a ver a más gente, era con mascarilla, solo pudiendo ver los ojos. 

¿Qué consecuencias puede tener esto? Pues Valenzuela hace alusión a un artículo que publicaron en la revista JAMA Pediatrics, donde se explicaba un estudio sobre estas repercusiones. 

Comparación de bebés en pandemia y sin ella 

Este estudio tomó como muestra a 255 bebés nacidos entre marzo y diciembre de 2020 para analizar su desarrollo cognitivo y compararlo con otros niños nacidos antes de la pandemia. 

El análisis concluyó que los bebés nacidos en 2020 tenían un peor desarrollo motor, además de mayores dificultades en las interacciones personales-sociales. En el estudio se pone de manifiesto que no es determinante si la madre se infectó o no. Es decir, el simple hecho de nacer en pandemia (y no contraer la enfermedad, ni el recién nacido, ni la madre, ni nadie cercano) ya provocó estos resultados. 

 

 

Pero estos efectos negativos también se extienden en niños más mayores. Según otro estudio realizado con niños de 8 años en Italia, los niveles de actividad física con cierta intensidad se vieron afectados por la pandemia. En este análisis se midieron ejercicios con un nivel de energía entre moderada e intensa, y se comprobó cómo se iban reduciendo una media de 15 minutos cada día.

Es decir, que al tener una vida más sedentaria, la actividad física que un niño o niña puede realizar se iba reduciendo a medida que pasaban los días en pandemia. En este estudio se recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, al menos, 60 minutos al día de actividad física en los niños. Algo muy difícil durante el confinamiento (solo los que viven en casas con jardín o muy grandes podían hacerlo).

Esta reducción de actividad puede tener consecuencias en la forma física. Según el artículo de Valenzuela, se hizo otro estudio con niñas y niños de 10 años en los que se comprobó que esta reducción de actividad provoca una peor forma física. Se les hicieron los test típicos de educación física, como el salto, tiro de balón medicinal, etc. y se obtuvieron peores resultados.

También en este análisis se concluyó que la función cognitiva era peor, así como lo que se conoce como fitness cardiorrespiratorio. Es decir, el consumo máximo de oxígeno. Además, los menores aumentaron su índice de masa corporal, y se incrementó la proporción de niños con sobrepeso en un 4%.

Por tanto, ahora que parece que retomamos una vida más parecida a la anterior, es momento de retomar el estilo de vida prepandemia, especialmente con los niños y niñas. Salir a pasear, relacionarse con más personas, que recuperen su actividad física y demás costumbres saludables, con el fin de paliar los efectos negativos del Covid. 

 

 

Si necesitas ayuda o asesoramiento profesional para mejorar la nutrición de tu familia, en la Tribu CSC puedes consultar a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos se encuentra la dietista-nutricionista Rebeca Pastor.

 

Autor/a