De manera general, podemos afirmar que cuando se detecta una conducta agresiva en niños debemos estar alerta porque estamos casi con total seguridad ante un niño o una niña que está pasándolo mal y necesita…

Este post se publicó originalmente el 27/04/2022 y ha sido actualizado en fecha 18/11/2024
¿Qué papel juega la familia cuando hay problemas de conducta en el colegio? Quienes nos dedicamos a la docencia sabemos que no es raro encontrarnos con situaciones en las que te reúnes en tutoría con una familia y te dicen directamente “no puedes estar hablando de mi hijo, en mi casa es justamente lo contrario”.
¿Cómo influye la familia en la conducta de los hijos en el colegio?
No sucede siempre ni es lo más habitual, pero ocurre con relativa frecuencia que nuestros hijos e hijas no presenten el mismo comportamiento en casa que en el colegio. En ocasiones, se trata de niños o niñas extremadamente tímidos/as que en casa se atreven a expresarse tal cual son, mientras que en la escuela se sienten más cohibidos/as y adoptan una actitud más pasiva. También podemos encontrarnos con casos en los que la familia sea muy autoritaria y restrictiva por lo que, como consecuencia, el niño o la niña se reprime en casa mientras que en la escuela da rienda suelta a ese malestar.
En cualquier caso, normalmente, el papel de la familia es determinante a la hora de entender la conducta o el comportamiento infantil. Por eso es fundamental que exista una comunicación fluida entre la familia y el equipo docente y que haya colaboración entre ambas partes para aunar esfuerzos en pro del desarrollo de niños y niñas.
En más de una reunión, como docentes, nos encontramos con familias en tutoría que nos piden ayuda para gestionar situaciones del día a día en casa con sus hijas e hijos. No es de extrañar, teniendo en cuenta que no existe una escuela donde se enseñe a ser padre o madre, que los bebés no vienen con instrucciones y que, como bien sabemos las familias de la Tribu CSC, los modelos educativos están cambiando y, a menudo, nos faltan referentes y herramientas para afrontar nuestra labor educativa.
Cuando, como familia, nos llaman para una reunión en el colegio relacionada con conductas disruptivas de nuestros hijos o nuestras hijas en la escuela es lógico que nos preocupemos y nos preguntemos qué podemos hacer para colaborar con el centro educativo desde casa y acabar con los problemas de conducta en el colegio.
¿Qué papel tiene la familia en el comportamiento de los niños en la escuela?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que hay conductas que son propias de la edad y que el centro educativo debe tener capacidad de acompañar y gestionar. Que un niño de un año muerda o dé manotazos cuando se enfada es propio de su desarrollo. Que una niña de cuatro años necesite estar en movimiento y no aguante cuatro horas sentada en una silla es completamente normal.
No hay nada que una familia pueda hacer para evitar conductas que son propias de esa edad. Sin embargo, quienes nos dedicamos a la educación debemos saber acompañar estas conductas para que el desarrollo infantil sea adecuado y vayan desapareciendo conforme vayan avanzando las etapas.
En otros casos, sí podemos considerar que existen problemas de conducta en el colegio y conductas disruptivas que no son propias de la edad y será fundamental la colaboración de familia y colegio para mejorar la situación.
Por ejemplo, fomentar la autonomía en casa favorece que niños y niñas desarrollen el sentido de la responsabilidad también en la escuela. Cuando un niño de 11 años, por ejemplo, justifica que no ha traído su material porque su madre no se lo ha puesto en la mochila, es bastante probable que desde casa no se esté fomentando la autonomía y la responsabilidad.
Cuando en casa les enseñamos a recoger sus juguetes y fomentamos que cooperen en mantener un cierto orden también estamos favoreciendo que aprendan a organizarse con sus materiales y que tengan estructura a la hora de organizar y presentar sus trabajos.
La forma en la que afrontamos los conflictos en casa también va a ser determinante y va a condicionar la forma en que afrontan los conflictos entre iguales en el colegio.

El ejemplo que damos sobre nuestras relaciones interpersonales, el respeto, la forma en que nos comunicamos… Influye de manera decisiva en nuestros hijos y nuestras hijas; marca sus relaciones también en el centro educativo.
A veces, las circunstancias o los eventos familiares, como un divorcio o la muerte o enfermedad de algún ser querido, pueden venir acompañados de cambios en la conducta o del rendimiento escolar, que están en relación con sus preocupaciones y sus emociones.
Por eso es fundamental que las familias informen a los centros educativos de cualquier cambio sustancial que se produzca en la vida del alumnado. Y que tengamos en cuenta que la cooperación entre la familia y la escuela es fundamental para poder remar en la misma dirección en busca del mejor desarrollo de niños y niñas en todos los ámbitos durante su infancia.
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