Posturas para aliviar el dolor durante el parto

Hay tantas posturas posibles para aliviar el dolor durante el parto como mujeres y partos

Cuando estamos embarazadas buscamos seguridad, y si sueles tenerlo todo bajo control, quizá te sientas más segura teniendo unas pautas claras sobre qué posturas para aliviar el dolor durante el parto puedes elegir… Pero yo te voy a proponer otra cosa: dejarte sorprender. Por la vida en general ¡y por el parto en especial!

¿Existen posturas para aliviar el dolor durante el parto universales?

No hay posturas mágicas que sirvan para todas las mujeres, no existen posiciones “buenas” o “malas”… Existe la variabilidad y eso es lo más precioso del parto: ver cómo cada mujer es totalmente distinta a la anterior y lo que a una le va genial a otra no. Mecanizar el parto y recomendar posturas supuestamente adecuadas para cada momento durante la dilatación y el expulsivo es simplificar un proceso complejo y perfectamente diseñado por la naturaleza.

Por ponerte un ejemplo, durante el embarazo me encantaba la pelota de pilates, estaba muy cómoda y creía que cuando empezaran las contracciones sería de gran utilidad. Porque además sabía que la pelota era maravillosa para la pelvis, que ayudaba a movilizarla, etc.

 

 

Pues la vida me dio un gran zasca (de hecho, no ha dejado de hacerlo desde que soy madre…) y cuando fui a sentarme en ella en las primeras contracciones molestas, no fui capaz. No la soportaba. Moraleja: algo puede ser muy bueno en teoría, no tiene por qué serlo para ti

¿Cómo sabré qué postura adoptar durante el parto?

Una duda muy frecuente cuando es tu primer parto. La respuesta es sencilla, pero es posible que no lo entiendas al 100% hasta que no llegue el momento. Sabrás en qué postura ponerte porque te lo pide el cuerpo. Elegirás las posiciones en las que la sensación de las contracciones sea menos intensa, en la que las lleves mejor.

Al comienzo, quizá sea suficiente con un movimiento de pelvis, un balanceo… que se irá modificando a lo largo del proceso. Puede que llegue un momento en el que la intensidad de la contracción te lleve a adoptar posturas más específicas como la cuadrupedia. Es muy habitual que las mujeres se tiren al suelo cuando la dilatación va avanzando buscando la seguridad, el recogimiento, posiciones más “animales”.

 

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De hecho, al principio te proponía dejarte sorprender y dejarte llevar, no porque sean cosas de matrona hippie, sino porque precisamente cuando una mujer está pariendo, necesita de alguna manera “desconectar” esa parte racional del ser humano, ese neocórtex cerebral para dejar salir la parte más animal y que se consiga el cóctel hormonal que favorece el nacimiento.

Ese cóctel en el que se segregan beta endorfinas que te permiten disminuir la percepción dolorosa, relajarte… en definitiva, te ayudan a gestionar el parto y sus sensaciones. Déjate llevar, permítete adoptar la postura que te apetezca en cada momento para que tu cuerpo haga lo que está preparado para hacer. Y si tienes dudas acerca de cómo prepararos para el parto, en la Tribu CSC podemos atender vuestras consultas online.

Busca tu alivio y tu comodidad

Existen posturas que alivian, pero no son la misma para todas, con lo cual es muy difícil decirte cuál será la tuya. Además, irá cambiando a lo largo del parto: lo que te sirve en el inicio, puede no servirte cuando la dilatación está avanzada o en el expulsivo, donde las sensaciones cambian a medida que tu bebé va buscando su camino para llegar a tus brazos.

 

 

Ten en cuenta que uno de los beneficios de todo lo que sentimos durante el parto es que nos lleva a movernos y a favorecer que el nacimiento sea más fluido. El dolor cumple su misión a la perfección, y te va dando pistas para guiar a tu bebé.

Parir es instintivo, pero hemos perdido la confianza en nuestro cuerpo

Hace no demasiadas décadas, los partos formaban parte de la vida diaria, era algo cotidiano. Las niñas y niños veían nacer a sus hermanos en casa. Cuando llegaban a la edad adulta, ya lo habían visto varias veces. El movimiento en el parto es instintivo, pero lo que para nuestras abuelas o bisabuelas era normal (ponerse en cuadrupedia en una contracción, parir en vertical, etc.) empezó a considerarse “raro” cuando el parto se trasladó al ámbito hospitalario.

Todas hemos oído frases muy desafortunadas que recibieron mujeres en sus partos como “no grites que asustas a las demás”… Y es que se puso de moda el estar de parto, pero sin que se te note. Mujeres que tenían que gestionar las contracciones en silencio, encamadas, sin llamar la atención porque eso era signo de que eras una mujer respetable… Perder el control era de locas, de desequilibradas.

 

 

Mi propia madre siempre me cuenta orgullosa que ella pasó la dilatación con oxitocina sintética, metida en la cama, y que en ningún momento dijo una palabra más alta que otra. El parto totalmente desnaturalizado, bajo el influjo del patriarcado más puro: la buena mujer es la que no molesta. La parturienta que lo hace bien es la que no pierde el control en ningún momento… Cuando hoy en día ya sabemos que, a mayor control (impuesto), más se dificulta el proceso del nacimiento.

