Navidad tormentosa: Cuando en vez de un feliz Año Nuevo, despedimos el año con rabietas

Artículo publicado el 31 Dic 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 31 diciembre, 2023

Nochevieja y Año Nuevo son días en los que se trasnocha, los horarios se trastocan, cambiamos rutinas y eso puede ser un peligroso escenario para los peques que pueden derivar en berrinches, estrés y momentos agridulces para todos.

Seis tips para no despedir el año con berrinches

Si preparamos la Nochevieja con un poco de tiempo y teniendo en cuenta algunos tips, podremos evitar la mayoría de los escenarios que pueden dar lugar a rabietas. No obstante, recordemos que los niños-as son son niños-as y pueden verse abrumados en días tan poco habituales. Esto no significa que debamos estresarnos, sino ser empáticos con ellos.

1. Descansar y mantener las rutinas que para ellos son imprescindibles

El mismo día de Nochevieja, puesto que vamos a trasnochar y los peques atrasarán su hora de dormir, podemos intentar que se echen un poquito más de siesta o dejarles dormir hasta más tarde ese día. Es un punto importantísimo porque un peque con sueño y jaleo alrededor puede ser una bomba de relojería, y ni ellos ni nosotros ni nosotras vamos a disfrutar del momento.

 

 

Igualmente importante es para los más pequeños intentar preservar las rutinas básicas que más seguridad y confianza les ofrecen. Cada peque es un mundo y aunque, por lo general, no pasa nada por acostarse más tarde o hacer cosas distintas en vacaciones, hay peques que pueden llegar a sentirse muy mal si están sobreestimulados. 

2. Involucrar a los peques

Podemos integrar a los peques, según la edad, en los preparativos de las fiestas. Por ejemplo: colocar la mesa, preparar la decoración, ayudarnos a cocinar cosas sencillas… Si se mantienen como meros espectadores, no solo el aburrimiento estará asegurado sino que no entenderán nada de lo que sucede a su alrededor. Además, no hay nada que haga sentirse a un peque mejor que el sentimiento de pertenencia.

 

 

Involucrar a los niños y las niñas en nuestras actividades les proporcionará, además, una gran dosis de autoestima. A los peques les encanta ayudarnos, sentirse “parte de”, por lo que siempre debemos procurar hacerles partícipes con actividades adecuadas para su edad, no solo en fechas especiales, sino en el día a día.

3. Juguetes a mano

Especialmente si vamos a cenar en casa de familiares o amigos, llevar unos juguetes, cuentos, papel y pinturas… nos ayudará a que se entretengan en momentos puntuales. Si van a coincidir con otros niños y niñas, podemos llevar juguetes con los que puedan jugar juntos y juntas. ¡Será todo un éxito!

 

 

Si la cena es en nuestra casa y van a venir más niños y niñas, es buena idea preparar una zona de juegos donde los peques puedan jugar y entretenerse entre ellos y estén a la vez bajo nuestra supervisión.

4. Menú adaptado

Puede que no todos los platos sean del agrado de nuestros peques porque por lo general suelen ser recetas más elaboradas y que no comemos de forma habitual en casa, por lo que es probable que no quieran probar muchos platos o no les gusten… Y si se quedan con hambre, es probable que también estén más irritables. Preparar un menú adaptado para ellos y ellas es lo ideal. Y tengamos especial precaución con los atragantamientos.

 

5. Ojo con el azúcar

El azúcar es un estimulante que entra rápidamente en el torrente sanguíneo y crea un efecto directo en la actividad de los peques, especialmente en grandes cantidades. Por eso, hay que tener cuidado de que no tomen demasiados turrones, postres, bombones… En un día especial podemos ser flexibles, pero con control.

6. Ser realista

La mejor forma de disfrutar de ese día es tener una visión realista sobre lo que es un día de celebración con peques. Ningún niño o niña del mundo (o casi ninguno) va a pasarse todo el rato sentado en una silla sin moverse (salvo que le demos una pantalla y se aísle completamente) e igual que los adultos, ellos quieren disfrutar, divertirse y sentirse parte de la celebración. Y si al final tienen berrinches, lo mejor es saber acompañarles de forma respetuosa y no consentir que esto nos amargue la celebración en familia.

 

 

Debemos proyectar que es un día de celebración en familia, de hacer tribu, de disfrutar de la inocencia y los ojos de los niños y las niñas y recuperar parte de nuestra infancia en días tan señalados. Piensa en tus propias navidades, seguro que guardas buenísimos recuerdos de esas fechas compartidas con familia y amigos y ahora son nuestros peques los que van a crear sus propios recuerdos y, de manera especial, en un año tan difícil y excepcional como este.

 

Autor/a