No, la ansiedad por dejar de fumar no es peor que el tabaco durante el embarazo

Una de las principales recomendaciones cuando una pareja busca un embarazo es dejar de fumar y no beber alcohol. Sin embargo, podemos pensar que es peor la ansiedad que provoca dejar el tabaco a fumar durante el embarazo uno o dos cigarrillos al día. Pero ¿cuál es la realidad?

¿Es mejor fumar un cigarro o la ansiedad por dejar de fumar en el embarazo?

La OMS lo tiene claro. Según alerta en su informe “Control del tabaco para mejorar la salud y el desarrollo infantil” fumar durante el embarazo (o la sola exposición al humo del tabaco) aumenta el riesgo de muerte fetal y de parto prematuro, además de provocar defectos de nacimiento.

La realidad es que pensar que la ansiedad que genera dejar de fumar es peor que seguir haciéndolo, es un mito que se ha escuchado durante años. Al dejar de fumar, cualquier persona (no solo las embarazadas) puede sufrir síndrome de abstinencia, pero este no perjudica el desarrollo normal del embarazo, mientras que el tabaco y la nicotina sí lo hacen.

Por ello, es erróneo pensar que solo un cigarro al día no va a causar daños. La nicotina atraviesa con facilidad la placenta llegando así a la sangre del bebé. Estas sustancias tóxicas no solo llegan al feto, sino que además impiden el intercambio de nutrientes y, lo más importante, el oxígeno. Así, es importante dejar de fumar cuanto antes, incluso antes de que se produzca el embarazo. De hecho, las posibilidades de quedar embarazadas aumentan al dejar de fumar.

También la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia es clara al respecto:

“Durante el embarazo debe evitar las bebidas alcohólicas y el consumo de otras drogas por ser perjudiciales para usted y, especialmente, para su hijo. Igualmente resulta nocivo el consumo del tabaco, por lo que si es fumadora, deberá dejar de fumar”, asegura en la Guía de Control prenatal de embarazo normal.

Pero ser fumadora pasiva durante el embarazo también tiene riesgos. La OMS relaciona este hecho con un 23% más de riesgo de muerte fetal y un 13% más de riesgo de malformaciones congénitas. Por ello, es importante incidir en la importancia de que toda la unidad familiar deje el tabaco.

Efectos del tabaco durante el embarazo

Si te preguntas cuánto se puede fumar durante el embarazo, la respuesta es nada. Se calcula que entre un 13 y un 25% de las mujeres embarazadas fuman durante los meses de gestación en los países desarrollados. ¿Qué efectos puede tener este hábito en el feto? Son diversos:

• Crecimiento intrauterino restringido (CIR) y bajo peso al nacer. Se estima que el bebé deja de ganar unos 20 gramos al día por cigarro en el tercer trimestre. Además, la placenta deja de funcionar a pleno rendimiento.
• Mayor amenaza de parto prematuro.
• Aumento del riesgo de desprendimiento de la placenta.
• Defectos de placentación como placenta previa o placenta acreta.
• Crece el peligro de aborto espontáneo.
• Mayor posibilidad de muerte del feto intraútero.
• Incremento de defectos congénitos como labio leporino, pie zambo, gastrosquisis, anomalías cardíacas…
• En el caso de las madres que fuman mucho, puede provocar que su hijo nazca con síndrome de abstinencia y mayor grado de irritabilidad.

Sin embargo, los efectos negativos del tabaco no solo son patentes durante la gestación. La prueba es que, según la OMS, el tabaquismo materno y paterno duplica el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) ya que los bebés quedan expuestos de forma pasiva al humo.

El problema persiste cuando el niño crece. Así, los pequeños que viven con fumadores tienen mayor riesgo de sufrir bronquiolitis, neumonía u otras enfermedades respiratorias. A largo plazo, es más probable que estos niños padezcan asma y sean hospitalizados por ello, además de desarrollar enfermedades del oído medio.

También suelen sufrir problemas de conducta y alteraciones de comportamiento como hiperactividad, así como dificultades de aprendizaje y suelen obtener peores resultados en la escuela. Lo más grave es que estos pequeños corren mayor riesgo de morir antes de cumplir cinco años y de padecer varios tipos de cáncer en el futuro.

La OMS estima que el humo del tabaco mata a alrededor de 1,2 millones de personas al año y 65.000 de ellos son niños y adolescentes menores de 15 años. Muertes prematuras y evitables.

Así lo explica la jefa de Unidad de Salud y Desarrollo Infantil del Departamento de Salud Materna, Recién Nacido, Infantil y Adolescente de la OMS y Envejecimiento, Bernadette Daelmans: “La exposición al humo de tabaco afecta a la supervivencia, a la salud y al desarrollo de los niños antes y después del nacimiento”. Según Daelmans no hay una cantidad “segura” ya que el tabaco daña gravemente la salud del niño y puede hacerle más propenso a consumir tabaco más adelante.

Consejos para dejar de fumar durante el embarazo

Es cierto que dejar de fumar puede ser todo un reto. Apenas el 20% de las mujeres consigue dejar de fumar durante el embarazo. El tabaco es una adicción y la presión social sobre las madres fumadoras es brutal. Sin embargo, el objetivo no es hacerlas sentir peor, sino ayudarlas a dejarlo si es lo que realmente quieren. Además, es muy importante contar con apoyo familiar y profesional ya que muchas de ellas recaen en el postparto.

Aunque no existen “medidas milagro”, se pueden poner en práctica algunas pautas sencillas como elegir un día concreto para dejarlo, fijarse metas cortas y felicitarte por cumplirlas o recordar los motivos por los que has decidido dejar el tabaco.

También puede ayudar distraerte cuando tengas la necesidad de fumar con otros hábitos o hacer deporte y seguir un estilo de vida sana. Además, pautas como retrasar el encendido del cigarro, quedarse unas horas sin tabaco, levantarse de la mesa nada más comer o fumar más despacio pueden ayudarte.

Y por supuesto, si necesitas el apoyo de un profesional de la salud, puedes pedir que te deriven a la unidad de tabaquismo en el caso de que exista o recibir apoyo psicológico para este gran reto.

A ello se suma que cada vez están más cerca los espacios libres de humo para los más pequeños. Es el caso de los comedores al aire libre, espacios comunes en edificios y automóviles e incluso playas y parques en los que está prohibido fumar. Según la OMS, 62 países de todo el mundo han adoptado políticas integrales libres de humo, aumentando así las posibilidades de que los niños tengan una vida más saludable.

Así que sí, cada día es más real la posibilidad de vivir en espacios sin humos. Y si te enfrentas al gran reto de dejar de fumar para buscar un embarazo o porque ya estás embarazada, piensa que le vas a dar a tu bebé el mejor regalo: estar sana para poder cuidarle desde antes de su nacimiento.

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