Educación Cósmica Montessori: cómo enseñar a nuestros niños a ser responsables

Te explicamos en qué consiste la Educación Cósmica Montessori y cuáles son sus cinco Grandes Lecciones

Hoy voy a hablaros de un área que me encanta de la pedagogía Montessori: la Educación Cósmica. María Montessori dedicó gran parte de su vida a educar en la etapa más importante del ser humano, la infancia; así como a expandir su filosofía por todo el mundo.

El germen de la idea

María Montessori había quedado atrapada en la India junto a su hijo Mario, como consecuencia del estallido de la II Guerra Mundial, y terminaron instalándose en una región montañosa y pastoral llamada Kodaikanal.

Allí, en pleno contacto con la naturaleza, con los niños y con tiempo para pensar, reflexionó sobre cómo, a través de la educación, se podría «crear a un hombre nuevo» que fuese capaz de traer la paz al mundo.

 

 

Todo el belicismo de la época en la que vivió, sufrió las dos Guerras Mundiales, le afectó profundamente. Por este motivo, le dio a  un enfoque humanista y muchas veces escuchamos que su método refleja la educación para la paz.

Las grandes preguntas universales

Montessori quiso ayudar a los niños y las niñas a vivir de acuerdo a la sabiduría del universo, guiándoles hacia un análisis de la preguntas ¿quién soy? y ¿para qué estoy aquí?

Estaba convencida de que cada ser en la Tierra tiene un propósito especial, una «tarea cósmica», pero este propósito es inconsciente, generalmente no lo conocemos. Así, por ejemplo: la abeja no sabe que poliniza las flores, solo cumple su tarea de recolección de polen. Tampoco la rana sabe que mantiene equilibrada la población de insectos, ella solo se alimenta.

El camino del autoconocimiento

A través de la Educación Cósmica, intentamos guiar a los niños y las niñas por el camino del autoconocimiento ya que sabiendo quiénes son, trabajarán con más implicación para tratar de mejorar el mundo en el que viven.

 

 

Por eso en Montessori se confía en el maestro interior del niño, capaz de construir su propio aprendizaje. Es maravilloso cuando esto sucede y podemos observarlo.

«En el niño o la niña, además del impulso vital de crearse a sí mismo, debe haber otro impulso, un deber por cumplir en armonía con el universo, algo por hacer al servicio de la totalidad unida». Montessori, 1986.

Entre los 0 y 6 años (primer plano de desarrollo), están ávidos de adquirir todo el conocimiento posible del mundo que les rodea. Por eso se habla de mente absorbente en este periodo.

A partir de esta edad (segundo plano de desarrollo, de 6 a 12 años), ya son más maduros y necesitan ordenar toda la información que han ido asimilando, y así comprender el mundo.

 

 

Esta es la razón por la que la Educación Cósmica se suele incorporar en la etapa de primaria y ofrece a los niños el conocimiento en ciencia y cultura. Pero no a través de la memorización de contenidos, sino tratando de encender la chispa, despertar la curiosidad, animar a investigar, hacer experimentos, desarrollar el pensamiento crítico

Las cinco Grandes Lecciones

Durante este ciclo se cuentan las cinco Grandes Lecciones. Son narraciones muy emotivas, que se vivencian en grupo e invitan a los niños y las niñas a explorar el conocimiento universal:

  1. La Historia del Universo (un Dios sin manos)
  2. La Historia de la Vida (Fábula de la gota de agua)
  3. La Historia del Hombre (el Ser Humano)
  4. La Historia de la Escritura
  5. La Historia de los Números

Se suelen presentar como un punto de partida que enmarcará todo lo que aprenderán el resto del año. Maestros y alumnos se juntan en las clases y son invitados a escuchar las historias, que han sido preparadas también con la ayuda de los más mayores. Así se consigue que, en cada ocasión, las narraciones enciendan una chispa de interés diferente en cada niño.  

 

 

Cuando mi hija mayor entró en la escuela Montessori fui invitada a presenciar la tercera Gran Lección: la Historia de la Humanidad. Se me puso la carne de gallina al poder vivirla con tanta emoción. ¡Ojalá a todos nos hubieran explicado así la asignatura de Historia!

En algunas de las narraciones incluso se simula la gran explosión del Big Bang, o se prende fuego para explicar su descubrimiento. Desde luego, ¡no dejan indiferente a nadie!

Cuidar nuestro mundo

Estas grandes historias son la base de la Educación Cósmica en primaria, donde la mente del niño es razonadora. Es justo la etapa en la que comienzan los porqués y las grandes preguntas.

Es una buena oportunidad para introducir el concepto de humildad (hay una historia específica que habla de ello, La fábula de la línea negra), y de que somos algo diminuto ante la inmensidad del universo, razón por la cual debemos contribuir a cuidar nuestro mundo.

 

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Sin embargo, creo que también podemos empezar a trabajar todas estas inquietudes desde la etapa de la infancia, poco a poco y de una manera mucho más sencilla y tangible. Simplemente disfrutando de la naturaleza, enseñando a reciclar, cultivando un huerto, preparando un compost, entendiendo los ciclos de la vida…

Todo esto nos servirá para explicar las bases de la sostenibilidad e intentar dejar el mundo un poquito mejor, para que no tenga que volver a surgir un movimiento como el liderado por Greta Thumberg, que de nuevo tenga que remover nuestras conciencias cuando ya no haya vuelta atrás.

 

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