De hecho, ¿puedes recordar alguna escena de una película o una serie en la que la mujer que está pariendo no esté en una cama y en litotomía? Seguramente pocas o ninguna. ¿A dónde quiero llegar con todo esto? Pues a que la duda sobre qué posición tengo que adoptar en el parto viene de ahí, de la pérdida de confianza en nuestro cuerpo, de la pérdida de ese conocimiento que adquiríamos desde pequeñas cuando el parto pasó a ser, no solo hospitalario, sino además intervenido y desnaturalizado.

No hay absolutamente ninguna postura que te lleven a adoptar las contracciones, que pueda impedir o dificultar el parto. Es imposible que lo hagas mal. Escucha tu cuerpo y hazle caso.

Movimiento habitual durante el nacimiento

No hay nada que me fascine más que simplemente observar a una mujer de parto, me parece una coreografía perfecta en la que ella sabe perfectamente todos los pasos. Solamente en caso de que su cuerpo o el del bebé dé señales de dificultades, habría que plantearse romper ese baile.

 

 

Al inicio suelen ser movimientos pélvicos, como un baile, un vaivén suave… apoyándose en algo con las manos, durante las contracciones. Entre ellas no las suelen necesitar en esta etapa. Si tienes pelota de pilates y te proporciona alivio, no dudes en usarla. Es una herramienta que facilita esa rotación pélvica. De cara a la dilatación es mejor si las rodillas quedan por encima de la cadera, si te queda muy alta la puedes deshinchar un poco.

Cuando las contracciones se hacen más frecuentes y más intensas, los movimientos se van ampliando, los círculos de cadera son más exagerados… para abrir esos espacios pélvicos. Empieza a modificarse la posición de la cabeza (flexionando el cuello o hiperextendiéndolo, dependiendo de la presión o el alivio que noten en el sacro/coxis con cada movimiento).

Quizá te apetezca en este momento alguna postura en elongación con los brazos rodeando el cuello de tu pareja o en cuclillas agarrándote a los pomos de la puerta. Las mujeres adquieren esta postura de forma instintiva porque alivia el dolor de la parte posterior de la pelvis.

 

 

Es curioso ver cómo se va modificando también la posición de la pelvis. Dependiendo de dónde se note más presión, hay mujeres que tienden a llevar el pubis al ombligo o al revés, tienden a alejarlo para abrir los espacios inferiores del canal del parto.

Casi todas las mujeres llegan a un momento en el que el cuerpo les pide acercarse al suelo, por eso las posiciones en cuadrupedia, mahometanas, con o sin pelota de pilates; suelen ser muy bien toleradas. Alivian la presión en el sacro, (sobre todo si tu bebé está en posterior), permiten mover la pelvis libremente y descansar si lo necesitas.

La cuadrupedia facilita también que la pareja/acompañante haga presión en algunas zonas de la pelvis para aliviar la presión, masajear las articulaciones del sacro si te apetece, adelantar una pierna, acariciar, besar… Y aquí hay una enorme variabilidad: habrá mujeres que no soporten la cuadrupedia, otras que prefieran tener una pierna elevada y otras no, mujeres que no soporten estar acostadas (la mayoría) ni quietas, en tanto otras necesitarán ese descanso.

 

 

¿Y si te apetece acostarte? Pues lo haces. Si el cuerpo no te pide moverte, seguramente no lo necesitas en ese momento. Cuantas más mujeres de parto observo, más consciente soy de que no hay normas estrictas. Tenemos mucha tendencia a demonizar posturas. Yo también decía hace no mucho que una mujer acostada no podía favorecer el parto, que no es una posición natural… Y de nuevo la vida me dio otro zasca.

Cuando acompañaba a una amiga en su parto en casa, observé que ella sola se acostaba durante las contracciones. Nadie se lo había dicho ni sugerido, estaba en un ambiente de confianza… y eligió esa posición porque le aliviaba. Y si su cuerpo se lo pide, quién soy yo para llevarle la contraria. Solo me plantearía sugerir alguna posición si hay anestesia epidural o si la madre o el bebé dan señales de tener alguna dificultad.

Posturas en el expulsivo

En este momento la cabeza del bebé va descendiendo por la pelvis, se empieza a notar sensación de pujo y eso, aunque parezca mentira, suele aliviar bastante el dolor.

La presión en las distintas estructuras hará que adoptes la postura concreta que le permita a la cabeza encontrar su camino. Así, un bebé que presiona más el sacro seguramente provocará que su madre adopte posturas en cuadrupedia y no acostada boca arriba, porque las contracciones serán más intensas. O con un bebé que presione más un lado que otro de la pelvis, la mujer intentará aliviar esa presión con posturas asimétricas (subiendo una pierna y la otra no, adelantándola, girando la pelvis…).

Como curiosidad, en este momento muchas mujeres no toleran tener las rodillas muy abiertas (en rotación externa), porque se cierra el espacio donde está la cabecita y la sensación es demasiado potente. Posturas para el expulsivo hay muchas, tantas como mujeres y partos, incluso si te has puesto la epidural, hay opciones.

 

 

En teoría las posiciones que aprovechen la gravedad son mucho más favorables, pero, como siempre, depende. A veces los partos en vertical (cuclillas, de pie, silla de partos) sin epidural son muy intensos y las mujeres prefieren acostarse de lado o en cuadrupedia, o incluso acostarse sobre su espalda.

Como ves, solo necesitas sentir, escucharte y permitirte ser libre de adoptar la postura que quieras, hacer el ruido que necesites y comportarte en tu parto como te nazca, que ya bastante intenso es como para estar conteniéndose. Ojalá pudierais veros en ese momento desde los ojos de una matrona, desde esa admiración… No hay nada más poderoso y maravilloso que una mujer de parto.

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