¿Escuela infantil o abuelos? ¿Qué es mejor? Es una pregunta que, tarde o temprano, se plantean muchas familias cuyos progenitores trabajan fuera de casa y no tienen posibilidad de seguir cuidando a su bebé. Existen…

Llega el verano y con él los tres meses de vacaciones. Pero nosotros trabajamos y, entonces, empezamos a barajar opciones para los peques. Campamento urbano, talleres, una persona que les cuide en casa o… ¿tirar de los abuelos y pueblear mientras trabajamos? Hoy hablamos de las ventajas e inconvenientes de llevar a los niños al pueblo con los abuelos.
¿Debemos dejar a los niños en el pueblo con los abuelos?
Yo soy de las afortunadas que tiene pueblo. Y digo de las afortunadas porque pasé los veranos en el pueblo con mis abuelos. Recuerdo salir del cole de Madrid el último día de curso y, con el uniforme del colegio aún puesto, afrontar el verano con la ilusión de saber que me esperaban tres meses de juegos, de diversión y de hacer todo lo que en la ciudad no se podía hacer.
Aprendí a montar en bicicleta, aunque siempre acabara en el sillín de la bici de mi abuelo mientras él empujaba su bici y la mía. Mi abuela me hacía trajes para las Nancys y papillas de maicena para los bebés. Recogíamos plantas del campo que mi abuelo decía que eran riquísimas y mi abuela tiraba en cuanto entrábamos por la puerta. No recuerdo días más felices.
Si has tenido algo así, estarás conmigo. Si no, quizá estés sintiendo un poco de envidia. Y ahora, eres tú quien se plantea si llevar a los niños al pueblo con los abuelos porque no sabes si es un buen plan o no. Si te sirve de algo mi opinión, ya imaginarás que me parece un buen plan, pero hay que tener en cuenta algunas cuestiones…
¿Dejar a los niños en el pueblo con los abuelos en verano?
La primera es que los abuelos quieran. A veces abusamos de la confianza y ellos se resignan. Es importante tener en cuenta sus condiciones físicas, su disponibilidad y que quieran quedarse con los nietos varios días, puesto que no es lo mismo ir a comer o pasar un fin de semana estando nosotros presentes que dejarles allí a los/as niños/as y que se apañen.
No menos importantes es que nosotros estemos dispuestos a que se queden y lo vivamos desde la alegría y la calma. Si dejamos en el pueblo a los niños, y lo vivimos con ansiedad y preocupación o mostramos excesiva tristeza, los niños y niñas pueden percibirlo y no sentirse bien.
Una vez que ambas partes estén de acuerdo… ¡que empieza la fiesta!
Ventajas y desventajas de dejar a los niños en el pueblo con los abuelos
Debemos tener asumido que sucederán cosas que en casa no suceden. Los abuelos son abuelos y quieren lo mejor para sus nietos, pero, claro, es probable que su concepto de “lo mejor” no sea el nuestro. Seguramente, se acuesten más tarde, visiten el quiosco, coman solo cosas “ricas” y se les consienta de más.
Si esto os preocupa, lo ideal es que podáis hablarlo con anticipación y establezcáis acuerdos para que todos salgáis ganando. Por ejemplo, si los abuelos se empeñan en visitar el quiosco, se puede negociar que solo sea una vez a la semana o que intenten cambiar las chuches por algún pequeño juguete. Se trata de que todas las partes puedan sentirse cómodas.
Es importante tener en cuenta que, cuando delegamos cuidados, las personas en las que delegamos serán las que tengan la autoridad para resolver los conflictos y situaciones cotidianas que puedan producirse. Y, lo mas probable es que no resuelvan de la forma en que tú lo harías así que solo queda confiar y que sepan que confías en su buen hacer. Si no es así, mejor no dejar a los niños en el pueblo.

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Si todos estos detalles están claros y adecuadamente resueltos, ya podemos empezar a pensar en cuáles son los beneficios de pasar el verano en el pueblo:
Disfrutarán de un entorno natural más saludable que el de la ciudad
Así, podrán acceder a aprendizajes que en la ciudad no son tan accesibles. Podrán pasear por el campo, respirar aire puro, aprender nombres de plantas y animales, etc.
Aprenderán a vivir sin prisa
Con los abuelos todo ocurre sin tener que correr. Las prisas de la ciudad en el pueblo se diluyen y eso hace que se puedan disfrutar las cosas con calma y tranquilidad.
Descubrirán una parte de la historia familiar
A través de los objetos de casa de los abuelos o de fotografías, podrán enseñar a sus nietos cuáles son sus raíces, a qué se dedicaban, cómo se vivía o a qué jugaban.
Compartirán tiempo de juego
El verano es un momento ideal para aprender juegos de mesa o, por qué no, juegos tradicionales como la petanca, la peonza, los bolos o la rana en los que los abuelos son grandes campeones.
Reforzarán el vínculo con ellos
Si la relación es buena, es una gran oportunidad para que nietos y abuelos conecten y refuercen ese vínculo tan mágico que se establece entre ellos.
En definitiva, el verano con los abuelos puede ser apasionante siempre y cuando se establezcan unas condiciones favorables para todos. Si encontramos el equilibrio entre rutinas y sorpresas, entre educar y consentir, pasar tiempo con los abuelos enriquece la vida de nuestros hijos e hijas.
Pero, claro, quizá yo no sea objetiva. Al fin y al cabo, una buena parte de mi felicidad infantil se la debo a mis abuelos.
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