Cómo alentar a los niños a descubrir sus capacidades

La crianza y la educación, en general, están llenas de retos. Uno de ellos es cómo alentar a los niños a descubrir sus capacidades.

Cuando nos convertimos en madres o padres, lo más habitual es que a la ilusión, el temor o la incertidumbre, les acompañen las expectativas. Imaginamos cómo será ese bebé cuando crezca, cómo será su vida, cuáles serán sus aficiones, su carácter, sus puntos fuertes y débiles… y de una u otra manera, inconscientemente, podemos estar condicionando su desarrollo si esperamos que nuestras expectativas se cumplan.

Evidentes son los casos en los que en algunas familias, generación tras generación, se prolonga una saga profesional. Esto no quiere decir que, necesariamente, si tú eres abogada y tu hijo quiere estudiar derecho, sea porque has condicionado su decisión. Las niñas y los niños crecen en entornos concretos, con estímulos concretos y viven experiencias concretas. Por lo tanto, puede darse el caso de que, si mi hija me ve que me dedico a la medicina y crece escuchando hablar de ese tema y juega a ser mayor como mamá, de manera natural, surja en ella el interés por esta profesión.

 

 

Lo mismo sucede con las aficiones. Si yo bailo o practico algún deporte, mi hijo tendrá acceso a esas actividades de manera natural y puede que le apetezca practicarlas también. Pero debemos poner atención en no condicionarles con nuestras preferencias y permitir que descubran las suyas propias así como sus capacidades. 

Yo educo a todos mis hijos igual

Error. La base de la educación está claro que debe ser la misma ya que se cimenta en un sistema de valores pero cada peque tiene sus propias capacidades y debemos alentarles para que descubran cuáles son sus talentos y sus fortalezas.

Tenemos la costumbre, desde un punto de vista educativo, de centrarnos en las conductas negativas para erradicarlas o en las carencias para compensarlas. Pero, ¿qué pasaría si en lugar de poner el foco en las debilidades lo pusiéramos en las fortalezas?

Puede que nuestro hijo no sea muy habilidoso para el fútbol pero se le dé genial dibujar. Puede que nuestra hija no sea muy buena con las matemáticas pero sea muy creativa inventando historias. Descubrir cuáles son sus talentos implica observación; mucho mejor, además, si esa observación está desprovista de expectativas. 

 

 

Es inevitable que existan, lo sé. Te encanta cantar y te encantaría compartir esa pasión con tu hijo. Pero eso es lo que te gustaría a ti. Ese es tu talento. Y se trata de descubrir cuáles son los suyos. Sean compartidos o no. 

Entonces, ¿cómo podemos ayudarles a desarrollar sus capacidades?

El primer paso para averiguar cómo alentar a los niños a descubrir sus capacidades, ya lo hemos visto, es la observación. Prestar atención a qué tipo de actividades les interesan más, en cuáles se desenvuelven con más soltura, para qué tiene especial facilidad… 

También es importante, durante la primera infancia sobre todo, ofrecer una diversidad de estímulos suficientes para permitirles explorar diferentes campos. Nuestra hija puede tener un talento innato para la música, por ejemplo, pero si no tiene ningún instrumento a su alcance, si en casa nunca escuchamos música, si no vamos a conciertos y tampoco le cantamos canciones infantiles porque no se nos da bien o no nos gusta… pues, difícilmente podrá desarrollar ese talento que ni siquiera está pudiendo explorar. 

Otro punto a tener en cuenta es el tema de la frustración. Es frecuente que, cuando algo se les da bien, se acostumbren a recibir elogios y a sentir satisfacción con sus producciones o actuaciones. Pero desarrollar una capacidad o un talento, como cualquier tipo de aprendizaje, implica afrontar los errores y las imperfecciones. Asumir riesgos relativos también es un aprendizaje que debemos saber afrontar. En este sentido, la Disciplina Positiva nos ayuda a evitar los halagos y poner el foco en su propia experiencia y su satisfacción personal. También es importante valorar los procesos y el disfrute por encima de los resultados obtenidos.

 

 

El disfrute es otra de las claves. Si a mi hijo se le da de maravilla, por ejemplo, dibujar; si en la escuela os dicen que tiene un talento especial y que destaca en este campo, pero él no disfruta dibujando y da muestras de cansancio o apatía cuando le animamos a hacer un dibujo, podemos indagar si hay algún tema o ha tenido alguna experiencia que le hayan llevado a rechazar esa actividad. Pero si, simplemente, es una actividad para la cual tiene capacidad pero de la cual no disfruta es mejor dejarlo estar. El mundo puede seguir adelante sin un pintor talentoso pero la felicidad la encontramos en aquellas cosas que nos hacen disfrutar.

Por último, si ya hemos descubierto que nuestra hija o nuestro hijo tiene un talento especial para algún tema en concreto y, además, le gusta; es importante que nos aseguremos de darle tiempo y espacio para desarrollarse. Es lógico que, si vemos que tiene alguna dificultad nos volquemos en ayudarle con aquello que le cuesta. Pero no olvidemos, también, permitirle desarrollar sus talentos y sus fortalezas dedicando tiempo de manera prioritaria a aquello que se le da bien y le gusta.

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